Por GB D. Agustín Alcázar Segura ( R )
Los ataques terroristas contra Estados Unidos realizados el 11 de Septiembre de 2001 destruyeron las Torres Gemelas de Nueva York y causaron graves daños en el Pentágono[1], en el Estado de Virginia, dejando cerca de 3.000 muertos y 6.000 heridos.
Al día siguiente, el Secretario General de la OTAN, el británico George Robertson, después de establecer consultas con todos los aliados, declaró la voluntad de dicha organización de invocar el artículo 5 de su Tratado fundacional[2]. No obstante, Estados Unidos declinó el ofrecimiento por considerar que sus propios medios eran suficientes para derrotar a los talibanes y eliminar a Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda.
Estados Unidos inició el 7 de Octubre de 2000, la denominada operación Libertad Duradera para expulsar a los talibán del poder y luchar contra Al Qaeda.
Una vez derrotados los talibanes, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas autorizó, por Resolución 1386 de 20 de Diciembre de 2001, el despliegue de una Fuerza Internacional de Seguridad y Ayuda (ISAF), por un plazo de seis meses, con la misión de ayudar a la Autoridad Provisional de Afganistán al mantenimiento de la seguridad en Kabul y sus alrededores y colaborar en el adiestramiento de unas nuevas fuerzas de seguridad afganas.
ISAF inició su despliegue en Diciembre de 2001 bajo el liderazgo de la Gran Bretaña, pero con zonas de actuación y cometidos diferentes a los de la Operación Libertad Duradera.
Tras varias rotaciones lideradas por diferentes naciones, se decidió que la OTAN se hiciese cargo del mando, produciéndose el relevo en Agosto de 2003[3]. A partir de esa fecha ha continuado ininterrumpidamente dirigiendo las operaciones de la ISAF, pese a que han participado un elevado número de naciones, muchas de las cuales no pertenecen a la OTAN.
En Marzo de 2003 dio comienzo la invasión de Irak, a la que Estados Unidos dio prioridad. Esta circunstancia, unida al resurgimiento de la actividad talibán y al hecho de que el mandato de la Fuerza Internacional estaba limitado a tareas de reconstrucción y seguridad, excluyendo la lucha contra la insurgencia, llevó a un rápido deterioro de la situación.
En estas circunstancias, se ampliaron los cometidos de ISAF hasta que las fuerzas de seguridad afganas estuvieran en condiciones de asumir su responsabilidad, extendiendo las zonas de despliegue a fin de aumentar el apoyo a la seguridad y reconstrucción del país, hasta acabar abarcando todo el territorio de Afganistán en Octubre de 2006. Para poder atender a esta nueva situación, las fuerzas de ISAF se organizaron en un Cuartel General en Kabul y cinco mandos Regionales[4], estableciéndose asimismo que el Comandante de la ISAF, así como el segundo jefe, fuesen en lo sucesivo generales del ejército de los Estados Unidos.
En el momento actual se encuentran desplegados en Afganistán 112.579 soldados, de los que 74.400 son norteamericanos y 1.500 españoles. Desde el inicio de las operaciones se han producido 3.257 bajas de las fuerzas internacionales, correspondiendo 2.177 a EEUU y 34 a España[5].
[1] El Pentágono es la sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. En él trabajan aproximadamente 23.000 empleados militares y civiles, y cerca de 3.000 de personal de apoyo.
[2] En él se establece que un ataque contra el territorio de uno de sus miembros se considerará como un ataque contra todos.
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