Países Europa del Este inician los preparativos para acoger a cientos de ciudadanos que podrían huir de Ucrania en caso de que la crisis con Rusia se intensificara. Varias ciudades polacas ya cuentan con una lista de plazas disponibles, y Rumanía está considerando la posibilidad de crear campos para refugiados.

Los tensos recuerdos vividos tras la Guerra Fría y la influencia soviética, todavía persiste en el flanco oriental de la Unión Europea, donde la población desconfía de cualquier inestabilidad que pueda alterar sus economías o desencadenar una oleada migratoria.

Rusia cuenta con más de 100.000 soldados concentrados cerca de su frontera con Ucrania, y Estados Unidos ha advertido que podría iniciarse un ataque en los próximos días. Mientras, Moscú niega tales planes y ha acusado a Occidente de “histeria”.

No obstante, los gobiernos y las ciudades cercanas a la frontera ucraniana parecen estar preparándose para acoger a los refugiados en caso de que fuera necesario. Polonia, país que alberga entre 1 y 2 millones de ciudadanos de Ucrania, manifestó ayer que el país se está preparando para el peor de los casos. Marcin Pryzdacz, viceministro de asuntos exteriores, ha declarado en medios polacos que el país se está “preparando para acoger a un gran número de personas para una tener mayor organización”.

El alcalde de Ciechanow, al este de Polonia con una población de unos 44.000 habitantes, ha declarado que la ciudad se encuentra lista para recibir a unos 80 refugiados: “Nos han asegurado que el presupuesto estatal cubrirá totalmente los costes”, ha afirmado el alcalde, Krzysztof Kosinski. La pasada semana, la ciudad norteña de Elblag, señaló disponer de 420 plazas; la ciudad de Toruń aseguró contar con 96 plazas para refugiados; y Czestochowa dijo contar con 1.100 plazas.

Rumanía, que también comparte una extensa frontera con Ucrania, finalizó el pasado domingo un plan de acción para la posible crisis de refugiados, según declaraciones del ministro de interior, Lucian Bode: «En cuanto a si Rumanía está preparada para acoger a cientos de miles de refugiados en lo que podría ser una afluencia descontrolada, tenemos en cuenta varias hipótesis. Estamos analizando cuántos campamentos de refugiados podemos instalar en un tiempo relativamente corto. También estamos analizando las capacidades de alojamiento existentes en los condados fronterizos, pero también discutimos una posible segunda etapa, con los condados vecinos, y la tercera etapa en todo el país”.

El ministro de Defensa de Eslovaquia ha declarado que sería posible que hubiera decenas de miles de refugiados, incluso si el conflicto no fuera a gran escala. Robert Mikulec, el ministro de interior, ha señalado que el gobierno se está preparando para varios escenarios con sus fuerzas armadas a la cabeza, y que se encuentra en estrecho contacto con las autoridades ucranianas.

Hungría, con más de 150.000 ciudadanos ucranianos viviendo dentro de sus fronteras, también está llevando a cabo preparativos. «También barajamos diferentes escenarios y un plan de acción en caso de guerra«, ha manifestado el primer ministro, Viktor Orbán, subrayando que «los intereses de Hungría son claros: ante todo, se debe evitar la guerra». Orban también ha puesto de manifiesto la posibilidad de que puedan llegar cientos de miles de refugiados en caso de guerra: «En la década de 1990, llegaron decenas de miles de personas de los territorios de la antigua Yugoslavia. No fue una situación fácil, pero muchos más podrían llegar desde Ucrania, probablemente sin esperanza de regresar».

Los estados bálticos de Lituania, Letonia y Estonia, también han informado de sus preparativos en caso de que fuera necesario recibir a refugiados. El ministro de interior de Lituania ha manifestado que el gobierno ha solicitado a las regiones que enumeren un listado de posibles alojamientos, y ha añadido que esperan que los refugiados acudan al país principalmente desde Polonia y a través de vuelos comerciales.

El ministerio de Interior de Letonia está estudiando la posibilidad de crear una serie de centros para refugiados a lo largo de su frontera oriental, con el objetivo de alojar a los refugiados ucranianos sin documentación que no dispongan de lugar dónde alojarse.

Mientras, la tensión va en aumento, y desde Estados Unidos afirman que Rusia podría invadir Ucrania en cualquier momento empleando cualquier pretexto que sirviera para iniciar un ataque. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente de Ucrania,Volodímir Zelenski, han reiterado su compromiso con la diplomacia para aliviar las tensiones.

Ucrania también ha solicitado una reunión con Rusia y otros países europeos para debatir sobre la escalada de tensiones en su frontera. El ministro de asuntos exteriores, Dmytro Kuleba, ha señalado la poca transparencia por parte de Rusia, que está ignorado las solicitudes formales para aclarar la situación actual y la acumulación de tropas rusas en su frontera.

El embajador de Ucrania en Londres, Vadym Prystaiko, se ha retractado de los recientes comentarios que ha realizado en medios ingleses, en los que señaló que Ucrania estaba dispuesta a ser más «flexible» en cuanto a su ambición de unirse a la OTAN, lo que habría significado un gran logro para Rusia. En una entrevista posterior ha aclarado que Ucrania tenía el compromiso constitucional de unirse a la OTAN y que dependería de la «disposición de la propia de la alianza» si finalmente Ucrania sería admitida o no