Redacción.

Los ministros de Exteriores de los 28 estados miembros de la Unión Europea decidieron este lunes, por unanimidad, incluir a la rama militar del partido libanés Hezbolá en la lista de organizaciones terroristas.

Los Estados  miembros adoptarán la decisión formal y el texto legal este jueves una vez que el Gobierno sueco de luz verde a la decisión, que se tomará por un plazo de seis meses, tras los cuales deberá ser revisada.

Hechos como la implicación del partido en el conflicto sirio, apoyando al régimen de Bachar el Asad; su participación en el atentado en el que murieron seis personas en Bulgaria hace un año (Hezbolá niega su autoría), o los planes que se le atribuyen a Hezbolá para atentar contra intereses israelíes en Chipre, han sido algunos de los argumentos que han llevado a los ministros a tomar la decisión. Algo que ya hizo anteriormente el Reino Unido (en 2008), que ha ejercido fuertes presiones para llevar a la UE a la misma decisión.

Para el ministro de Exteriores español, José Manuel García Margallo, los mencionados anteriormente son hechos lo suficientemente graves como para tomar la controvertida decisión, ya que valora que «la inacción era peor alternativa», a pesar de que el paso dado pueda tener consecuencias desfavorables sobre la estabilidad de Oriente Próximo. No obstante, y ante el riesgo que para nuestras tropas en Líbano pueda suponer la decisión tomada, el ministro ha asegurado que «se tomarán las precauciones que se consideren oportunas».

Para paliar, en la medida de la posible dichos efectos negativos, Catherine Ashton, alta representante europea para la Política Exterior, ha asegurado que la Unión Europea hará constar en la resolución que el acuerdo tomado no impedirá el diálogo con todos los partidos políticos, las transferencias financieras o el envío de ayuda humanitaria al país (hay que recordar que Hezbolá forma parte del gobierno en Líbano).

Reacciones políticas
Han sido muchas y muy rápidas las reacciones políticas al acuerdo tomado en el seno de la UE, reflejo de la importancia, más a nivel práctico que político que tiene el mismo.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, ha valorado positivamente el que considera un  «enérgico mensaje de Europa hacia un grupo de que no puede operar con impunidad».

Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, como era de esperar, ha felicitado a Europa por el paso que ha dado.

Las autoridades libanesas, en cambio, han lamentado el acuerdo, considerando que la UE ha hecho una lectura «poco prudente» de los hechos, asegurando en un comunicado el jefe del Gobierno provisional libanés, Najib Mikati, que no obstante «la sociedad libanesa continuará manteniendo las mejores relaciones con esos países».