Redacción.
La Guardia Civil ha desarticulado una red delictiva que se dedicaba a ofrecer contratos de trabajo ficticios a cambio de dinero.
Las personas que pagaban por la obtención de estos contratos buscaban principalmente el cobro de prestaciones por desempleo, la obtención de permisos de residencia, en el caso de los extranjeros, y el acceso a beneficios penitenciarios como el Tercer Grado.
Hasta el momento, han sido detenidas y puestas a disposición judicial 422 personas, incluyendo los beneficiarios de los contratos, los miembros del entramado y el máximo responsable del mismo. Las detenciones se han producido en numerosas provincias de la geografía española: Cádiz, Huelva, Sevilla, Jaén, Málaga, Algeciras, Granada, Logroño, Valencia, Valladolid, Las Palmas, Vitoria, Toledo, Cáceres, Murcia, Tenerife, Alicante, Castellón, Guipúzcoa, Navarra, Barcelona, Gijón, Madrid, Oviedo, Teruel, Bilbao, Girona, y Mallorca.
La operación se ha llevado a cabo con la estrecha colaboración de la Tesorería General de la Seguridad Social, Inspección de Trabajo y la Agencia Estatal de Administración Tributaria.
Hasta 10 empresas fantasma
La operación se inició al tener conocimiento los guardias civiles de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Cádiz de la existencia de un entramado criminal, liderado por un vecino de la localidad de Jerez de la Frontera, que estaría creando empresas fantasma, al frente de las cuales figuraban como administradores únicos, en la mayoría de los casos, toxicómanos con gran cantidad de antecedentes penales, a los que se les pagaba por figurar como tales. El entramado criminal llegó a montar hasta 10 empresas, teniendo en su haber una gran cantidad de trabajadores en su nómina.
Las investigaciones desvelaron que no se cumplía con los pagos y obligaciones con los distintos organismos implicados, tales como los abonos de obligaciones fiscales y laborales contraídos por las empresas y los supuestos trabajadores, concretándose en que no tienen actividad de ingresos/gastos de bienes o servicios, por lo que queda patente que se trata de empresas simuladas, creadas con el único fin de dar de alta a falsos trabajadores.
Por medio de este sistema delictivo, este entramado, y sobre todo su líder, obtenía cuantiosos beneficios económicos, ya que a todos los trabajadores a los que daba de alta en las empresas, se les cobraba una cantidad económica en función de las necesidades concretas del mismo.
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