Redacción.

Según las últimas cifras aportadas por el departamento de defensa civil saudí, al menos 717 personas han muerto esta mañana, y otras 863 han resultado heridas en Mina, cerca de La Meca, al producirse una avalancha humana durante el gran peregrinaje que se realiza durante estos días a la ciudad santa.

El comunicado emitido por el departamento de defensa civil atribuye la estampida a una aglomeración que se producía sobre las nueve de la mañana, mientras los peregrinos se dirigían a Jamarat. La aglomeración hizo caer a numerosas personas, que fueron aplastadas por el tumulto.

En portavoz del departamento informaba que «los miembros de las fuerzas de seguridad y de la Media Luna Roja han tomado de inmediato el control de la situación para evitar que el tráfico peatonal causara nuevos incidentes, y han puesto en marcha las operaciones de rescate«, y daba las cifras que entonces se manejaban de fallecidos y heridos, y que han aumentado desde esta mañana.

Cuatro mil han sido los efectivos que se han movilizado para socorrer a las miles de personas que se encontraban en la zona de la tragedia, afanándose en dispersar la aglomeración creando «puntos de reunión y rutas alternativas», según informada el departamento en las redes sociales.

La historia se repite
Hace apenas dos semanas, se produjo otro accidente mortal, cuando el derrumbe de una grúa acabó con la vida de 108 peregrinos, durante las obras de remodelación de la Gran Mezquita emprendida recientemente por las autoridades saudíes.

No es la primera vez que ocurre una tragedia de estas características durante la peregrinación sagrada que los musulmanes realizan cada año a los lugares sagrados, aunque sí una de las que mayor número de víctimas mortales ha producido. No en vano, incidentes similares se produjeron en los años 2006 (364 fallecidos), 2004 (251) o 1997 (343).

No obstante, la mayor tragedia de todas, por el elevado número de víctimas mortales y heridos que dejó, fue la que se produjo en 1990, cuando 1.426 peregrinos fallecieron en una estampida ocurrida en el interior de los túneles que llevan a los lugares sagrados.