Redacción/ Sevilla
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, participó ayer, lunes 5 de noviembre, en la Asamblea General de Interpol que se celebra en Roma.
En la mayor reunión de este tipo organizada hasta el momento, INTERPOL ha congregado a cerca de cien ministros de Justicia, Interior y Seguridad de todo el planeta para debatir sobre la violencia criminal que se manifiesta en todo tipo de delitos, desde la trata de personas hasta el terrorismo.
La reunión ministerial marca el inicio de la 81ª reunión de la Asamblea General de INTERPOL -que durará cuatro días (del 5 al 8 de noviembre) y tendrá por lema «Retos policiales frente a la violencia de los delitos del mundo actual”-, y servirá de foro de deliberación a más de mil delegados de cerca de 170 países para determinar estrategias viables que permitan prevenir, reprimir y afrontar con eficacia las formas cambiantes de la violencia de los delitos del mundo actual.
Los ministros examinarán cuestiones tan esenciales, como los factores que han conducido a la expansión y agravación de la violencia aparejada a la comisión de delitos, las competencias y estrategias que mejor podrían preparar a sus países para combatir estas formas de delincuencia, la adecuada adaptación de los marcos jurídicos actuales a las necesidades de las fuerzas del orden y qué alianzas o iniciativas de cooperación pueden ser de utilidad para hacer frente de forma sostenible a la violencia de los delitos en el mundo actual.
El Presidente de INTERPOL, Khoo Boon Hui, afirmó que la reunión ministerial ofrecerá una plataforma para una mayor cooperación a escala mundial que permitirá actuar contra la violencia de los delitos transnacionales, en estos momentos en que esta se está expandiendo y sacando provecho de las últimas novedades tecnológicas y de la inestabilidad económica.
Intervención del ministro del Interior
La intervención del ministro, Jorge Fernández Díez, se centró en la violencia vinculada con implicaciones ideológicas, a los extremismos, o a lo que algunos han dado en llamar “la ultraviolencia”, señalando que «la lucha contra esta clase de violencia es sumamente compleja, puesto que requiere un tratamiento en todos los ámbitos y, de manera muy especial en el terreno policial, unas actuaciones cualificadas, de tipo “quirúrgico”, apoyadas en una potente labor previa de inteligencia que aporte datos e informaciones concretas, veraces y contrastadas».
Asimismo, señaló que no existe ninguna excusa ideológica que ampare o justifique este tipo de violencia.
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