Cristina Fernández Luque.
Los reservistas españoles a menudo se lamentan de las escasas activaciones que se están produciendo actualmente. Una situación que, debido al déficit de sanitarios en las Fuerzas Armadas, no afecta a nuestro entrevistado, que, desde 2006 ha sido activado todos los años, prestando servicio en la Unidad Militar de Emergencias o la Escuela Militar de Sanidad, entre otros.
El teniente médico de la reserva, D. Julián Domínguez Fernández, proviene de una familia de tradición castrense; tanto su padre, como su abuelo y bisabuelo fueron guardias civiles, por lo que no es de extrañar que en el año 2005 pasara a formar parte de la reserva voluntaria.
Este mes de febrero, debido a una nueva activación, se embarcará en la fragata Álvaro de Bazán con destino al Índico, con la responsabilidad de estar a la altura de «una gran tripulación con gran calidad humana», y la que es siempre su motivación en estos casos: «dejar ante todo en lo más alto nuestra bandera».
Sr. Domínguez, es usted teniente médico de la reserva militar voluntaria, ¿qué le llevó a hacerse reservista y desde cuándo forma parte de la reserva?
En primer lugar por tradición familiar, tanto mi padre, abuelo y bisabuelo fueron guardias civiles y otros familiares militares. Desde el año 2.005.
¿En cuántas ocasiones ha sido activado, y qué labores ha desempeñado en sus diferentes activaciones?
Desde 2006 todos los años, tanto en la U.M.E. como en el EMAD y en mi subdelegación de defensa. Así como en la Escuela Militar de Sanidad. Siempre como médico, en particular en la primera intervención real de la UME en julio de 2007 en el incendio de Gran Canaria.
Hasta el momento, ¿cómo definiría su experiencia en la reserva?
Muy positiva, permitiéndome ejercer mi derecho constitucional de participar en la defensa de los intereses de España. Y también enriquecedora en muchos aspectos como persona, ciudadano y profesional.
¿Cree que es difícil para los reservistas compatibilizar su vocación militar con su trabajo?¿Su experiencia en este aspecto es positiva?
Es complicado. No se ha desarrollado adecuadamente la obligación del empresario al contrario de otros países de nuestro entorno occidental. Hasta ahora en mi hospital la experiencia ha sido positiva al respecto.
¿Cuál es su opinión acerca de que lo reservistas puedan ser activados para misiones internacionales?
Como no podía ser de otra manera, absolutamente positiva. Entiendo que los reservistas voluntarios podemos complementar las necesidades de las Fuerzas Armadas de forma muy eficiente, y que además entrelaza la sociedad civil con la militar y más en la proyección de España ante otros países, donde precisamente un importante porcentaje de efectivos en misiones internacionales son reservistas.
¿Se suma a las quejas expresadas por muchos reservistas respecto a las escasas activaciones que el que se están produciendo, y que el Gobierno justifica por los recortes presupuestarios?
Efectivamente son muy pocas en el conjunto, aunque en algunas profesiones como la de medicina por las necesidades de las Fuerzas Armadas no es así; pero es la excepción.
En 2013, la partida destinada a activación y formación de reservistas cayó hasta los 2,3 millones de euros, la mitad del presupuesto con que contaban en 2012. ¿Cree que es posible alcanzar así el modelo de reserva voluntaria que se planteaba cuando ésta fue creada?
Creo que es imposible. El modelo de reserva adoptado no va a conseguir sus objetivos, ni en volumen ni en efectividad como no se cambien tanto los criterios organizativos de la misma y el desarrollo de las activaciones y formación. Es más sería menos costoso mantener determinadas actividades que las Fuerzas Armadas precisan organizadas a través de la reserva voluntaria que seguir con esas deficiencias. La rigidez tanto en la forma, tiempos y modo de activación hace imposible hacerlas operativas en muchos casos, cuando en las propias Fuerzas Armadas sí se hace con personal profesional. Un ejemplo sería contar con reservistas para cubrir actividades complementarias para las que las Fuerzas Armadas no tiene capacidad suficiente organizándolas a turnos, guardias, períodos fijos mensuales o semanales, etc… Esto está siendo contraproducente para el modelo de reserva voluntaria y para las propias Fuerzas Armadas. En otros países, y en España podría ser viable, incluso mensualmente los reservistas acuden a sus unidades para mantener un contacto estrecho y continuado ejerciendo labores complementarias. Así como organizar nuevas unidades basadas en el modelo reservista aportaría mucho a las Fuerzas Armadas máxime en tiempos de crisis económica y social como la que vivimos.
Según ha reconocido el propio Ministerio de Defensa, para las FAS el ámbito sanitario supone un reto importante ya que existe un verdadero déficit de profesionales de este ámbito a lo largo de toda su historia. ¿Considera preocupante el déficit de personal sanitario en nuestros Ejércitos?¿Cree que la respuesta a esta problemática está en los profesionales de la reserva, como es su caso?
Es realmente preocupante ese déficit. Y efectivamente una solución puede ser contar con los profesionales de la reserva, pero como he dicho antes modificando el modelo, compatibilizando actividades y flexibilizando las activaciones de acuerdo a las verdaderas necesidades de las F.A.S.
¿Recomendaría a sus colegas de profesión la experiencia de unirse a la reserva voluntaria?
Sin duda ninguna, y así lo he venido haciendo desde que soy reservista.
Hemos sabido que ha sido activado para embarcarse, en el próximo mes de febrero en la fragata Álvaro de Bazán con destino al Índico, ¿qué espera encontrase allí?
Seguro que una gran tripulación con gran calidad humana por lo que ya conozco. Y los más importante es estar a la altura de ellos y dar la talla ante el resto de países con los que participamos, dejando ante todo en lo más alto nuestra bandera.
¿Conoce la dotación médica de la fragata en la que embarca?
Hay otro profesional de enfermería militar de carrera. Y apoyo de sanitarios.
Además de ejercer como jefe del servicio de Medicina Preventiva, Salud Pública y Prevención de Riesgos Laborales en el Hospital del Instituto de Gestión Sanitaria de Ceuta, aún saca tiempo para dirigir en CISDE el curso de «Técnico Avanzado en Inteligencia Sanitaria». Para que pueda entenderlo cualquier persona que nos esté leyendo, ¿qué es la inteligencia sanitaria?
Bueno, hacemos lo que podemos en la medida de nuestra disponibilidad de tiempo y en eso es el Tcol. Jiménez Moyano gracias al que esto ha sido posible, sin su colaboración y dedicación hubiera sido imposible el curso. En cuanto a la temática, la Inteligencia Sanitaria consiste en la obtención y análisis de la información de tipo sanitario para un despliegue adecuado. En epidemiología permite tomar decisiones adecuadas para la prevención sanitaria sobre todo.
¿Qué papel juega la inteligencia sanitaria en conflictos bélicos, conflictos asimétricos u otros tipos de amenazas a la seguridad en el mundo actual
En algunos casos puede ser vital, ya que tanto para un despliegue adecuado de efectivos sin sobresaltos sanitarios, como para la defensa ante riesgos biológicos, químicos, radiológicos, etc…, da las claves de defensa, prevención sanitaria o militar en su caso, incluyendo a la población.
¿Tiene la inteligencia sanitaria también su utilidad en la práctica diaria y común de la medicina en hospitales, centros de salud en nuestro país?
Sí, y así se hace por los profesionales que nos dedicamos a la Salud Pública en general. La Inteligencia sanitaria es en muchos casos nuestra vigilancia epidemiológica diaria, que una vez interpretada adecuadamente, de una forma científica y profesionalizada, soluciona problemas de salud que son poblacionales.
Hablando de la sanidad en nuestro país, ¿qué opina acerca de las reformas que al respecto está haciendo el actual gobierno?¿estamos ante una verdadera privatización de la sanidad pública?
Desde luego, pasar la salud a una provisión privada en el que el negocio entre a formar parte, es retroceder casi un siglo en el concepto de salud. La sanidad pública, como la educación pública son la base del desarrollo de los estados modernos, y Europa fue pionera en eso. Y por eso no debemos permitir que pase, sobre todo si lo que puede pasar es que inversores, incluso extranjeros, se dediquen a ganar dinero con ello.
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