Redacción.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó ayer de la muerte de al menos 60 chiíes, la mayoría de ellos soldados paramilitares a favor del régimen de Al Asad, en choques contra los rebeldes en un pueblo en la villa de Hatlá, en el noreste de Siria.

Desde este martes, varios batallones de rebeldes habían tomado la villa de Hatlá. En diversos vídeos distribuidos en la red por simpatizantes de la oposición se pueden ver a varios milicianos gritando consignas contra los chiíes, a los que llaman infieles y apóstatas, y gritan cosas como «Este es vuestro final, perros» o «Esta es una zona suní, no pueden entrar otros grupos». En otro de los vídeos, se pueden ver los cadáveres de varias víctimas en el suelo del patio de una vivienda en la que se refugian varios rebeldes.

Varias organizaciones simpatizantes de la oposición siria afirman que entre los grupos armados se encontraban también yihadistas radicales, que aprovechan la fragmentación de la oposición para actuar.

Algunos civiles de Hatla se han visto obligados a desplazarse  a otras localidades próximas para huir de los enfrentamientos y bombardeos.

Es esta una guerra civil que dura ya dos años y que se recrudece y toma una perfil cada vez más sectario; con una mayoría suní quiere hacerse con el poder que actualmente ostentan varios grupos minoritarios liderados por la secta alauí, a la que pertenece Bachar Al Asad, y que es una corriente del chiísmo.