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“La crisis económica y el terrorismo yihadista monopolizan la agenda mundial”

Tcol. Fernando Toboso

Verónica Sánchez Moreno

Construir una Base de Datos sobre crisis que han afectado en el pasado de manera directa a España y que aún hoy influyen en nuestro país es el objetivo del Grupo de Investigación Académica sobre Conflictos Internacionales del Campus Internacional para la Seguridad y la Defensa (CISDE). 

Dirigido por el teniente coronel en la reserva Fernando Toboso Marqués, este grupo pretende extraer enseñanzas sobre diplomacia preventiva, alerta temprana y detección de amenazas, gestión de crisis, ayuda en la toma de decisiones y respuesta óptima y coordinada. Un grupo formado, como destaca su director, de investigadores que participan voluntariamente, “sacrificando parte de su tiempo libre para hacer realidad este proyecto con su trabajo”.

Hablamos de esta Base de Datos con el teniente coronel de Infantería Toboso, que además es director del módulo de “Métodos de análisis de información en Inteligencia y Seguridad” de CISDE. El teniente coronel es experto en metodología y técnicas de análisis, analista de temas de seguridad y defensa. Además, cuenta en su haber con diversas publicaciones sobre lucha antiterrorista, organizaciones interministeriales, métodos y herramientas de análisis de información, construcción de escenarios aplicados al caso de Mali, técnicas de análisis, sugerencias para mejorar la calidad de un análisis de inteligencia y acierto de estimaciones y pronósticos. Ahora se embarca en este proyecto único en España. 

¿Cómo nació el Grupo de Investigación Académica sobre Conflictos Internacionales de CISDE?
Sería más apropiado hablar de crisis que afectaron y marcaron a España en el  pasado y que aún hoy nos afectan, pero que no están suficientemente estudiadas. El tiempo transcurrido y la tecnología nos facilitan un nuevo enfoque. Planteé el proyecto a finales de septiembre al presidente de CISDE, Carlos González de Escalada Álvarez, le entusiasmó la idea y empezamos a dar pasos para que se materializase.

¿Cuántos miembros lo componen y cuál es el ámbito de investigación de cada uno?
En el Grupo hay dos investigadores con un perfil especializado en informática que se encargaran de diseñar el software de la Base de Datos. Otros 16 investigadores se reparten en subgrupos para estudiar y redactar los informes (mínimo de tres investigadores por crisis) sobre las cinco que hemos seleccionado en esta primera fase. El presidente del Grupo es el presidente de CISDE y el director del Grupo soy yo.

Cuando lanzamos el proyecto, sólo en el entorno de CISDE, no sabíamos que acogida tendría, y la verdad es que ha sido muy positiva.

¿Cómo se organizan?
Aparte de los grupos mencionados, tenemos un calendario orientativo. Desde el 15 de noviembre que empezamos nuestro trabajo en un aula virtual hasta final de año, hemos estado en una etapa de definición de las crisis (listado de más de 40 primero, luego selección de cinco) y de los requisitos informáticos de la Base de Datos. De enero a marzo de 2017, redacción y elaboración del software.  Abril, supervisión (dos supervisores por crisis) y continua la elaboración del software. Mayo y junio carga del informe en la Base de Datos y pruebas definitivas de funcionamiento, siendo todo el proceso muy participativo.

¿Qué objetivos se han marcado?
El objetivo inicial era que esta primera fase, hasta junio de 2017, fuese una experiencia piloto, desarrollar el software de una Base de Datos y estudiar de una a tres crisis, el interés suscitado y la positiva respuesta nos va a permitir estudiar cinco.

¿Por qué crear una Base de Datos sobre situaciones puntuales de conflicto en el pasado que han afectado a España?
Porque no existía. Desde que empezó este siglo hay dos temas omnipresentes que monopolizan la agenda mundial: la crisis económica y el terrorismo yihadista, existiendo multitud de observatorios, universidades, think tanks etc, que se ocupan de su seguimiento exhaustivo, pero hay más riesgos y amenazas.

También hay cursos universitarios sobre gestión de crisis y mapas interactivos de conflictos, pero el formato de Base de Datos de crisis y en idioma español es único y puede ser de gran utilidad. Por otra parte, el tiempo transcurrido nos proporciona una perspectiva que nos ayuda a identificar los estudios ya realizados que son más creíbles y objetivos.

Todos somos conscientes de que las crisis del pasado no se repetirán de una forma idéntica, son fruto de las circunstancias de ese momento, pero el objetivo es extraer enseñanzas sobre diplomacia preventiva, alerta temprana y detección de amenazas, gestión de crisis, ayuda en la toma de decisiones y respuesta óptima.

¿Cuáles son los temas que se podrán encontrar en dicha Base de Datos?
No nos ocuparemos de crisis económicas o terrorismo, pero sí de otros riesgos y amenazas contemplados en el capítulo 3 de la Estrategia de Seguridad Nacional de 2013, que es una de nuestras principales referencias, junto a la Ley 36/2015 de Seguridad Nacional.

Nos hemos remontado hasta 1957 cuando tuvo lugar la Guerra de Ifni, en un marco geográfico definido por el Capítulo 2 de la Estrategia de Seguridad mencionada, pero las crisis seleccionadas en esta primera fase han sido: la Marcha Verde, inmigración masiva (asaltos a la valla de Ceuta), crisis de Gibraltar, crisis Libia y crisis de Mali, como se ve, todas de distinta naturaleza.

Una vez elaborada la Base de Datos, ¿estará disponible para el público general? ¿Cuándo calculan que se publicará?
La idea es que su acceso sea público y gratuito, la fecha será alrededor del verano de 2017. 

Esta Base de Datos, pionera en España, ¿se irá actualizando con futuras aportaciones una vez publicada?
Sí, en septiembre de 2017 empezaríamos una segunda fase con nuevas crisis.

¿Podría recomendar a los lectores alguna lectura de cabecera para entender los conflictos que han afectado a España en el pasado?
Me temo que no voy a ser muy original, ni me remontaré a lecturas sobre el pasado y recomendaría la Estrategia de Seguridad Nacional mencionada.

Por otro lado, quiero agradecer la participación voluntaria de los investigadores que forman parte de este Grupo y sacrifican parte de su tiempo libre para hacer realidad este proyecto con su trabajo, sin ellos no sería posible.

También dar las gracias a CISDE y a su presidente por el apoyo prestado desde los primeros momentos. Desgraciadamente la agilidad e inquietud académica que han demostrado no son fáciles de encontrar en la universidad, ni en muchas instituciones y a veces no es cuestión de presupuesto sino de voluntad.


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