El alto el fuego entre Israel y Hezbolá, el grupo paramilitar respaldado por Irán, ha entrado en vigor hoy después de que ambas partes aceptaran un acuerdo mediado por Estados Unidos y Francia, una victoria de la diplomacia en una región asolada por dos guerras desde hace más de un año.
El ejército libanés, encargado de garantizar el alto el fuego, ha informado hoy de que se dispone a desplegarse en el sur del país. El ejército también ha pedido a los residentes de las aldeas fronterizas que retrasaran su regreso a casa hasta que se retire el ejército israelí, que ha librado una guerra contra Hezbolá en varias ocasiones y se ha adentrado unos seis kilómetros en territorio libanés.
El acuerdo, que promete poner fin a un conflicto a través de la frontera israelo-libanesa que ha causado miles de muertos desde que se desencadenó con la guerra de Gaza el año pasado, es un importante logro para Estados Unidos en los últimos días de la administración del presidente Joe Biden. “La fuerza debe dar paso al diálogo y la negociación. Esto ya se ha conseguido en el Líbano, y debe ocurrir lo antes posible en la Franja de Gaza”, ha declarado el ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noel Barrot.
Tras la entrada en vigor del alto el fuego hoy de madrugada, se han escuchado ráfagas de disparos en Beirut, la capital libanesa. No ha quedado claro si se trataba de una celebración, ya que los disparos también se habían utilizado para alertar a los residentes que no habían recibido las advertencias de evacuación emitidas por el ejército israelí.
Más tarde, coches y furgonetas repletos de colchones, maletas e incluso muebles han atravesado la ciudad portuaria de Tiro, en el sur del país, que fue intensamente bombardeada en los últimos días antes del alto el fuego, en dirección al sur. Algunos coches han ondeado banderas libanesas, otros tocan el claxon y se puede ver a los residentes hacer el signo de la victoria con los dedos, según los medios de comunicación. No obstante, el ejército israelí todavía no se ha retirado del todo y los muchos civiles esperan a que se anuncie que pueden regresar con total seguridad.
Biden ha comparecido desde la Casa Blanca, poco después de que el gabinete de seguridad de Israel haya aprobado el acuerdo en una votación por 10 votos a 1. Ha hablado con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y con el primer ministro provisional de Líbano, Najib Mikati, y se ha acordado que los combates terminarían hoy las 4 de la madrugada hora local. “Esto está diseñado para ser un cese permanente de las hostilidades”, señala Biden. “No se permitirá que lo que queda de Hezbolá y otras organizaciones terroristas vuelva a amenazar la seguridad de Israel”.
Israel se dispondrá a retirar de forma gradual sus fuerzas a lo largo de 60 días mientras el ejército libanés toma el control del territorio cercano a su frontera con Israel para garantizar que Hezbolá no reconstruye allí su infraestructura tras una costosa guerra, ha añadido Biden y que su administración también continúa presionando para lograr un esquivo alto el fuego en Gaza, ya que parece posible que Arabia Saudí e Israel normalicen sus relaciones.
Hezbolá no ha comentado oficialmente nada sobre el alto el fuego, pero su alto cargo, Hassan Fadlallah, ha declarado a medios de comunicación libaneses que, aunque apoyaba la ampliación de la autoridad del Estado libanés, el grupo sale fortalecido de la guerra. “Miles de personas se unirán a la resistencia. Desarmar a la resistencia es una propuesta israelí que ha fracasado”, declara Fadlallah, que también es miembro del Parlamento libanés.
Irán, que respalda a Hezbolá, al grupo palestino Hamás y a los rebeldes hutíes que han atacado a Israel desde Yemen, ha manifestado su satisfacción por el alto el fuego. Israel ha asestado duros golpes tanto a Hezbolá como a Hamás, matando a varios de sus principales dirigentes.
El empresario y político libanés Najib Mikati ha emitido un comunicado en el que celebraba el acuerdo. El ministro de Asuntos Exteriores, Abdallah Bou Habib, ha dicho que el ejército libanés tendrá al menos 5.000 soldados desplegados en el sur del Líbano a medida que se retiraran las tropas israelíes.
Netanyahu ha asegurado que está dispuesto a aplicar un alto el fuego, pero que responderá de forma vehemente a cualquier violación por parte de Hezbolá y señala que el alto el fuego permitirá a Israel centrarse en la amenaza de Irán, dando al ejército la oportunidad de descansar y reponer suministros, y aislará a Hamás, el grupo militante islamista que desencadenó la guerra en la región cuando atacó a Israel desde Gaza el año pasado.
Hezbolá, aliada de Hamás, está considerablemente más débil que al comienzo del conflicto, ha añadido Netanyahu. “Le hemos hecho retroceder décadas, hemos eliminado a sus principales dirigentes, hemos destruido la mayoría de sus cohetes y misiles, hemos neutralizado a miles de combatientes y hemos arrasado años de infraestructura terrorista cerca de nuestra frontera”, declara.
Un funcionario estadounidense, que ha informado a los periodistas, ha informado de que Estados Unidos y Francia se unirán a un mecanismo con la fuerza de mantenimiento de la paz Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano que trabajaría con el ejército libanés para disuadir posibles violaciones del alto el fuego. No se desplegarían fuerzas de combate estadounidenses, según el mismo funcionario.
En las horas previas al alto el fuego, las hostilidades se han recrudecido cuando Israel ha intensificado sus ataques aéreos en Beirut y otras partes del Líbano, y las autoridades sanitarias han informado de al menos 18 muertos. El ejército israelí ha declarado que ha atacado “componentes de la gestión y los sistemas financieros de Hezbolá”, incluida una oficina de cambio de moneda. Hezbolá también ha mantenido el lanzamiento de cohetes contra Israel en las últimas horas.
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