Redacción.
El Departamento de Estado de los Estados Unidos ha encausado a cinco altos cargos del Ejército chino acusados de realizar ciberespionaje industrial, por haberse infiltrado, supuestamente, en cinco empresas y un sindicato.
Las empresas afectadas son United States Steel, Alcoa, Westinghouse Electric, Solar World, Alleghny Tecnologies y el United Steel Workers (sindicato del acero)
Los acusados, Wang Dong, Sun Kailiang, Wen Xinyu, Huang Zhenyu y Gu Chunhui, podrían pertenecer a la ya conocida unidad 61398 del Ejército de Liberación Popular chino, unidad que fue destapada el pasado año por el periódico The New York Times a través de una investigación de la empresa de seguridad Mandiant. Según informaba entonces el diario, la unidad tendría su base en un edificio del barrio financiero de Pudong, en Shangai.
Los cinco militares están acusados, en concreto, de robar secretos comerciales e industriales de empresas del sector energético, del acero y el aluminio, por un valor de más de 70.000 millones de euros.
La denuncia de los Estados Unidos aumenta la tensión entre ambos países que desde hace algún un tiempo intercambian acusaciones casi constantes de espionaje, aunque nunca antes los Estados Unidos habían llegado a presentar cargos contra militares chinos por ciberespionaje.
«Acusación absurda y falta de base»
La reacción de China no se ha hecho esperar, exigiendo la retirada inmediata de la denuncia, y amenazando con que se produzca un «deterioro» de las relaciones entre ambos países. El Gobierno chino ha calificado la acusación de «absurda y falta de base», y han asegurado que el Ejército chino «nunca ha participado en ciberespionaje de secretos comerciales».
Por el momento, China ha movido ficha; el Gobierno chino ha anunciado que se retiraba del grupo de trabajo bilateral sobre ciberseguridad. Asimismo, China ha convocado al embajador estadounidense en Pekín, Max Baucus, para comunicarle su oposición a la denuncia formulada contra los cinco altos cargos de su Ejército.
Estados Unidos, por el momento, se mantiene firme en sus actuaciones. El fiscal general, Eric Holder, ha asegurado que no se pasarán por alto este tipo de comportamientos delictivos: «Esta Administración no tolerará las acciones de ningún país que ilegalmente intente sabotear a compañías americanas».
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