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«Mi pasión por la figura del suboficial me llevó a...

«Mi pasión por la figura del suboficial me llevó a fundar AMESETE»

Por Carlos González de Escalada Álvarez.

El  General de Brigada de Infantería, don Emilio Fernández Maldonado (DEM), actualmente en situación de retiro, ha sido condecoradoe en 14 ocasiones, incluyendo cinco Cruces del Mérito Militar con distintivo blanco y la Cruz de Plata del Mérito de la Guardia Civil. Estuvo destinado en tres ocasiones en la Academia General Básica de Suboficiales como Jefe de la Plana Mayor de Mando y fue el primer Director de la Academia de Logística. Mandó además el Tercio Viejo de Sicilia en San Sebastián y que fue Comandante Militar de Guipúzcoa y Vizcaya. Ha publicado cinco libros dedicados en exclusiva a los suboficiales, además de artículos publicados en revistas especializadas y diversos correos. El General Maldonado es además presidente de la Asociación de Amigos del Museo Específico del Suboficial del Ejército de Tierra, AMESETE y ha concedido una entrevistra al Observatorio.

¿Cómo surgió la idea de la Asociación del Museo Específico del Suboficial del Ejército de Tierra Español (AMESETE)?

Cuando en 2007, después de 49 años de actividad, la ley me retiró de la vida militar al cumplir los 65, me hice el firme propósito de no “retirarme” de lo que había sido norma en mi vida, es decir, trabajar, trabajar y trabajar. Era lo único que sabía hacer y mientras la salud me acompañase no iba a permitir caer en la engañosa placidez de la ociosidad.

Además, tenía un hobby, una pasión, que había alentado desde 1977 cuando fui destinado a la Academia General Básica de Suboficiales (AGBS) nada más terminar el Curso de Estado Mayor: los suboficiales.

Como no podía seguir trabajando y luchando por ellos de una forma oficial, decidí hacerlo de forma extraoficial, por decirlo de alguna manera, y así nació la idea de constituir una asociación de amigos de un museo en el que tuve mucho que ver cuando estuve destinado en la Academia en mis años de comandante y teniente coronel.

¿Qué actividades lleva a cabo AMESETE?

La Asociación tiene por finalidad no sólo fundamental sino única, la dignificación de nuestros suboficiales del Ejército de Tierra a través de la recuperación de su centenaria historia bajo cualquier punto de vista y en cualquier formato.

Cuanto recuperamos se cede al Museo Específico del Suboficial dependiente orgánicamente de la AGBS y funcionalmente del Instituto de Historia  y Cultura Militar (IHCM).

Entendemos que sólo se puede amar aquello que se conoce y para conseguir ese conocimiento es imprescindible que lo recuperemos y lo pongamos a disposición de la sociedad y de los propios suboficiales quienes, a veces, también necesitan que se les explique lo que han sido y lo que son.

Puede parecer una utopía pero pretendemos que algún día todo aquel que desee saber algo de los suboficiales lo encuentre en el Centro de Documentación y Biblioteca Histórica del Suboficial que hemos organizado en el seno del Museo.

¿Cuáles son las prioridades de su mandato como presidente de esta asociación?

Las prioridades las marca la Junta Directiva en cada Asamblea General que celebramos todos los años pero puedo decirle que nos mantenemos fieles a las que establecimos en el momento de su fundación. Nuestro norte es y seguirá siendo la figura del suboficial aunque sí es verdad que durante los dos o tres primeros años priorizamos la búsqueda de socios pues si queríamos recibir ayudas y, al mismo tiempo, ser influyentes era imprescindible contar con un respaldo significativo.

En la actualidad somos 360 socios por lo que ahora nuestra prioridad se centra decididamente en las actividades que le señalaba en la anterior pregunta.

Acostumbrado, si me lo permite, al “ordeno y mando” del generalato, ¿le resulta un reto dirigir una asociación con miembros que contribuyen de forma altruista?

Se lo permito, pero me gustaría matizarle que el “ordeno y mando” ya no es la seña de identidad de los generales y que en todos los escalones del espectro jerárquico militar, desde el cabo al general, mandar y dar órdenes es su forma natural de cumplir con su trabajo.

Visto lo cual, puedo decirle que es un auténtico placer dirigir la Asociación, compuesta por una amalgama de procedencias que confluyen todas en la adopción de una postura solidaria, colaboradora y altruista como usted señala, de tal forma que no es un reto sino un placer y un privilegio para mí ser su Presidente.

¿La figura del suboficial ha sido la gran olvidada de nuestros museos militares?  

Pues siento decirlo pero no sólo de nuestros museos, que también, sino de la propia Institución. El sargento, empleo emblemático de los suboficiales que amalgama todas sus virtudes y características comunes, nació en 1494 y ha padecido un constante deterioro de su imagen al compás del empequeñecimiento en la importancia de sus cometidos, pasando de ser un oficial menor de las compañías en la época de los Tercios, a clase de tropa a partir del siglo XVIII. Sólo durante la Segunda República, al crearse el Cuerpo de Suboficiales, pasó a conquistar un espacio específico dentro de la estructura orgánica del Ejército situándose como nexo de unión insustituible entre los oficiales y la tropa.

Pero contestando a su pregunta directa, le diré que sí es cierto ese olvido hasta la creación de la Escala Básica de Suboficiales en 1974, sustituyendo al Cuerpo creado en 1931, cuando en la AGBS se organizó un Museo Específico que, junto con el francés, son los dos únicos existentes en el mundo.

¿Cree que la sociedad española concede a la cultura de la defensa la importancia que merece?

Evidentemente no, producto de épocas pasadas, pero recientes, en las que se intentó minimizar la importancia de los ejércitos por razones puramente políticas y oportunistas a la par que demagógicas, fruto de las cuales es la actual situación en la que aún rechinan los engranajes de la sociedad cuando se habla de los ejércitos.

No obstante, observo últimamente, con fundada esperanza, que las cosas están cambiando gracias al papel extraordinariamente serio, responsable y eficaz que estamos esparciendo por cualquier parte del mundo  donde nuestras unidades y nuestros soldados cumplen ejemplarmente con su deber. Creo que la sociedad lo está comprendiendo y valorando positivamente.

¿Considera que instituciones y poderes públicos apoyan suficientemente actividades del fomento de nuestra cultura militar?

Pues es evidente que no y sólo hace falta ver los diferentes boletines oficiales, tanto a nivel nacional como autonómico o provincial, para darse cuenta del escaso interés y, consecuentemente, escasas o inexistentes ayudas que se presupuestan para esa tarea.

¿Ha afectado la crisis de alguna forma al desarrollo de su asociación?

Pues no, sinceramente ninguna influencia negativa hemos padecido a pesar de las modestas cuotas anuales que tenemos congeladas desde la creación de la Asociación y que son absolutamente simbólicas. Nuestros cometidos no consumen demasiado pues se basan en el esfuerzo personal de recopilación, de búsqueda,  de paciente investigación, en suma, y eso no nos cuesta un euro pues nuestros colaboradores trabajan desinteresadamente.

Además, no olvidamos las ayudas que nos presta la AGBS en cuyo recinto tenemos ubicada nuestra sede.

En la actualidad, de los 360 socios, 254 son o han sido suboficiales o alumnos y abonan una cuota de 5 euros anuales. El resto, de otras categorías militares y los paisanos abonan 10 euros y unos pocos, los socios protectores, alguna cantidad ligeramente superior. Pero, nos arreglamos.

¿Dónde le gustaría ver a AMESETE, digamos en 10 años?

Pues, aunque le parezca una perogrullada, le diría que en el aspecto puramente físico me gustaría encontrarme en el mismo sitio, prueba evidente de que no se han cumplido los negros presagios que hablan de cerrar la Academia lo que conllevaría la desaparición también de AMESETE.

En cuanto al aspecto estatutario, es decir, de funcionamiento, no cabe la menor duda que me gustaría haber alcanzado una situación de mayor estabilidad de tal manera que pudiésemos contar con un mayor y más estructural apoyo de nuestros socios, es decir, un compromiso que no se limitase al pago de una modesta cuota sino que pudiéramos contar con, por ejemplo, un par de horas semanales para ayudarnos a caminar más deprisa en la consecución de nuestras tareas programadas.

¿Su cargo de presidente le roba mucho tiempo?

Lamentablemente debo decir que no pues recientemente ha fallecido mi esposa y ahora tengo para mí solo todo el tiempo del mundo. Es decir, que AMESETE no sólo no me “roba” nada sino que, por el contrario, me ofrece la oportunidad de “aturdirme” para no pensar demasiado.

¿Qué otras aficiones tiene el General Maldonado?

Cuando con motivo del pase a la situación de retiro examiné mi vida anterior y confeccioné virtualmente el balance de lo que habían significado 49 años de profesión, me di cuenta que he sido monotemático, horrible palabro que se me ha ocurrido ahora, pues mi única Afición con mayúsculas han sido los suboficiales. Y, desgraciadamente, también me di cuenta que apenas sé  lo imprescindible de otras materias absorto como he estado en “mi tema” los últimos 36 años.

Y a los que se pregunten el por qué les contesto con mis cinco libros, decenas de artículos, conferencias, colaboraciones, etc., dedicadas a los suboficiales y, finalmente, AMESETE donde vuelco todo mi entusiasmo y mi esfuerzo. En todo eso está la contestación al por qué.

¿Qué otros aspectos le gustaría destacar de AMESETE?

 Pues sí y muy brevemente. Sugiero a nuestros lectores que entren en nuestra modesta web www.amesete.es y naveguen por sus apartados hasta comprobando qué hacemos y cómo lo hacemos. En estos momentos tenemos abiertas 130 tareas de investigación y nos vendría bien una manita en forma de suscripción y tiempo de dedicación a la Asociación y si son suboficiales mejor aún, pues tendrían una motivación añadida y específica por estar luchando por ellos mismos y por lo que representan.

Mi General, muchas gracias.

Muchas gracias a ustedes