Entre el rio Litani y la Blue Line que delimita el territorio israelí, una zona de 40 km de profundidad y 65 km de ancho, se despliegan efectivos de Naciones Unidas. Entre ellos se encuentra el mayor contingente español desplegado en el extranjero; un hecho que prueba la importancia que atesora la participación de las tropas españolas en UNIFIL (por sus siglas en inglés), la Fuerza Provisional de Naciones Unidas en el Líbano.
Desde la base Miguel de Cervantes, ubicada en la región de Marjaayoun, España dirige el sector Este bajo la llamada Operación Hidalgo; mientras que la zona Oeste está bajo mando italiano. El sector comandado por España lo conforma una brigada de 3.500 efectivos formada por cuatro batallones: uno nepalí, uno indio, uno indonesio y uno español; este último contiene 3 compañías multinacionales: una hispano-salvadoreña, otra serbia, y la tercera compañía enteramente española. Actualmente están desplegados en torno a 650 efectivos españoles.
“Nosotros estamos aquí para reforzar la imagen del Ejército libanés, para que vaya asumiendo cometidos en el sur; que Hezbollah deje las armas y que las LAF sean lo suficientemente fuerte para controlar la zona»
Esta misión dio comienzo en 1978 tras la ocupación israelí del Líbano, sin embargo no fue hasta su segundo capítulo con UNIFIL II, en 2006, y a raíz de la resolución 1701 – por una nueva invasión del país hebreo – cuando España se implicó en la tarea encomendada por Naciones Unidas. La misión principal ha sido monitorizar el cese de hostilidades entre las fuerzas israelíes y Hezbollah, los actores implicados en la guerra que impulsó la resolución 1701 hace más de una década: “Estamos aquí para verificar el cese de hostilidades, y para ello es fundamental que los dos países respeten la Blue Line”, puntualiza el coronel Vilchez, oficial de la Brigada Extremadura XI.
Aun si el objetivo cardinal de UNIFIL es mediar en la desescalada de tensión en la zona, también se procura la proyección de autonomía de las fuerzas libanesas en la gestión de la zona. Para ello es clave el trabajo conjunto de las Fuerzas Armadas del Líbano (LAF, por sus siglas en inglés) con UNIFIL: “Nosotros estamos aquí para reforzar la imagen del Ejército libanés, para que poco a poco se vaya haciendo fuerte y vaya asumiendo cometidos en el sur; que Hezbollah deje las armas y que las LAF sean lo suficientemente fuerte para controlar la zona. No para pelear contra Israel, si no para controlar la zona y para que la gente respete la resolución”, resalta el oficial.
“Nuestra misión se consigue manteniendo una presencia permanente en la zona que garantice que se informe de cada una de las violaciones del mandato»
De ahí la diversidad de funciones desplegadas en la zona. Mantener el compromiso de lo dictado por la Resolución 1701 implica la permanente monitorización de la situación, el apoyo al despliegue de las LAF en el sur del Líbano, y el pertinente apoyo humanitario si la situación lo exige, suponen un trabajo versátil desde una estrategia que progresivamente ha exigido una labor de mayor índole cívica: “Es importante decir que no somos una fuerza de interposición, porque el mandato se creó para garantizar un cese de hostilidades, por lo que si se reanudasen la misión debería de variar. Tampoco somos una fuerza de imposición de la paz; nuestra misión se consigue manteniendo una presencia permanente en la zona que garantice que se informa de cada una de las violaciones del mandato que se puedan producir», argumenta el coronel Vilchez.
En este aspecto España ostenta una responsabilidad muy concreta, ya que dado el perfil abogado por Naciones Unidas en esta misión tanto las tareas de entrenamiento como las cívico-militares han cobrado un papel exponencial, y en las cuales los efectivos españoles han perpetrado una tarea palmaria a través de varias actividades como el Proyecto Cervantes o las labores en el desarrollo de infraestructuras.
Bajo esta hoja de ruta la unidad cívico-militar (CIMIC) ha resultado un eje capital en la tarea por ayudar a integrar a las fuerzas libanesas en la rutina de su propia población: la complejidad es rotunda dado que el sur del Líbano es una región donde, a pesar del abanico religioso, la influencia de Hezbollah está cristalizada por su historia más reciente. El cometido de las tropas españolas en nombre de UNIFIL en este aspecto ha sido elaborar proyectos que cimienten una confianza mutua entre los diferentes actores – políticos, civiles, religiosos y militares – presentes en la región: “Con la actividad CIMIC buscamos ganar confianza; la hacemos solo nosotros, pero ya este año hemos hecho el primer proyecto conjunto con las LAF en un colegio. Es una forma de que las LAF se den cuenta de que están para apoyar a su propia población”, resalta el capitán del grupo táctico, Muñoz de la Rosa.
«La presencia es fundamental que sea imparcial. Se consigue integrándose en la población para poder explicar en todos los estratos de la sociedad libanesa lo que hacemos y cómo lo hacemos”, subraya el coronel
Dentro de estas labores el reunirse con los alcaldes o mutares de las ciudades resulta un paso esencial para poder llevar a buen puerto este tipo de actividades; implica una perspectiva diferente y minuciosos conocimientos del terreno: “Me suelo reunir cada día o cada dos con ellos. Veo sus inquietudes, palpo la situación y luego estudiamos futuros proyectos; en función de los proyectos y la capacidad de España y del Líbano se lo asignamos a uno u a otro. Hasta ahora llevamos inaugurados 15 proyectos solo en el área de Marjaayoun”, explica el capitán del grupo táctico.
El pasado 31 de agosto se renovó la resolución que sustenta la misión de UNIFIL. No obstante, adalid de las presiones de Estados Unidos e Israel se aprobó la resolución 2373, dispuesta para ejercer mayor presión tanto en las labores de Naciones Unidas como de las LAF en tareas contra Hezbollah, grupo considerado terrorista por Estados Unidos. La nueva resolución pretende reforzar las labores de vigilancia, incluyendo también registros en casas: “A UNIFIL le dice que tenemos que hacer más patrullas – estamos haciendo 220 o 230 al día – y también dice que hay que hacer registros en casas, pero eso tiene un fondo legal. Por ello se ha pedido una aclaración a Naciones Unidas sobre lo que significa el término de `registro´ por sus implicaciones legales”, argumenta el coronel Vilchez.
Ante este escenario son muchos los analistas que vaticinan una guerra inevitable entre Hezbollah e Israel en fechas próximas. El próximo día 22 la brigada Extremadura XI acaba su rotación tras 6 meses en tierras libanesas, pero antes debe lidiar con un mayo que se anticipa efervescente. Las elecciones parlamentarias libanesas, la revisión del pacto nuclear iraní, el aniversario del Nakba o del nacimiento del Estado israelí son fechas marcadas en la agenda de UNIFIL por tratarse de escenarios con alta potencialidad de tensión.
Naciones Unidas proyecta para esta misión un futuro en el que progresivamente se le vaya cediendo poder y responsabilidades a las Fuerzas libanesas: “Hay indicadores en el Líbano, como las elecciones, la política de disociación, la progresiva capacitación de las LAF o el apoyo económico internacional que nos invitan a pensar que se va hacia una situación más estable. Si todas las iniciativas mantuvieran el impulso en los próximos meses, creo que se podría iniciar el repliegue de partes de las fuerzas de UNIFIL e ir reduciéndolas de forma progresiva, en beneficio de las LAF”, concluye el general Romero, general jefe del sector Este de UNIFIL.
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