“Sólo merece vivir quién por un noble ideal está dispuesto a morir”. Es el lema del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC) del Ejército del Aire y la máxima por la que se conducen todos y cada uno de los integrantes de esta unidad de élite con casi 75 años de historia a sus espaldas.
Estamos tratando con la unidad de Operaciones Especiales del Ejército del Aire. Dependiente orgánicamente del Mando Aéreo General (MAGEN) y del Mando Aéreo de Combate (MACOM) en lo operativo. Una fuerza especialmente configurada, adiestrada y equipada para alcanzar objetivos de gran valor en áreas sensibles u hostiles mediante el empleo de medios y tácticas no convencionales e innovadoras.
El EZAPAC cuenta con capacidad para planear y conducir Operaciones Aéreas Especiales (SAO), donde conviven, literalmente, «aviadores con mentalidad de Operaciones Especiales que emplean las aeronaves de manera inesperada por el enemigo» y que definen como «operaciones, en cualquier nivel del conflicto, en apoyo de acciones no convencionales y actividades psicológicas, encubiertas y clandestinas».
Estas “habilidades especiales” los capacitan para llevar a término diferentes tipos de misiones, entre ellas: el actuar como Controladores de Combate (CCT´s) en apoyo a lanzamientos de personal y carga, y a tomas en pistas no preparadas; el constituirse en equipos TACP (Equipos Tácticos de Control Aéreo) para el apoyo a misiones CAS (Apoyo Aéreo Cercano) a las unidades terrestres; o la Conducción de operaciones de recuperación de personal amigo en zona hostil o «Personnel Recovery» (PR).
En el marco de la OTAN tendrían asignadas misiones de Acción Directa (golpes de mano, emboscadas, asaltos aéreos, guiado termina de armamento, etc), de Reconocimiento Especial (con el fin de completar la información de inteligencia en tiempo real) y Asistencia Militar (instrucción a fuerza de otros países). También proporcionan instrucción de supervivencia en diferentes ambientes, y apoyo a otras unidades en materia de Force Protection.
La unidad se organiza en tres escuadrillas: la Escuadrilla de Fuerzas Especiales (SOATU-ALI 16/Special Operations Air Task Unit – Air Land Integration), formada por equipos operativos de 16 efectivos del EZAPAC especializados en operaciones aéreas; la Escuadrilla de Apoyo Operativo (Almacén general, armamento, CIS – Equipos Especiales, automóviles, sala de plegados y la SOATU-ALI 8); y por último la Escuadrilla de Instrucción (SOATU-ALI 7) de asistencia militar.
Salto histórico
Para conocer sus orígenes tenemos que remontarnos a 1946, año en que se crea la “1ª Bandera de la Legión de Tropas de Aviación” a imagen y semejanza de las Unidades de Infantería Aérea de los ejércitos de Estados Unidos, Inglaterra o Alemania, que durante la 2ª Guerra Mundial habían demostrado la necesidad de contar con una unidad capaz de operar de manera contundente y rápida, saltando más allá de las líneas enemigas y tan lejos como lo permitiese el radio de acción de los aviones.
El 1947 pasa a denominarse “1ª Bandera de Paracaidistas de Aviación” , se constituye como unidad independiente, pionera del paracaidismo militar español y predecesora del actual EZAPAC. En el año 1948, completado su entrenamiento de combate, se convierte en la única unidad terrestre del Ejército del Aire con capacidad para realizar operaciones tipo comando.
Cinco años más tarde, estamos en 1953, vuelve a cambiar de nombre y pasa a ser el “Primer Escuadrón de Paracaidistas”. Su bautismo de fuego fue la Campaña de Pacificación de Sidi Ifni, dónde por primera vez se llevaron a cabo misiones de combate y saltos reales desde aeronaves francesas en La Hagunia y Smara. En 1957 el monte Bugasdir se convirtió en el escenario donde midieron sus fuerzas con los rebeldes del Ejército de Liberación de Marruecos.
En el año 1965, tras la disolución del Primer Escuadrón, se crea la “Escuadrilla de Zapadores Paracaidistas» (EZAPAC), constituyéndose como una unidad independiente bajo el mando del general jefe del MATAC (Mando Aéreo Táctico) y trasladándose al Aeródromo de Alcantarilla donde permanece hasta el día de hoy. Sin embargo, no será hasta 2002 cuando empezamos a hablar del “Escuadrón de Zapadores Paracaidistas”.
Algunos episodios en el exterior
A lo largo de su historia solo dos unidades, el Primer Escuadrón de Paracaidistas y su heredera la EZAPAC lo hicieron al completo de sus efectivos (todo el personal, armamento y bagaje necesario para ser autónomos) en dos ocasiones: en las operaciones de Ifni y Sáhara (Primer Escuadrón/año 1957); y los Zapadores en la “Operación Golondrina”, como consecuencia de la Marcha Verde y la retirada de España de los territorios del África Occidental española.
El Escuadrón, con sus tres escuadrillas de fusiles y la escuadrilla de Plana Mayor, acampó en el aeródromo de Sidi Ifni. En sus proximidades, defendiendo la posición de Busgadir, recibieron su bautismo de fuego al repeler un ataque que recibió la posición durante la primera noche.
Posteriormente, participaron en la primera operación española “combinada” que realizaban nuestras fuerzas armadas. Se trataba de la liberación de Smara, dirigida por el general francés Bourgund, Comandante del África Occidental Francesa y ejecutada por la 2ª Escuadrilla del Escuadrón, con apoyo aéreo de aviones T6 franceses.
Después vendría el lanzamiento, de aproximadamente 180 efectivos de la Primera Escuadrilla y la Escuadrilla de Plana Mayor, en la Hagunía en el marco de una operación ideada para cortar la retirada a las fuerzas del Ejército de Liberación.
La “operación Golondrina” trasladaría a nuestros zapadores a zona de operaciones en aviones T.10, del Ala 31, que se verían obligados a ocultarse entre las nubes para evitar a los F-5 de la Fuerza Aérea marroquí.
En 1989, cambiaron el escenario por Namibia, primer despliegue de fuerzas españolas en una operación de paz de la ONU. La participación española en la UNTAG (Grupo de Asistencia de las Naciones Unidas para la transición a la independencia de Namibia) se llevo a cabo en el tiempo previsto y no tuvo que lamentar ninguna baja. Entre los más de 6.000 integrantes del contingente multinacional se encontraban algunos de nuestros zapadores.
En 1994, el destino fue Ruanda. Tras una petición de auxilio por parte de la ONU, allí acudieron nuestros militares. España se sumó finalmente a la operación UNAMIR II con la misión de establecer una “zona de protección humanitaria” en el sur del país, mediar entre las partes para detener las matanzas sistemáticas, cooperar en el mantenimiento de la seguridad, evacuar personal en peligro, coordinar la ayuda humanitaria y supervisar cumplimiento del acuerdo de paz de Arusha. En total, durante los 6 meses de misión rotaron en UNAMIR II un total de 36 miembros de la EZAPAC.
En julio de 2004 España respondió al llamamiento realizado por el Gobierno de Afganistán a la comunidad internacional, por el que solicitaba un incremento de fuerzas que garantizaran la ayuda humanitaria y el proceso electoral en marcha. Las circunstancias en las que se desarrollaría la misión aconsejaban dotar a esta fuerza terrestre de elementos que, llegado el caso, contribuyeran a su seguridad mediante un eficaz apoyo aéreo cercano (CAS – Close Air Support).
Una vez más los elegidos fueron los “Bullfighters”, apelativo por el que se conoce a los “equipos de control aerotáctico (TACP – Tactical Air Control Party) del Ejército del Aire en el ámbito internacional y que después de su brillante y reconocida participación en el conflicto de Bosnia-Herzegovina, donde realizaron con éxito más de 11.400 conducciones de aeronaves, volvían a ser llamados a la acción”. En total 23 zapadores paracaidistas cumplieron con su misión en suelo afgano.
El EZAPAC volviera de nuevo a Afganistán, permaneciendo hasta el final de la misión. En 2005 comenzó el despliegue del contingente español en apoyo a la expansión de ISAF, lo que también significó para el Ejército del Aire un incremento significativo de su participación. Entre sus misiones: “contribuir a la protección de instalaciones, asesorar e instruir a unidades del Ejército afgano en todo lo referente a infraestructura, organización y gestión tanto de personal como de material militar, etc. La misión finalizó para el EZAPAC en diciembre de 2008”.
Para aquellos que conocen los hechos de primera mano, “el EZAPAC comprendió que esta sería muy diferente a las anteriores. Las condiciones generales en las que se desenvolvía, el propio escenario, la singularidad del terreno afgano, el clima y la distancia a España, entre otros factores, harían de esta una misión exigente para todos”.
Hablamos por tanto de una unidad curtida, que en todo este tiempo ha acumulado conocimiento y experiencia, sabiendo adaptarse y evolucionar tecnológicamente (en el uso de equipos especiales, armamento y comunicaciones) hasta situarse al nivel de cualquiera de nuestro países aliados. Supliendo con pericia cualquier carencia.
De modo que si estás pensando en formar parte de esta unidad de élite prepárate para superar un completo y exigente plan de instrucción (curso de paracaidismo incluido) y ten presente que al final solamente un 40% (promedio) de los aspirantes recibirá la anhelada boina verde.
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