Por D. Gerardo Infante Muluya.
El éxito de la operación de verificación de la retirada de las tropas cubanas, demostró a las partes implicadas en la guerra civil angoleña, que existía una posibilidad real de dejar la vía de las armas y tratar de encauzar las diferencias por las del entendimiento. Así pues, con la mediación de las Naciones Unidas se iniciaron los contactos diplomáticos para lograr un alto el fuego y un acuerdo para la normalización política del país.
Los nuevos contactos, se materializaron en la firma de una serie de documentos, denominados “Acuerdos de Paz,” el 31 de mayo de 1991 en la ciudad portuguesa de Estoril. Los dos líderes enfrentados hasta entonces, Dos Santos (MPLA) y Savimbi (UNITA), estuvieron presentes en el acto de la firma, dando fin a más de 16 años de guerra que habían costado millares de víctimas y destruido la economía del país. Al mismo tiempo se abría la puerta a las primeras elecciones libres y democráticas de la historia de Angola, que deberían tener lugar en el otoño de 1992.
Los documentos firmados en Estoril contemplaban, asimismo, la constitución de un nuevo Ejército nacional, compuesto por 40.000 hombres, proporcionados a partes iguales por MPLA y UNITA, estando previsto el cese de hostilidades para el 15 de mayo de 1991.
Paralelamente a las negociaciones entre el gobierno y la guerrilla, Dos Santos mantuvo contactos informales con el Secretario General de la ONU para que la Organización actuara como garante internacional de cualquier acuerdo que se consiguiera. Catorce días antes del ya citado acto de Estoril, el ministro de Asuntos Exteriores angoleño, envió una carta a Pérez de Cuéllar informándole del contenido de los Acuerdos de Paz que se iban a firmar y solicitándole que adoptase las medidas necesarias para que las Naciones Unidas estuvieran presentes en el proceso de verificación y si fuera necesario se prolongara la presencia de UNAVEM hasta la celebración de las próximas elecciones generales, entre Septiembre y Noviembre de 1992.
A finales de ese mismo mes, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la resolución 696 (1991) en la cual se daba luz verde al nuevo mandato para la Misión de las Naciones Unidas de Verificación de Angola (UNAVEM-II a partir de ahora) con una vigencia de 17 meses, hasta un día después de la finalización de las elecciones presidenciales y legislativas. El mandato señala que la nueva operación tendría como misión, verificar un efectivo alto el fuego y supervisar la actuación de la policía angoleña durante el proceso de transición.
El documento fijaba la asignación de 350 Observadores Militares distribuidos entre las distintas provincias de todo el país, además de varios equipos móviles que investigarán los incidentes o denuncias que puedan producirse en localidades donde no exista presencia de UNAVEM. Un equipo de cinco observadores estaría destinado permanentemente en cada una de las 50 áreas de reagrupamiento estipuladas en los Acuerdos por la Paz: 27 para las fuerzas gubernamentales y 23 para las tropas de UNITA. Al menos dos militares internacionales serían destacados a los 12 «puntos críticos» acordados entre ambas partes, como puertos, aeropuertos y nudos de comunicaciones. Además del despliegue militar, un grupo de 90 observadores policiales divididos en equipos de cuatro serían enviados a cada una de las provincias para supervisar las medidas de seguridad y un total de 160 civiles servirían de apoyo a la operación. Asimismo, se contaría con un equipo médico de 14 personas y un Grupo Aéreo compuesto por tres aviones de ala fija y 12 helicópteros de todos los tipos. El mando de UNAVEM-II fue asignado a un general de división de Nigeria.
Los países invitados por el secretario general para participar en UNAVEM II fueron Argelia, Argentina, Brasil, Canadá, Congo, Checoslovaquia, Egipto, España, Guinea-Bisau, Hungría, India, Irlanda, Jordania, Malasia, Marruecos, Holanda, Nueva Zelanda, Nigeria, Noruega, Suecia, Singapur, Senegal, Yugoslavia y Zimbawue.
La misión de los militares españoles, era la de hacer cumplir las condiciones del alto el fuego en las 50 áreas de reagrupamiento estipuladas en los Acuerdo de Paz por las dos partes en litigio.
El periodo de permanencia de los observadores en UNAVEM II fue fijado por las Naciones Unidas en un año.
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