Redacción.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el vicesecretario de Defensa de Estados Unidos, Bob Work, han asistido este jueves a la puesta en funcionamiento del escudo antimisiles que este país diseñó para la defensa de Europa frente a amenazas por ataques de misiles balísticos de largo alcance.
El escudo queda bajo el control de la Alianza y pretende ser un paraguas para el continente ante posibles ataques provenientes de estados como Corea o Irán. No obstante, Rusia ha tomado la activación (tardía) de este instrumento como una provocación, a pesar de que Stoltenberg ha declarado que “es imposible que el escudo derribe misiles rusos…y los rusos saben que no es un sistema dirigido contra ellos”. Pese a estas declaraciones, es cierto que el escudo podría detener algunos lanzamientos de misiles balísticos rusos, por lo que, desde el inicio del proyecto, la OTAN intentó mantener un diálogo con el gobierno de Moscú. Un intento fallido que finalizó en 2013.
La inauguración tuvo lugar este jueves en la ciudad rumana de Deveslu, aunque el sistema no entrará en funcionamiento hasta julio de este mismo año. Por otro lado, hoy viernes se celebrará una ceremonia de inicio de la construcción en Polonia de otra de las partes de este escudo, que estará operativa a partir de 2018.
Turquía, Alemania y España albergan parte del dispositivo
El escudo está formado por una serie de radares ubicados en Turquía, capaces de detectar el lanzamiento de un misil balístico en el espacio. Una vez detectado, se activa un sistema de destrucción del misil mediante disparos desde tierra o desde barcos, encontrándose estos últimos, un total de 4, amarrados en la base gaditana de Rota. El centro de control de la OTAN sobre todo el dispositivo se encuentra ubicado en Alemania.
La activación del escudo tiene lugar en uno de los momentos de mayor tensión entre Rusia y Estados Unidos, desde que hace dos años Moscú se anexionara la península ucraniana de Crimea, y tras la creciente implicación militar de los Estados Unidos en los territorios de los países de la antigua URSS. Creciente implicación que hasta el momento se traduce en medidas de carácter disuasorio como Con un objetivo disuasorio, cuadruplicar el presupuesto de su programa de apoyo militar a aliados en el centro y el Este de Europa, o el aumento el año próximo del despliegue de tropas y vehículos de combate en la región.
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