Redacción / Madrid.
El mortero embarcado sobre VAMTAC que el Ejército acaba de adquirir tarda menos de dos minutos en hacer fuego tras una rápida y sencilla entrada en posición. El margen de error en el tiro es de unos 20 metros -mucho menor que los morteros actualmente en dotación-, y además, el sistema es capaz de calcular los datos de tiro y corregir la posición por sí mismo, automáticamente
Todas estas características lo convierten en uno de los sistemas de armamento más modernos y avanzados del panorama armamentístico mundial, y suponen para el Ejército de Tierra un salto cualitativo en cuanto a evolución tecnológica y técnica.
Hasta ahora las tropas españolas contaban con dos vehículos que incorporaban sistemas de mortero: el Blindado Medio sobre Ruedas (BMR) y el Transporte Oruga Acorazado (TOA), ambas plataformas pesadas. Por lo tanto, el mortero embarcado sobre Vehículo de Alta Movilidad Táctica (VAMTAC) es el primero instalado sobre una plataforma ligera.
Tres subsistemas
El sistema está compuesto por tres subsistemas: la plataforma, el arma y el subsistema de Mando y Control.
La plataforma es el VAMTAC del modelo S-3, aunque se diferencia del resto de los que dispone el Ejército en el nivel de blindaje; el que lleva es similar al de otros vehículos MRAP (Mine Resistant Ambush Protected).
El chasis ha sido específicamente diseñado para soportar los esfuerzos transmitidos por el mortero durante el fuego, incluyendo un sistema hidroneumático que absorbe la energía que se libera durante el disparo; además, cuenta con unos estabilizadores en la parte trasera que tardan menos de 30 segundos en anclarse en tierra y proporcionan un plus de resistencia al movimiento.
El vehículo está preparado para trasladar a cuatro tripulantes en la cabina -el jefe del sistema, el conductor, el cargador y el sirviente-, y su santabárbara tiene capacidad para transportar 48 granadas aerodinámicas.
El arma es el mortero CARDOM de 81 mm (el calibre de los embarcados en TOA es de 120 mm) y permite una cadencia de 12 disparos por minuto. La velocidad máxima que alcanza el proyectil es de 330 metros por segundo y el alcance de las granadas es de 6.900 metros.
El sistema de Mando y Control es el Sistema Unificado de Apoyos de Fuego TALOS, en donde se ha integrado un módulo específico para morteros. Funciona con la radio PR4G V3, que lleva GPS incorporado. Además del conjunto GPS está dotado también de un navegador inercial, que permite conocer en todo momento la posición del vehículo, incluso cuando se pierda la señal satélite. Es decir, que tiene autonomía sin referencia de topografía.
Automatización del proceso
El sistema es capaz, por sí mismo, de calcular los datos de tiro y posicionarse, gracias a la automatización de gran parte del proceso. Incluso no resulta necesaria la transmisión por voz de los datos de tiro, porque para apuntar el arma basta con marcar el punto directamente sobre el plano del ordenador que maneja el jefe del sistema. También se pueden introducir las coordenadas del objetivo o fijarlo con las que envíe el observador avanzado a través de su telémetro láser. Para ayudar en el cálculo de los datos de tiro, incorpora información meteorológica.
Si falla la electricidad o la electrónica, el mortero se puede disparar manualmente desde la plataforma, e incluso ser asentado en tierra.
Proyecto culminado
La llegada de los primeros morteros embarcados ha supuesto la culminación a un proyecto de casi tres años. El primer prototipo se probó hace un año en Almería. Los primeros cuatro, que acaban de ser recepcionados, superaron las últimas pruebas de validación en el mes de mayo, en el campo de maniobras y tiro «El Teleno», en León; otros dos, que serán próximamente entregados, hicieron lo propio en el Centro de Adiestramiento «San Gregorio», en Zaragoza, en el mes de junio.
El principal objetivo de su adquisición ha sido incrementar la seguridad de las tropas españolas desplegadas en el exterior, y previsiblemente, su destino será Afganistán, aunque es posible que alguno de los seis permanezca en España para instrucción.
Allí donde se desplieguen, contribuirán a aumentar la protección de la Fuerza, dando apoyo de fuego rápido y eficaz a las posiciones españolas y a los convoyes.
Los primeros cursos para formar al personal en su manejo fueron impartidos en el Parque y Centro de Mantenimiento de Armamento y Material de Artillería en junio y lo recibieron cerca de 60 militares.
Al curso de operador han asistido componentes de la Brigada de Infantería Ligera «Galicia» VII, que serán los próximos en tomar el relevo en Afganistán. En el de mantenimiento del sistema se ha formado además personal de las Agrupaciones de Apoyo Logístico, del Parque y Centro de Mantenimiento de Vehículos Rueda nº 1 y del Parque y Centro de Mantenimiento de Hardware y Software.
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