Redacción.
Setara H, la joven afgana de 24 años víctima de violencia de género, regresaba ayer a Afganistán tras finalizar el tratamiento de cirugía al que se la ha sometido en el Hospital Central de la Defensa tras 60 días ingresada desde que el pasado 9 de julio llegó a España.
Un avión T.22 del Ejército del Aire despegaba ayer de la base aérea de Torrejón de Ardoz con destino a la base de Herat para llevar a Setara de vuelta a casa.
El pasado viernes día 12 de septiembre, tuvo lugar en el hospital un breve acto de despedida que contó con la presencia del embajador de Afganistán en España, Masood Khalili, del director del Gómez-Ulla, general de Brigada Santiago Coca, y del jefe de Cirugía Plástica, el teniente coronel Francisco Javier De Juan. Khalili quiso agradecer tanto las gestiones del Ministerio de Defensa como el trabajo realizado por los médicos militares españoles en el caso de Setara.
Setara llegaba a España el 9 de Julio en un avión que volvía de relevar a un contingente de tropas españolas en Afganistán. Dos meses antes se había producido el primer contacto entre el servicio de Telemedicina del Hospital Gómez-Ulla y el Role 2E, el hospital de campaña montado y atendido por España en Herat para valorar las lesiones sufridas por la paciente y estudiar la viabilidad de su traslado a España.
Una vez ingresada y tras valorar sus lesiones, el equipo de Cirugía Plástica del Gómez-Ulla, encabezado por el teniente coronel De Juan, diseñó un plan quirúrgico de tres intervenciones.
Vendida a los 7 años
Una semana después de su ingreso se le practicaba la primera operación, en la que se le reconstruía la nariz. El 14 de agosto, en la segunda intervención se le reconstruía el labio superior y se le trataban las cicatrices faciales. En la tercera y última operación, el 4 de septiembre se finalizaba la reconstrucción de los labios.
El teniente coronel Francisco Javier De Juan, se mostraba muy satisfecho por el resultado conseguido con las tres operaciones.
La joven afgana es el ejemplo de la crueldad de la violencia que sufren las mujeres en Afganistán. Vendida a los siete años, casada a los nueve y madre de su primer hijo a los 11, no tiene más que palabras de agradecimiento hacia su cirujano y hacia todo el personal médico que le ha atendido durante estos más de dos meses de estancia en nuestro país.
El pasado viernes Setara declaraba al ser dada de alta del hospital que «tener la fuerza suficiente para poder criar a sus cuatro hijas de 2, 6, 8 y 12 años y darles un futuro mejor».
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