D. Carlos González de Escalada Álvarez.
En algo más de dos décadas China ha pasado de ser un país pujante en vías de desarrollo a una gran potencia mundial con un peso económico y geoestratégico crecientes. El país asiático no sólo se ha convertido en uno de los principales productores mundiales de todo tipo de bienes de consumo, además su crecimiento económico sin precedentes le ha permitido dotarse de un presupuesto militar cada vez más grande.
Evolución del Gasto Militar Chino
Si analizamos la información aportada por el Stockholm International Peace Research Institute, el crecimiento del gasto militar chino está siendo exponencial. Conviene poner encima de la mesa algunos datos muy relevantes:
- El gasto militar chino pasó de 18.860 millones de dólares en 1991 a 129.000 millones de dólares en 2011. Esta cifra representa cerca de 20 veces lo que invierte España en su defensa.
- La cifra supone un incremento del 679% en veinte años. Y esto, según apunta el doctor Guillem Colom Piella “es lo que se sabe, ya que una de las principales críticas a China radica en la opacidad de sus cuentas públicas”. Otro factor, añade Colom es que China posee “empresas supuestamente privadas, que son controladas por el partido y el ejército chinos y que no se sabe exactamente qué hacen y cómo lo hacen”.
- El ritmo de crecimiento del gasto militar chino, sólo en los diez últimos años ha mantenido la tendencia y se ha pasado de 41.000 millones de dólares, en 2001, a 129.000 millones de dólares, en 2011, con un incremento del 314%.
- Paradójicamente el gasto militar como porcentaje del producto interior bruto se ha reducido, pasando de un 2,4% en 1991, al 2,1% en 2011.
- Esto se debe a que si bien el porcentaje no ha variado en exceso, el crecimiento exponencial de la economía China ha permitido dotar de mayor capacidad presupuestaria al país.
- El presupuesto militar se ha multiplicado casi por siete en este periodo.
- Desde el punto de vista geopolítico, las implicaciones son grandes:
- Se constata objetivamente que se está produciendo una ingente carrera armamentística China.
- China es un vecino incómodo y muy poderoso para países colindantes con lo que tiene disputas territoriales.
- Los países occidentales no sólo no han podido mantener sus gastos militares en los últimos tiempos, sino que los han reducido.
- China puede ser un factor de inestabilidad geopolítica, gracias a su creciente capacidad militar.
Y “vinculados hay varios asuntos muy interesantes –apunta también el Dr. Colom– desde el `collar de perlas´ chino hacia África por el Índico (que choca con los intereses indios y con los estadounidenses); al asunto de las islas y la relativización del derecho internacional para expandir su Zona Económica Exclusiva; a las relaciones estratégicas con Latinoamérica para asuntos especialmente energéticos al difícil equilibrio en una región muy `interesante´…más lo que irá pasando en los próximos años”.
La Revolución de los Asuntos Militares de China
China es una nación muy observadora y dada a copiar los modelos occidentales y la Revolución de los Asuntos Militares auspiciada en Estados Unidos no es una excepción. China ha sido consciente de la necesidad de transformar sus fuerzas armadas de un modelo de grandes y masivas unidades de infantería a dotarse de material y sistemas de armas mordernos que compitan con los occidentales. Los chinos hasta hace poco no tenían camiones para todas las unidades terrestres, y menos vehículos blindados o mecanizados o blindados.
Sin embargo, la gran diferencia con las naciones occidentales es que China tiene un absoluto desprecio a conceptos como propiedad intelectual, patentes o uso de ciber-espionaje a escala masiva. China se ha dotado de ingentes conocimientos basado en el espionaje a empresas y gobiernos occidentales.
Además de ello, China no tiene empacho en incluir en su doctrina, el recurso a medidas de guerra asimétrica (alejada de convenciones y normativas del ius in bello) siempre y cuando el modo de combate total o asimétrico suponga una ventaja de victoria. En otras palabras, los chinos están adoctrinados para combatir con todos los medios a su alcance, legales o no, desde un punto de vista del derecho internacional. “Recordemos que ellos -comenta el Dr. Colom Piella- creen que el derecho internacional es algo occidental, que responden al paradigma occidental. Por eso ellos tienden a relativizarlo, cuando no a obviarlo”.
Por esta razón la doctrina de RMA china se caracteriza por recurrir también a tácticas de guerrilla, incluyendo la ciberguerra, siempre que eso suponga ventajas. Algo que entronca perfectamente con el pensamiento Maoista, de combatir yendo “de lo débil a lo fuerte”, inspirado a su vez en muchos postulados Sun Tzu.
Fortalezas, Debilidades y Oportunidades
Una de las principales fortalezas de la política militar China es precisamente que tienen un gran presupuesto en comparación con la inmensa mayoría de las naciones occidentales, las cuales tienen que hacer frente a una larga crisis y enormes restricciones presupuestarias. Otra fortaleza, relacionada con la anterior, es el hecho de que al tratarse de una dictadura, los chinos pueden tomar decisiones políticas determinantes sin necesidad de rendir cuentas a electores o a opiniones públicas. Si China decide construir 10 nuevos destructores, los medios de comunicación no cuestionan nada, aunque haya bolsas de población pasando hambre.
La debilidad geoestratégica de China procede precisamente de su inmensa población. Más de 1.200 millones de chinos están poco a poco desarrollándose y alcanzando nuevas cotas de prosperidad, que suele llevar aparejado deseos de libertad y democratización. Nadie puede prever qué traería consigo una rebelión interna de regiones de China que quieran democracia, o independencia, o las dos cosas a la vez. El conflicto puede estallar en cualquier momento.
La gran oportunidad de China en el concierto de las naciones es ser un actor responsable. De hecho, su presencia en el Consejo de Seguridad obliga a la comunidad internacional a tener en cuenta sus decisiones en dicho foro. Nos guste o no, China es un actor con gran poder de decisión. China tiene la oportunidad de abrirse a las libertades y convertirse en una gran nación democrática como es la India. Algo que por otro lado, no parece que vaya a ocurrir.
Conclusiones
El aumento exponencial del gasto militar de China supone un sensible cambio del paradigma geoestratégico desde el final de la Guerra Fría. Si tras la caída del Muro de Berlín, pasamos de un mundo bipolar dominado por Estados Unidos y la URRS, a un mundo unipolar dominado por los norteamericanos, el poder militar y económico está cambiando de nuevo a velocidad vertiginosa.
Hoy en día el gasto militar chino supera con creces la de la inmensa mayoría de las potencias occidentales, esto significa que hay que ponderar un nuevo factor de influencia en el sureste asiático.
El poder militar y económico chino, supone una amenaza para el status quo de muchos archipiélagos colindantes reclamados por China y por otros países como Filipinas, Taiwán o Corea del Sur.
China también hace valer su poder de facto en conflictos como el del Tíbet, que se ha convertido en un estado satélite de la nueva potencia.
No es sorprendente, pues, que otra de las potencias regionales, Japón, se incline a abandonar su política constitucional de no utilización de sus Fuerzas Armadas para la resolución de conflictos; en un momento en el que son esenciales los contrapesos geopolíticos de las naciones occidentales, incluyendo Estados Unidos.
Igualmente, la nueva redefinición de la política de defensa estadounidense tiene muy en cuenta la necesidad de contrarrestar el poder militar chino, incluyendo su notable capacidad de llevar a cabo ataques y agresiones cibernéticas.
Estas constataciones, basadas en evidencias, han de hacer a la opinión internacional ser consciente de que China puede ser un gran aliado, pero también representa una gran amenaza. Los chinos están en plena carrera armamentística cuyo precedente más peligroso lo podemos encontrar en la Alemania nazi. Si China torna más amenazadora o belicosa y amenaza a sus vecinos, Occidente tiene un grave problema, sólo parcialmente contrarrestado por el hecho de que somos sus grandes clientes.
En todo caso, el peso económico y geopolítico de Asia es creciente. Occidente ha dejado de dominar las relaciones comerciales o de ostentar un poder militar hegemónico. China ha llegado para quedarse.
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