Redacción.

La Organización del Atlántico Norte está acelerando la creación de una fuerza de acción rápida; una unidad militar formada por varios miles de soldados con la capacidad de desplegarse en unas pocas horas.

El secretario general de la organización, Anders Fogh Rasmussen no ha precisado cuántas personas formarán esta nueva fuerza (algunas fuentes hablan de 4.000), ya que la cantidad deberá ser aprobada por los jefes de Estado y de Gobierno de la alianza, lo que probablemente ocurra en la cumbre que se celebrará en Gales el jueves y viernes de esta misma semana.

En Cardiff se perfilarán todos los detalles de la que será la «punta de lanza» de una fuerza de acción inmediata, y que espera estar lista para ponerse en marcha a finales de año. La unidad estará formada por fuerzas terrestres, navales, aéreas y fuerzas especiales, y tendrá su base en alguno de los cuarteles de los 28 países miembros.

La OTAN se ve acuciada a prepararse para cualquier situación que pudiera darse como consecuencia de la creciente implicación de Rusia en el conflicto en Ucrania. Tanto es así que Anders Fogh Rasmussen no ha tenido reparos en afirmar que «aunque no queramos atacar a nadie, los peligros y amenazas son visibles y haremos lo necesario para defender a nuestros aliados».

Se espera que la creación de esta fuerza tenga un efecto disuasorio sobre cualquier agresor potencial, que verá que «estamos preparados», como ha explicado el Rasmussen.

Por otro lado, y también como mensaje claro a Rusia, la OTAN pretende aumentar la presencia de sus tropas en Europa del este, ya que se considera que en la zona «la situación de seguridad es muy inestable, y es necesario tener presencia real sobre terreno». Algo que no gustará a Rusia, con la que la OTAN se comprometió a no tener bases permanentes en la zona.