Redacción.

El Gobierno Sirio ha presentado una queja por escrito ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, acusando a Israel de haber lanzado un ataque con misiles contra un centro militar de Damasco.

Ha sido mediante una carta enviada por el ministro sirio de Exteriores al Consejo, mientras que el viceministro de Exteriores, Faisal Al Mekdad, ha asegurado en declaraciones hechas a la cadena CNN que «el ataque supone una declaración de guerra».

Es el segundo ataque que se produce en tan sólo dos días, y el tercero de estas características en lo que va de año.
Según aseguran fuentes de la inteligencia occidental, el principal objetivo del ataque era un arsenal de misiles iraníes que iban a ser entregados en Líbano a la milicia chiíta Hezbolá.

El Gobierno sirio acusó de inmediato a Israel del ataque que en la madrugada del domingo mantuvo en vilo a los habitantes de Damasco, una ciudad que tristemente, en los últimos meses se está acostumbrando a este tipo de ataques (aunque este ha sido más intento de lo habitual). En esta ocasión, fuentes mulitares sirias aseguran que Israel ha utilizado uranio empobrecido en la munición del ataque.

Por su parte, desde el gobierno de Israel no se confirma ni desmiente oficialmente el ataque. Sin embargo, y de forma anónima, fuentes israelíes han confirmado a la agencia AP que el objetivo que se perseguía era, en efecto, el mencionado cargamento de misiles que iba a ser entregado a Hezbolá.

Intensos enfrentamientos
Como consecuencia del ataque, a lo largo de todo el día de ayer, se sucedieron intensos enfrentamientos entre los opositores al régimen y el Ejército en toda la provincia de Damasco, además de en otros puntos del país.

En el norte, los rebeldes se hicieron con el control de parte de la base aérea de Mannagh, en la frontera con Turquía