Redacción.

Al menos 14 personas han muerto y una treintena han resultado heridas en un nuevo atentado suicida perpetrado esta mañana en la ciudad rusa de Volgogrado.

Ocurre apenas un día después del ataque suicida llevado a cabo el domingo en la misma ciudad contra la estación de ferrocarril de Volgograd-1, y que se cobró la vida de 16 personas y dejó heridas a otras 40.

La explosión de esta mañana se ha producido en un trolebús que circulaba en ese momento por una calle del comercial barrio de Dzerzhinski, junto a un mercado y un centro comercial. Una explosión tan fuerte que del vehículo sólo ha quedado la carcasa, y que ha hecho estallar los cristales de los edificios vecinos.

Según las primeras hipótesis en base a los análisis llevados a cabo por la policía federal rusa, recogidas en su página web por la cadena Russian Today, el terrorista utilizó un artefacto compuesto por cuatro kilogramos de TNT, que portaba el mismo, no de detonación remota.

La autoridades rusas han confirmado por el momento 14 muertos y 28 heridos, muchos de ellos en estado grave que están siendo atendidos actualmente en distintos hospitales de la ciudad.

Dos atentados conectados
Aunque aún no lo puedan confirmar, los investigadores cuentan con indicios para creer que ambos atentados, el de ayer en la estación de ferrocarril y el de hoy en el trolebús están conectados entre sí, entre otros motivos porque ambos artefactos albergaban en su interior fragmentos metálicos para que la devastación fuera mayor tras la explosión.

os investigadores trabajan ahora en establecer la identidad del terrorista, un hombre cuyos restos han sido recogidos para realizar un perfil genético.

Por este mismo medio se ha podido establecer la identidad de la terrorista que llevó a cabo el atentado de ayer en la estación de ferrocarril. Se trata de Oksana Aslánova, que pertenece a un grupo islamista daguestano. Se investiga ahora si actuaba sola.

Con el de hoy, ya son tres los atentados terroristas perpetrados en Volgogrado en los últimos 3 meses, algo que inquieta a las autoridades rusas cuando falta poco más de un mes para el comienzo de los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi.