Redacción/ Sevilla.

Las tropas francesas y malienses, con unos  mil doscientos soldados, recuperaban ayer el control de la emblemática ciudad de Tombuctú, tras diez meses de ocupación por parte del grupo islamista radical Ansar Dine y la rama magrebí de AlQaeda.

Las tropas no ha encontrado resistencia, ya que los yihadistas abandonaron la ciudad hace cinco días. Antes de su huida, los terroristas incendiaron varios edificios, entre los que se encuentra el del Instituto de Altos Estudios e Investigaciones Islámicas Ahmed Baba, destinado a la digitalización de 30.000 manuscritos históricos que conserva datados del siglo XIII, y que son una de las joyas de esta ciudad.

No es la única pérdida que ha tenido que sufrir esta ciudad, reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Además de las vidas humanas, los yihadistas han destruido a su paso una decena de mausoleos como la Puerta del Fin del Mundo de la mezquita de Sidi Yahya.

Fuentes militares francesas aseguran que entraron en Tombuctú «sin tener que disparar un solo tiro», y siendo recibidos entre vítores por la población, escena que se ha repetido en otras ciudades recuperadas durante la Operación Serval.

A pesar de que se cree que la mayor parte de los radicales han huido al norte del país, las tropas francomalienses se están asegurando de que no existan yihadistas escondidos entre la población o incluso una pequeña célula que pudiese cometer atentados.

«Francia está ganando la batalla»
El presidente francés, François Hollande, ha asegurado que “Francia y sus socios africanos están ganando esta batalla” y que ahora corresponde a los africanos la tarea de restablecer la integridad territorial de Malí.», a lo que quiso añadir que “Francia no tiene la vocación de quedarse”.

En términos similares se expresaba el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, en unas declaraciones a la televisón francesa, cuando afirmaba que «poco a poco, Mali está siendo liberada».