Redacción.

El Ejército Nacional Afgano ha liderado la operación ‘Grey Beret’ en la provincia de Chacablé, acabando así con un importante reducto de la insurgencia en el país. En la misma participaron un total de 350 efectivos provenientes del Ejército, la Policía, la Policía de Fronteras y el Centro de Inteligencia.

La operación se saldó con la detención de varios insurgentes, así como la incautación de armamento y uniformes del Ejército que estaban en poder de los insurgentes.

El apoyo de las Fuerzas españolas a la operación ha consistido en el envío de una compañía helitransportada, que estableció el cordón exterior para aislar la zona, y una segunda compañía que actuó como 2º escalón de un batallón del Ejército Afgano.

Los medios aéreos utilizados fueron un helicóptero de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra, helicópteros Chinook y Mangusta italianos y helicópteros para evacuación médica. Además, la operación ha contado con el sistema de mortero embarcado, que ha sido empleado para repeler un ataque de la insurgencia, un avión no tripulado del sistema PASI (Plataforma Autónoma Sensorizada Inteligente), elementos de zapadores con capacidad de detección y desactivación de minas y equipos de control aerotáctico para apoyo aéreo.

Apoyo en un segundo plano
La operación ha servido para mostrar el definitivo progreso de las fuerzas afganas en la realización de operaciones de gran envergadura, aumentado su capacidad para asumir plenamente la lucha en la provincia contra la insurgencia.

Hace ya algunbos meses que las tropas españolas cumplen un papel de apoyo desde un segundo plano, «cediendo» el mando y el protagonismo al Ejército Nacional Afgano, que está demostrando su cada vez mayor independencia y capacidad, tras varios años de apoyo y asesoramiento por parte de las tropas españolas.