Verónica Sánchez Moreno
El Grupo de Investigación Académica sobre la Financiación del Terrorismo Yihadista (GIAFTY) del Campus Internacional para la Defensa y la Seguridad (CISDE) hace balance durante su primer aniversario.
Que para acabar con el terrorismo yihadista es necesario cortar sus fuentes de financiación es algo en lo que todos los expertos en geoestrategia coinciden. Para hacer frente a este desafío global, que la Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) española define como una de las amenazas para nuestro país, decidió formarse hace ya un año, en el marco del Campus Internacional para la Defensa y la Seguridad (CISDE), un grupo de investigación académica multidisciplinar que ha comenzado a dar sus frutos.
Investigadores de Historia, Filología, Arte, Geoestrategia, Derecho, Finanzas, Geopolítica, Economía y Matemáticas, conforman un equipo cuyo objetivo es producir trabajos de calidad desde el punto de vista académico que contribuyan a la difusión de la Cultura de Defensa. Como especifican desde el Grupo de Investigación Académica sobre la Financiación del Terrorismo Yihadista, “tras la aprobación de la Ley 36/2015 de 28 de septiembre de Seguridad Nacional, el ordenamiento jurídico español considera que la Seguridad Nacional debe ser abordada de forma integral y que, además de a las administraciones públicas, también tiene que implicar a la sociedad en general. La ESN es un proyecto de todos, compartido por todos, lo que implica también a la comunidad académica”.
Se da por sentado que el estudio del terrorismo requiere de las técnicas analíticas del análisis de inteligencia pero, sostienen desde el GIAFTY, que la financiación del mismo es un fenómeno económico-financiero que también requiere de las técnicas matemáticas del análisis económico financiero.
Un sistema que está dando resultados
Al frente de este equipo se encuentra el presidente de CISDE, Carlos González de Escalada, que se muestra muy satisfecho con la actividad del mismo. “En España, con honrosas excepciones, existe escasa tradición investigadora en seguridad y defensa y no había una línea de investigación tan específica como es la financiación del terrorismo yihadista”, señala González de Escalada. “Una vez más, CISDE es pionero en este campo. Lo más difícil ya lo hemos hecho que es empezar. Además se trata de un grupo muy bueno y altamente motivado que está dispuesto a lograr avances notables de los conocimientos en este campo. Es un privilegio ser el director de este equipo tan potente que contribuye de manera decidida a mejorar nuestra seguridad colectiva”.
El grupo funciona, bajo la coordinación de Julia Martínez, con una estructura perfectamente marcada. Cada componente es investigador principal de un tema determinado, una línea asignada en función de su formación y, sobre todo, de sus intereses, a lo que denominan “equipo individual”. Asimismo, cada miembro del GIAFTY es también investigador secundario, ayudando al investigador principal de otra línea. Por último, cuando cualquier equipo necesita ayuda adicional o tiene dudas relacionadas con temas transversales, consultan a un tercer investigador o incluso a todos.
“Este sistema de colaboración está comenzando a dar sus frutos”, afirma Martínez, “en un caso, la colaboración entre investigación principal y secundario ha sido tan fluida y tan productiva que han terminado siendo coautores de un proyecto de investigación que próximamente será publicado”. Y la principal consecuencia de este tipo de colaboración, en el que todos piden y reciben, es que “está desembocando en una mayor cohesión del grupo”.
El capitán de Infantería Pablo Molina, miembro de GIAFTY, lo tiene claro, decidió formar parte de este grupo de investigación académica porque considera “que todos somos parte de la Defensa Nacional y hemos de contribuir activamente a la misma”. Su valor añadido es la experiencia, tanto en unidades de Infantería como en el continente africano. La motivación de Víctor Hidalgo, especialista en Seguridad, fue doble. A nivel profesional, quiere aportar su grano de arena en la solución al problema del terrorismo y, en el plano personal, le preocupa “el nivel de inseguridad o violencia que puedan sufrir mis hijas si no se ataja o controla el terrorismo”. Esta misma “obligación moral de investigar sobre la lacra terrorista que nos persigue actualmente” es lo que, según sus propias palabras, llevó al historiador especializado en Seguridad, Defensa y purga patrimonial Álvaro Hernández, a incorporarse al equipo. Así como “la necesidad de crecer profesionalmente, y más si es rodeado de investigadores de diferentes materias”, afirma Hernández, para el que “la juventud debe ser un implemento para combatir las injusticias humanas globales, y no un factor de detrimento o de crítica por falta de experiencia”. Por su parte, la arabista y analista Belén Domínguez lo tiene claro, su interés por el terrorismo y su formación como arabista, que le permite tener un conocimiento práctico sobre el tema, le llevó a participar en el proyecto. “Además, a todos nos cierne en la medida de nuestras posibilidades contribuir a la Seguridad Nacional”, subraya. Según su compañera Alejandra Hernampérez, licenciada en Derecho y analista de riesgos, el rasgo diferencial de este grupo es su heterogeneidad. “Poder colaborar con personas tan distintas a mí en formación y, sin embargo, con las que tengo tantas coas en común”, destaca, porque, en el GIAFTY, “cualquier disciplina es un valor añadido para la seguridad”.
Tras un año de funcionamiento, el balance en cifras es: dos artículos publicados en el Journal de Pensamiento Estratégico, tanto en castellano como en inglés, el primero de ellos sobre el acceso de Daesh al mercado del petróleo y el segundo sobre las vulnerabilidades de los canales de pago; a los que se sumarán otro que será publicado en el próximo número del Journal y un cuarto que está en proceso de aceptación. Además de una reunión de expertos durante el pasado mes de septiembre en la que se mostraron algunas investigaciones realizadas hasta el momento. Asimismo, en la actualidad el GIAFTY mantiene doce líneas de investigación abiertas, de las cuales siete se encuentran en situación bastante avanzada. “Los investigadores están trabajando para ser realmente expertos en su especialidad”, afirma Martínez, “el mayor triunfo de este grupo es el factor humano”.
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