Nuestra bandera

Por Enrique Embajador Pandora.

El artículo cuarto de la Constitución española dice: La bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas. Los Estatutos podrán reconocer banderas y enseñas propias de las Comunidades Autónomas. Estas se utilizarán junto a la bandera de España en sus edificios públicos y en sus actos oficiales.

En Es­paña el primer documento que trata el tema de las banderas es el Código de las Siete Parti­das del Rey Alfonso X El Sa­bio. Posteriormente, serían los Reyes Católicos los que esta­blecieran el uso de Pendón Real junto con las enseñas de Castilla, León y Aragón.

Al acceder los Austrias al trono español, Felipe I introduce sobre fondo blan­co o amarillo, el signo distintivo de la casa de su madre, María de Borgoña, el estandarte real portaría las aspas de Bor­goña o cruz de San Andrés. representado por dos bastos cruzados en aspa. La bandera principal, de la que se entregaba una para cada Tercio, representaba a la autoridad real, personificada en el Maestre de Campo. El uso generalizado por nuestros Ejércitos de lo que podemos llamar la primera Bandera de España fue en la batalla de Pavía (1525).

Cuando la dinastía Borbóni­ca sustituyó a los Austrias en el trono de España, se or­denó a los regimientos, he­rederos de los antiguos ter­cios, que tuviesen una bande­ra llamada oficialmente coro­nela, de color blanco, con la cruz de borgoña más dos leo­nes y dos castillos, uno en cada cuarto, y en los extremos de las aspas la corona real. Una modificación posterior si­tuaría el escudo real super­puesto a la cruz de Borgoña y en sus extremos los escudos regimentales.

Durante el reinado de Car­los III, y para diferenciar los buques españoles de los franceses, en los que ondeaban unas banderas muy si­milares, de color blanco, dado que en ambas naciones reinaba la misma dinastía, se dictó el siguiente Decreto por el que se estableció una nueva bandera:

Para evitar los inconvenientes, y per­juicios, que ha hecho ver la experiencia puede ocasionar la Bandera nacional, de que usa mi Arma­da naval, y demás Embarcaciones Españolas, equi­vocándose á largas distancias, ó con vientos cal­mosos con las de otras Naciones; he resuelto, que en adelante usen mis Buques de guerra de Ban­dera dividida á lo largo en tres listas, de las que la alta, y la baxa sean encarnadas, y del ancho cada una de la quarta parte del total, y la de en medio amarilla, colocándose en esta el Escudo de mis Reales Armas reducido á los dos quarteles de Castilla, y León con la Corona Real encima; y el Gallardete con las mismas tres listas, y el Escudo á lo largo, sobre quadrado amarillo en la parte su­perior: Y que las demás Embarcaciones usen, sin Escudo, los mismos colores, debiendo ser la lista de en medio amarilla, y del ancho de la tercera parte de la Bandera, y cada una de las restan­tes partes dividida en dos listas iguales encarna­da,y amarilla alternativamente, todo con arreglo al adjunto diseño. No podrá usarse de otros Pavellones en los Mares del Norte por lo respectivo á Europa hasta el paralelo de Tenerife en el Océano, y en el Mediterráneo desde primero del año de mil setecientos ochenta y seis: en la América Septentrional desde principio de julio siguiente; y en los demás Mares desde primero del año de mil setecientos ochenta y siete. Tendréislo entendido pa­ra su cumplimiento.

Señalado de mano de S. M. en Aranjuez á veinte y ocho de Mayo de mil sete­cientos ochenta y cinco.=A D. Antonio Valdés
Es copia del Decreto original.
Valdés

Puede decirse que en ese momento nació nuestra actual bandera, si bien en principio sólo estaba destinada a la Ar­mada, manteniendo los ejérci­tos la bandera blanca.

En 1793, reinando en España Carlos IV  se ordenó que este pabellón, utilizado hasta entonces sólo en los buques de guerra, ondeara también en los puertos y fuertes de la Armada, y finalmente en 1843, durante el reinado de Isabel II,  se ordenó que todas las unidades militares españolas utilizaran la misma bandera.

Aunque su uso se generalizó durante lo que quedaba de siglo, no fue hasta 1908, durante el reinado de Alfonso XIII, que se formalizó su uso, disponiendo mediante Real Decreto que todos los edificios públicos al servicio del Estado, así civiles como militares, y en las Diputaciones, Ayuntamientos y Corporaciones oficiales ondeara la bandera rojigualda.

Solamente la proclamación de la Segunda República en 1931, se cambió el diseño de nuestra bandera, sustituyéndose en la franja inferior el rojo por el morado, constituyó un paréntesis en su uso.

Finalizada la Guerra Civil de 1936-1939, se volvió a la bandera bicolor, pero con el nuevo modelo de escudo, el modelo de 1938 (aprobado el 11 de Febrero de 1938). Posteriormente, se cambió el escudo en dos ocasiones más, con los modelos de 1945 (aprobado el 11 de Octubre de 1945), y 1977 (aprobado el 21 de Enero de 1977), hasta el actual modelo de 1981 (aprobado por la Ley 33/1981, sancionada el 5 de Octubre).


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