Redacción.
El Ministerio del Interior ha decidido actualizar el Plan de Prevención y Protección Antiterrorista, ante los nuevos riesgos derivados de la amenaza terrorista.
Esta modificación obedece, principalmente, a dos fines: mejorar, por un lado, la protección de los potenciales objetivos de las organizaciones terroristas y reforzar, por otro, las capacidades de investigación y neutralización de la amenaza.
Entre las novedades que recoge el Plan, se encuentra una nueva estructura de los niveles de alerta antiterrorista. Se pasa de los cuatro niveles con dos intensidades (alta y baja) a una nueva clasificación de cinco niveles. Con las iniciativas que recoge el Plan, España dispondrá a partir de ahora de un marco regulatorio en materia de lucha antiterrorista de los más avanzados de nuestro entorno.
El actualizado Plan de Prevención y Protección Antiterrorista deroga el elaborado en 2005 (obsoleto tras más de 10 años de vigencia) y responde a la necesidad de abordar una profunda revisión de nuestro sistema de protección frente a los riesgos derivados de la amenaza terrorista, como consecuencia de las transformaciones que, en los últimos años, ha sufrido este fenómeno.
Cinco niveles de alerta
Los objetivos de este Plan son proporcionar una respuesta global, integral y proporcionada a la amenaza del terrorismo, así como incorporar a la actividad de prevención del terrorismo las nuevas directrices estratégicas surgidas en los ámbitos nacional e internacional. Se busca establecer los mecanismos para adecuar la actividad preventiva a los cambios operados en los últimos años en la naturaleza de la amenaza terrorista, con el objetivo de abarcar todo el espectro de actividades que tienen cabida dentro de los conceptos de prevención y protección antiterrorista.
Para cumplir con estos fines, el actualizado Plan de Prevención y Protección Antiterrorista redefine y amplía el abanico de posibles objetivos, cuya protección se prioriza. Además, rediseña y simplifica la estructura de niveles de alerta antiterrorista empleados anteriormente, pasando de una compleja estructura en cuatro niveles con dos intensidades (alta y baja) a una nueva clasificación en cinco niveles, para cada uno de los cuales se establece un catálogo de medidas preventivas. Dentro de la nueva estructura, la actual amenaza se sitúa en el Nivel 3.
En definitiva, los objetivos que se persiguen con este nuevo Plan son: evitar futuras situaciones de riesgo, mejorar la protección de los potenciales objetivos terroristas y reforzar las capacidades de investigación y neutralización de esta amenaza.
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