La Fuerza Aérea de Israel ha atacado enclaves de Hamas en Gaza después de que se lanzaran globos incendiarios desde el territorio palestino. Tras días de crecientes tensiones, en el marco de la marcha de banderas que recorrió la ciudad de Jerusalén, el nuevo gobierno de coalición de Israel ordenó ataques aéreos contra Hamás. Se trata de las primeras acciones de este tipo desde que un frágil alto el fuego pusiera fin a 11 días de enfrentamientos que se saldaron con múltiples víctimas mortales el pasado mes.

El retorno de la violencia constituye la primera prueba de fuego para el gobierno del nuevo primer ministro Naftali Bennett, cuya coalición se hizo con la victoria electoral el pasado domingo con el compromiso de centrarse en cuestiones socioeconómicas y evitar decisiones políticas relacionadas con la cuestión palestina.

En el pasado, Bennett se ha pronunciado públicamente a través de redes sociales contra quienes han perpetrado actos similares con anterioridad, acusándolos de terrorismo. «Un globo explosivo es como un misil antitanque y quien lo lanza es un terrorista que está tratando de asesinar a israelíes y debe ser alcanzado» dijo el entonces ministro de Defensa.

La tregua mediada por Egipto, que detuvo los combates entre Israel y los militantes de Gaza, no parece haberse visto afectada por el momento y tras los ataques aéreos contra las posiciones de Hamás la situación ha vuelto a la calma sin que se hayan producido informes de víctimas por ninguna de las partes.

Este lapso de violencia se produjo horas después de que tuviera lugar el “desfile de banderas” que recorrió las calles de Jerusalén el pasado martes, supuestamente auspiciado por nacionalistas judíos y que habría provocado amenazas en forma de represalia por parte de Hamás.

Horas antes de los ataques nocturnos, miles de israelíes que ondeaban banderas se congregaron alrededor de la Puerta de Damasco, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, antes de dirigirse al Muro de las Lamentaciones, lo que provocó la ira y la condena palestina. La concentración fue una versión reducida de una marcha originalmente prevista para el mes pasado, finalmente cancelada por motivos de seguridad, y utilizada como pretexto por parte de Hamás para justificar el lanzamiento de cohetes contra Jerusalén el 10 de mayo, lo que desencadenó la última escalada de violencia entre los militantes e Israel.

Las Fuerzas de Defensa de Israel han anunciado que su avión de combate atacó las posiciones armadas de Hamás en la ciudad de Gaza y en Khan Younis, así como su disposición para hacer frente “cualquiera de los escenarios, incluida la reanudación de los combates ante los continuos actos terroristas que proceden de Gaza».

Fuentes militares comunicaron que los ataques se produjeron en respuesta al lanzamiento de globos cargados con material incendiario. Según informó el cuerpo de bomberos israelí los artefactos improvisados habrían causado más de una veintena de incendios en poblaciones cercanas a la frontera con Gaza. Hamás lanza con frecuencia globos incendiarios en el sur de Israel, y si bien tienden a ser menos destructivos que los cohetes, en ocasiones han incendiado grandes extensiones de tierras de cultivo en las proximidades de núcleos habitados.

Por su parte Hamás ha condenado los actos de Israel y el portavoz de la organización ha asegurado que los palestinos continuarán con su «valiente resistencia y defenderán sus derechos y lugares sagrados en Jerusalén”. Por el momento no se han producido actos en represalia. Gaza apenas ha comenzado a recuperarse de los últimos enfrentamientos, los cuales se saldaron 250 palestinos y 13 residentes israelíes muertos, y dañaron más de 16.000 hogares según las Naciones Unidas, después de que militantes de Gaza disparasen más de 4.000 cohetes contra Israel y tras los ataques aéreos de las FDI.

Según ha trascendido, Israel habría informado a los mediadores egipcios acerca de la participación directa de Hamas en el lanzamiento del material incendiario y de cómo esto pondría en peligro las conversaciones de tregua a largo plazo.

Consecuencias de la marcha

La escalada se produjo desde el momento en que el nuevo gobierno autorizó la marcha pasando por áreas palestinas, a pesar de las objeciones de los partidos árabes e izquierdistas que forman parte de la coalición vencedora, y a pesar de las amenazas de Hamás de que tomaría represalias.

Mansour Abbas, cuyo partido Lista Árabe Unida (Ra’am) es la primera facción árabe en unirse a una coalición israelí, dijo que la marcha del martes fue «un intento de incendiar la región con objetivos políticos«, con la intención de socavar al nuevo gobierno .

Abbas defendió públicamente que la policía y el ministro de seguridad deberían haber cancelado el evento. “Hago un llamamiento a todas las partes para que no se dejen arrastrar a una escalada y mantengan la máxima moderación”, dijo.

En los últimos años, la marcha ha venido atravesando la Puerta de Damasco y ha llegado al corazón del Barrio Musulmán. Sin embargo, en esta ocasión las fuerzas de seguridad tomaron la decisión de modificar el itinerario definitivo  con el fin de evitar algunas de las zonas más sensibles. Finalmente la ruta rodeó las antiguas murallas de la Ciudad Vieja y atravesó la Puerta de Jaffa, principal vía turística, desviándose hacia el Barrio Judío y el Muro de las Lamentaciones.