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La Guardia Nacional Francesa. ¿Un modelo a seguir?...

La Guardia Nacional Francesa. ¿Un modelo a seguir?

El 16 de noviembre de 2015, el presidente François Hollande declaró en la Academia Militar de Saint Cyr que Francia estaba en guerra y expresó su deseo de “sacar el mejor partido posible de las reservas de defensa”. Los objetivos que se fijaron en ese momento era disponer de 40.000 voluntarios en la Reserva Operativa de Primer Nivel  para 2019 (contra los 28.000 disponibles en ese momento) y poder desplegar permanentemente unos 1.000 en territorio nacional en el marco de la Operación Sentinelle. [1]

La reserva, totalmente reorganizada desde finales de los 90 para adaptarse a la suspensión del servicio militar obligatorio, fue tratada durante años como un asunto de baja prioridad. A la cola en la recepción de material, con una media de edad excesiva y con pocas atribuciones, muchos militares del componente activo veían a la reserva como un desperdicio de recursos y, en cualquier caso, un destino a evitar. A pesar de que una reserva operativa, mejor formada y más disponible estaba presente en las leyes de programación militar y en los libros blancos de defensa de las dos últimas décadas, los medios y la determinación brillaron por su ausencia y los reservistas siguieron con un perfil relativamente bajo.

Si reforzar la reserva ya estaba en la agenda a finales de 2015, el verano siguiente se disiparon las dudas que el proyecto aún pudiese provocar con el atentado de Niza que se saldó con 84 muertos y más de un centenar de heridos.[2]  Dicho ataque, lejos de amilanar a la saliente administración Hollande, reforzó su determinación de combatir el yihadismo tanto en el extranjero como en territorio nacional. Esto último cristalizó en el decreto Nº 2016-1364 del 13 de octubre de 2016 que creaba la Guardia Nacional. La intención, lejos de crear una nueva unidad, era más bien optimizar el empleo de los reservistas de los ejércitos y las fuerzas del orden con una nueva entidad orgánica bajo un comité director y el asesoramiento de un comité de gestión y otro consultivo.[3]

Dicha Guardia Nacional nacía pues con la idea de reforzar una reserva operativa que en octubre de 2016 contaba con unos 65.000 hombres y mujeres y elevarla a 85.000 con la siguiente composición:

  • 40.000 miembros de la Reserva Operativa de Primer Nivel de los tres ejércitos.
  • 40.000 reservistas de la Gendarmería .
  • 5.000 reservistas de la Policía Nacional.

Revitalizar y renovar la que hasta entonces había sido la hermana pobre de los ejércitos no está resultando fácil ni barato. Fue necesario aumentar en 100 millones de euros el presupuesto dedicado a la reserva para alcanzar los 311 millones. Una cifra moderada, teniendo en cuenta el objetivo de reclutar más de 20.000 nuevos miembros en dos años y mantener unos 9.250 sobre el terreno cada día. Una medida previa fue aumentar la activación media de los reservistas de 24 a 37 días anuales. Otra medida para atraer a los candidatos más jóvenes fue ofrecer una subvención de 1.000 euros a los que firmasen un compromiso antes de cumplir los 25 años y hayan prestado servicio un mínimo de 50 días. En esa misma línea, se concede a los reservistas de esa edad un estipendio mensual de 100 euros por 37 días anuales de servicio (al margen de los haberes derivados de su activación) y la posibilidad de ascenso tras completar sus estudios. Asimismo, se prevén beneficios fiscales para el empleador para compensar la ausencia del reservista.[4]

Aunque la creación de la Guardia Nacional esté fuertemente asociada a las misiones de seguridad interna, estos reservistas deben desempeñar las mismas funciones que sus pares del componente activo, incluida la participación en misiones exteriores. Se busca así aumentar el porcentaje históricamente bajo de la reserva  en estos servicios (entorno al 2%)[5], aliviar la carga de unas fuerzas armadas con demasiadas misiones y al mismo tiempo incorporar nuevos perfiles profesionales.

El fruto de este esfuerzo aún está por ver, aunque los primeros resultados son ya evidentes. El pasado 2 de octubre, en la Estación de Staint-Charles en Marsella, un inmigrante ilegal de origen tunecino y de 29 años de edad agredió con un cuchillo a dos viandantes en lo que parecía un nuevo ataque yihadista en solitario. El atacante fue abatido tras los preceptivos avisos y disparo de advertencia por un reservista de 24 años. Residente en la misma zona y cabo del 1º Regimiento Extranjero de Ingenieros, su intervención evitó nuevas víctimas si bien fue imposible salvar la vida de las mujeres apuñaladas. Aunque el DAESH se apresuró a reivindicar el ataque, no se encontró relación entre el sospechoso y la organización.[6]

Conclusiones

Tras años de infrautilización, Francia ha decidido poner a sus reservistas  a la vanguardia de su seguridad interna y convertirlos en instrumentos más útiles para la defensa. Si bien el esfuerzo económico ha sido notable, el clima social demandaba medidas resolutivas dentro y fuera de Francia. Por otra parte, la relación entre la Nación y sus ejércitos, atenuada desde la suspensión del servicio militar obligatorio, necesitaba un instrumento más poderoso que la Jornada de Defensa y Ciudadanía que lo sustituyó.

En un momento en que España afronta parecidos riesgos y amenazas, al tiempo que ha quedado abierto el proceso de reforma de su modelo de reserva, cabe preguntarse lo que podemos aprender de la experiencia francesa. En la reciente crisis catalana hemos visto como los efectivos de Policía Nacional y Guardia Civil se han visto desbordados por circunstancias imprevistas. En el pasado se ha recurrido a las Fuerzas Armadas para la custodia de infraestructuras críticas. Los despliegues de la UME requieren a menudo un conocimiento previo del terreno que sólo un nativo puede proporcionar. Por no mencionar la escasez crítica en determinadas especialidades como Sanidad Militar.

Cuando queda constatado que lo más caro es lo que no funciona, es hora de hacer números y contemplar otras soluciones.

 

César Pintado @CsarPintado

 

[1]Discours du 14 janvier 2016, prononcé à Saint-Cyr Coëtquidan.

[2] http://www.elmundo.es/internacional/2016/07/14/57880490e2704ebe158b4641.html

[3] http://www.legifrance.gouv.fr

[4] http://www.liberation.fr/france/2016/10/13/la-garde-nationale-une-reserve-operationnelle_1521779

[5] https://es.slideshare.net/CsarPintado/la-reserva-francesa

[6] https://www.ladepeche.fr/article/2017/10/02/2657082-attaque-marseille-est-reserviste-region-abattu-assaillant.html


Licenciado en Marketing y Management. Profesor del CISDE. Colaborador en CISDE Journal, Revista Ejército, GEES, Revista Atenea, XXI Legio e IEEE. Teniente del ET (Reservista). Novelista.

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