Israel continúa atacando el sur y el centro de la Franja de Gaza para ejercer más presión sobre Hamás, tras el ataque del fin de semana contra la cúpula del grupo militante, en el que murieron decenas de palestinos que habían buscado refugio en un campamento improvisado.

El ejército ha informado de que ha atacado una zona abierta, con varios edificios y cobertizos, y ha añadido que se trataba de un complejo dirigido por Hamás y no de un campamento de tiendas de campaña.

Según las autoridades palestinas, al menos 90 personas murieron el sábado y otros muchos resultaron heridas.

Más al sur, en Rafah, principal foco del avance israelí desde mayo, los residentes han informado de nuevos enfrentamientos. Afirman que las fuerzas israelíes han volado varias casas en las zonas occidental y central de la ciudad. Funcionarios médicos han referido recuperar 10 cadáveres de palestinos por fuego israelí en zonas orientales de la ciudad.

El ejército también ha intensificado los bombardeos aéreos y con carros de combate en el centro de Gaza, en los campos de refugiados de Al-Bureij y Al-Maghazi. Las autoridades sanitarias aseguran que cinco palestinos han perdido la vida en un ataque aéreo israelí contra una casa del campo de Maghazi.

Otros funcionarios sanitarios palestinos informan de que 11 palestinos han muerto en un ataque aéreo israelí contra una casa en el campamento de Al-Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza.

El ejército israelí afirma que las fuerzas aéreas han atacado decenas de objetivos militares palestinos en toda Gaza, matando a muchos hombres armados, y aseguran que las fuerzas han acabado con varios hombres armados en Rafah y en el centro de Gaza, a veces en combates cuerpo a cuerpo.

Un comunicado de la brigada Al-Quds, brazo armado del grupo militante Yihad Islámica, asegura que sus combatientes están librando encarnizados combates en el campamento de Yabna, en Rafah.

Más tarde, en Deir al-Balah, en el centro de la Franja de Gaza, donde Israel todavía no ha intervenido y se han refugiado cientos de miles de personas, el ayuntamiento ha emitido un comunicado urgente en el que decía que ya no podía suministrar agua potable a 700.000 personas de la zona tras quedarse sin combustible. «Instamos a los ciudadanos a preservar lo que queda en sus cisternas privadas e insistimos en la necesidad de mantener el espíritu de cooperación y reparto«, dice el comunicado.

La matanza del sábado en Mawasi, uno de los ataques israelíes más mortíferos de la guerra, ha ensombrecido unas negociaciones que ambas partes habían descrito anteriormente como las más próximas hasta la fecha a un alto el fuego duradero. Un alto cargo de Hamás ha declarado que el grupo no ha abandonado las conversaciones a pesar del ataque de Mawasi.

Israel afirma que otro alto mando murió en el ataque, aunque aún no ha confirmado la suerte de Mohammed Deif, el alto cargo de Hamás. Los responsables de Hamás han negado su muerte.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se reunió durante el día de ayer en Washington con el asesor israelí de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi, y con el ministro israelí de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, para debatir «soluciones prácticas que tenemos en mente» para salvar las diferencias entre Israel y Hamás sobre un acuerdo de alto el fuego, según declaraciones del portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.

«Les diré lo que hemos oído directamente hoy de dos altos asesores del primer ministro Benjamin Netanyahu, y es que Israel sigue comprometido a alcanzar un alto el fuego. Quedan algunos puntos conflictivos y estamos trabajando para intentar resolverlos. Estamos comprometidos a intentarlo».

Tras el ataque israelí contra Deif, Blinken ha expresado su «gran preocupación por las recientes víctimas civiles en Gaza», ha declarado Miller, quien ha añadido que Israel tiene derecho a atacar a los militantes, pero debe hacer más para reducir el número de víctimas civiles.

Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, al menos 38.000 palestinos han muerto en la ofensiva militar israelí desde el 7 de octubre.  Israel afirma que ha perdido 326 soldados en Gaza y que al menos un tercio de las víctimas mortales palestinas son combatientes.

La guerra comenzó tras un ataque dirigido por Hamás dentro de Israel el 7 de octubre, por militantes que mataron a 1.200 personas, en su mayoría civiles, y se llevaron a más de 250 como rehenes a Gaza, según las autoridades israelíes.

Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos UNRWA asegura en una publicación en la red social X que se tardarían 15 años en retirar alrededor de 40 millones de toneladas de escombros de guerra en Gaza. El esfuerzo necesitaría más de 100 camiones y costaría más de 500 millones de dólares. «Los escombros suponen una amenaza mortal para la población de la Franja de Gaza, ya que pueden contener artefactos explosivos sin detonar y sustancias nocivas», añade.

Naciones Unidas ha informado de que comenzará a traer más vehículos blindados y equipos de protección personal para sus operaciones de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza después de recibir la aprobación de las autoridades israelíes.

La ONU lleva tiempo quejándose de los obstáculos para hacer llegar la ayuda a Gaza, Israel inspecciona y aprueba todos los camiones, y afirma que también tiene dificultades para distribuir la ayuda en medio de una «anarquía total» dentro del enclave de 2,3 millones de personas.