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Inspección de la Organización de las Naciones Unidas: hay que respetar los derechos de la población de Nagorno Karabaj

Conflicto en el Cáucaso Sur. Lunes 2 de octubre 2023. Día decimocuarto.

Gracias a Dios, la guerra en el esta región del mundo parece que no se desarrollará.

Es una guerra que, de momento, no interesa a nadie. Especialmente a Rusia, completamente hipotecada en Ucrania; pero tampoco a Armenia que no puede defenderse sin la protección paternal de Rusia; Azerbaiyán, que parece que  tiene todas las de ganar, puede quedarse sin el apoyo  de Turquía que, en su política de recuperación de prestigio en el espacio étnico turco, ha tendido sus brazos (especialmente tecnológicos) a los azeríes, pero sospecho que en un «allegro ma non troppo», que desde el punto de vista diplomático podemos traducir como alegre, pero sin pasarse; Turquía puede entrar en colisión con los Estados Unidos (que querrá posicionarse en el lado armenio y rellenar el espacio que deje Rusia) , y dividir o, quizás  sea mejor decir, quedar arrinconada en  la OTAN, que buen servicio le hace a Turquía en su papel de potencia regional.

Armenia, como en el pasado hicieron Georgia (perdida de Abjasia y Osetia del Sur) y Ucrania (con la pérdida de Crimea), tendrán que resignarse.

Armenia después de la victoria de 1994, gracias al apoyo ruso, no se preparó la guerra siguiente que era más que evidente. Ucrania pasó de ser la tercera potencia nuclear del planeta en 1991 (detrás de EE. UU y Rusia) a creer que vivía en el País de las Maravillas de Alicia tras la firma del «Memorándum de Budapest» (1994).

Ayer circulaba la noticia de la salida apresurada del 80% de la población de etnia armenia de Nagorno Karabaj, dato objetivo que indica que la situación no es de integración.

La misión de Naciones Unidas, en su visita relámpago de emergencia, ha concluido que quedan en el territorio unos 1000 armenios. El equipo de Naciones Unidades visitó la capital Stepanakert aún paralizada. El equipo parece que vio poco claro que el personal que ha huido pueda regresar; también ha pedido respetar los derechos de la población de Nagorno Karabaj.

Con todo, las autorizades azeríes han publicado un documento sobre el proceso de «reintegración» de los residentes en Nagorno Karabaj. Entre los logros, está «el proceso de desarme y disolución» de las facciones armadas. Con los datos existentes, parece que hay pocos armenios que integrar o «reintegrar».

Mientras tanto se suceden los incidentes. Esta vez ha sido una patrulla combinada rusa-azerí la que fue objeto de un disparo de un individuo aislado con un fusil de precisión, todo ello en Stepanakert y sin víctimas.

Por parte armenia, se ha acusado al Ejército de Azerbaiyán de disparar contra un vehículo en las afueras de la ciudad fronteriza de Kut, en este caso, al parecer, con víctimas.

Ucrania con su independencia heredó unas 3000 cabezas nucleares. Con el «Memorándum de Budapest» (1994), entre Ucrania, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos, Ucrania se comprometió a adherirse al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares y devolver a Rusia sus armas nucleares. En el memorando citado, las potencias se comprometen a «respetar la independencia, la soberanía y las fronteras existentes de Ucrania» y «abstenerse de la amenaza o el uso de la fuerza» contra el país. Un Memorándum es algo que debe recordarse, es una comunicación diplomática menos solemne que la «Memoria» o la «Nota», tanto que no suele firmarse, aunque la de Budapest si se firmó.


Profesor del Departamento de Inteligencia de CISDE.

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