Redacción.
A raíz de la adquisición del material, se creó la Compañía de Carros de Asalto de Infantería bajo el Mando del Capitán D. Vicente Valero, y afecta a la 3ª Sección de la Escuela Central de Tiro, que por aquella época se encontraba ubicada en la zona de lo que hoy es el Polígono de Experiencias, en el barrio madrileño de Campamento, donde también estaba encuadrada la batería de carros del Arma de Artillería (formada esta en base a los Carros CA-1 Schneider).
Al poco tiempo de su creación, el 5 de Marzo de 1922, el Ministro de la Guerra da orden al Capitán General de la 1ª Región Militar para que disponga el transporte «urgentísimo» (según consta en el documento oficial) desde la Escuela Central de Tiro a Melilla, de los carros de asalto con los equipos de personal propio de que se disponga, además del personal de la Escuela necesario para completar aquellos (continuando su instrucción en la Plaza de destino) con el fin de poder utilizar dichos carros si fuera necesario.
El día 7 salen hacia Málaga por ferrocarril 11 carros FT-17, 11 camiones plataforma FU, 2 camiones cisterna y 1 camioneta. El personal que le acompañan: 4 Capitanes, 8 Sargentos y 25 Soldados.
Llegados a la ciudad malagueña, embarcan el día 12 en el Vapor Guillen Sorolla, de la Compañía Transmediterránea y arriban al puerto de Melilla el día siguiente por la mañana.
El día 18 supone un hito histórico para nuestras noveles Unidades acorazadas, pues fue la primera vez que actuaron en combate juntas y en cooperación la Compañía de Infantería, la Batería de Artillería y la Sección de Ingenieros, (si bien esta unidad, de forma individual, venía operando desde el año anterior).
En esta acción, en cooperación con una unidad de La Legión, participaron 7 carros Renault FT-17 en la Compañía de Carros de asalto, 4 Schneider CA-1 en la batería y 5 camiones protegidos.
Iniciada la acción, en un momento determinado los carros se adelantaron excesivamente a la unidad de La Legión, prescindiendo así del apoyo inmediato que esta les proporcionaba, con el resultado de verse rodeados por los kabileños. Éstos no se arredraron ante la nueva arma y los atacaron hasta con piedras, y aunque cayeron abatidos por docenas, los carros tuvieron que replegarse sufriendo la pérdida de 3 carros y resultando heridos 2 Sargentos y 1 soldado conductor.
Esos «errores», fueron debidos a la inexperiencia, a la falta de instrucción que aún existía en los carristas, a la falta de cooperación entre fusileros-carros, a lo inadecuado del terreno para los carros y a los fallos sufridos en las ametralladoras.
Pese a esta primera y fallida experiencia, y hasta su repatriación en 1927, los carros de asalto serían empleados en numerosas accciones, de las que podemos destacar las siguientes:
1922:
• Ocupación de Anvar Oriental y Yebel Imalahen (18 marzo)
• Ocupación de Tungunzt (29 marzo)
• Ataques nocturnos en Drius (23 y 26 Abril)
1923:
• Ocupación Tamasumin y Cheif.
• Ocupación de Tizzi-Azza (5 Junio)
1924:
• Abastecimiento de Tizzi-Azza y posiciones limítrofes
• Operaciones «especiales» como la realizada el 18 deDiciembre cuando se hubo de remolcar un avión averiado en el Río Martín
1925:
• Acciones en Rincón del Medik (1 Enero)
• Ocupación de Yebel-Semet (25 Agosto) en cooperación con la Infantería de Línea
• Liberación de Axot Haida
• Ocupación de Kudia el Mak y Daahar-Azab
• Desembarco de Alhucemas (la Compañía fue reforzada con 6 carros más del mismo modelo R. FT-17)
1926:
• Ocupación de Iberloken
• Toma de Tafrás
• Reconquista de Xauen
Consecuencia directa de estas intervenciones y del derroche de valor y profesionalidad de sus tripulaciones fue la concesión de la primera Laureada de San Fernando a una Unidad de Carros de Combate, en la persona del Sargento de Infantería D. Mariano García Esteban otorgada según R.O. de 27/Nov/1928 por su acción en Tizzi-Azza el 5 de Junio de 1923, cuando avanzando en vanguardia de la columna del Coronel Ruiz del Portal, y bajo intenso fuego enemigo logró rebasar las posiciones de Loma Roja y a pesar de ser herido continuó el combate hasta la total ocupación.
Así mismo, la Compañía de Carros de Asalto fue merecedora de citación especial, según consta en los anales de archivo, por la acción que llevó a cabo en la ocupación de Iberloken en 1926. Durante aquella operación tenía encomendado cruzar la línea de dunas entre la aguada de Soliman y el mar, y garantizar la seguridad del flanco izquierdo. En el fragor del combate, la Compañía siguió el movimiento con decisión prolongando el frente de la Caballería y allanando las primeras trincheras enemigas en colaboración con la primera compañía del Tercio que le sirvió de escolta y mantuvo constantemente el enlace con los carros.
Terminada la contienda se efectuó la repatriación a la Península, concluyendo de manera definitiva en el año 1927.
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