Cuatro aviones Eurofighter Typhoon de la Fuerza Aérea Italiana han aterrizado esta semana en la Base Aérea Mihail Kogalniceanu de Rumanía, y seis F-18 del Ejército del Aire de España aterrizaron en la Base Aérea de Fetesti, Rumanía, el pasado fin de semana, con el objetivo de continuar con la misión mejorada de Vigilancia Aérea de la OTAN asegurando la costa del Mar Negro.

Los aviones de combate italianos volarán junto con los aviones de combate rumanos desde diciembre de 2022 hasta finales de julio de 2023; Apodado Task Force Air Romania (TFA-R) «Gladiador», el destacamento está compuesto por personal y aviones de la Fuerza Aérea Italiana Eurofighter Wings 4, 36, 37 y 51.

Los aviones de combate españoles F-18 también se desplegaron en Rumania el pasado 25 de noviembre. Aterrizaron en la Base Aérea de Fetesti y el destacamento llevará a cabo una Vigilancia Aérea mejorada apoyando las actividades de seguridad de la Alianza, además de trabajar de forma conjunta con las Fuerzas Aéreas Rumana e Italiana asegurando los cielos durante los próximos cuatro meses.

“Al desplegar cazas italianos, la Alianza demuestra una capacidad fiable, robusta y eficaz para las misiones de Vigilancia Aérea de la OTAN y Protección Aérea de la OTAN a lo largo del flanco oriental. Nuestra contribución nacional en Rumania subraya la capacidad de la Alianza para resolver y adaptarse rápidamente a cualquier cambio en el entorno de seguridad internacional, defendiendo cada centímetro del territorio de la OTAN”, ha dicho el Coronel Michele Morelli, Comandante de la Fuerza Aérea Italiana “Gladiator”.

La OTAN comenzó las tareas de Vigilancia Aérea desde la base aérea Mihail Kogalniceanu, cerca de Constanza en la costa del Mar Negro, en 2014 tras la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia. Desde entonces, los destacamentos de cazas aliados han aumentado la postura colectiva de la Policía Aérea en los aliados del norte y del sur en el flanco oriental, protección a la población y la región, así como disuadiendo posibles agresiones. Italia ha apoyado de forma regular esta misión tanto en el norte como en el sur, afianzando su compromiso con la defensa colectiva de la OTAN y mejorando su interoperabilidad con las fuerzas aéreas aliadas.

La Vigilancia Aérea de la OTAN es una misión en tiempo de paz, cuyo objetivo es preservar la seguridad del espacio aéreo de la Alianza. Es una tarea colectiva e implica la presencia continua, las 24 horas del día, los 365 días del año, de aeronaves de combate y tripulaciones, que están preparados para reaccionar de forma rápida e inmediata ante posibles violaciones del espacio aéreo.

Establecida en 1961 durante la Guerra Fría, la Policía Aérea de la OTAN ha sido una parte integral de la Defensa Aérea y Antimisiles Integrada (IAMD) de la OTAN durante 60 años. En servicio las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año, la Policía Aérea de la OTAN es una constante en un entorno de seguridad que cambia rápidamente, lo que le da a la OTAN la capacidad de preservar la integridad del espacio aéreo de la Alianza en tiempos de paz.

La IAMD incorpora todas las medidas que contribuyen a disuadir amenazas aéreas y de misiles, o anular o reducir la eficacia de la acción aérea hostil. Dichas medidas se llevan a cabo utilizando un enfoque de 360 ​​grados en todo el territorio de la OTAN, preparado para hacer frente a todo el espectro de amenazas, desde tácticas hasta estratégicas, que emanan de cualquier dirección: por aire, por tierra o por mar.

En los últimos años, la OTAN ha mejorado sus actividades de la IAMD para garantizar que sigan siendo flexibles y adaptables, teniendo en cuenta las amenazas aéreas y de misiles cada vez más diversas y desafiantes que enfrenta la Alianza, que van desde simples vehículos aéreos no tripulados (UAV) hasta sofisticados misiles hipersónicos. IAMD es particularmente esencial en el entorno estratégico actual, que se caracteriza por el rápido desarrollo de arsenales de misiles en todo el mundo, incluso por parte de posibles adversarios.

El IAMD de la OTAN se implementa a través del Sistema Integrado de Defensa Aérea y Antimisiles de la OTAN (NATINAMDS), una red de sistemas nacionales y de la OTAN interconectados que consta de sensores, activos de comando y control y sistemas de armas. NATINAMDS está bajo la autoridad del Comandante Supremo Aliado de la OTAN en Europa.

Por otra parte, la OTAN vuelve a reunirse para debatir sobre una de sus decisiones más controvertidas, la de reiterar la promesa de que Ucrania (que sufre ya casi 10 meses de guerra contra Rusia) pueda unirse algún día a la Alianza militar.

Los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN se reunirán durante dos días en el Palacio del Parlamento de Bucarest. Fue allí donde, en abril de 2008, el por entonces presidente estadounidense, George W. Bush, convenció a sus aliados para que abrieran la puerta de la OTAN a Ucrania y Georgia, a pesar de las vehementes objeciones rusas.

«La OTAN da la bienvenida a las aspiraciones euroatlánticas de Ucrania y Georgia de ingresar en la OTAN. Hoy hemos acordado que estos países se convertirán en miembros de la OTAN», defendieron los líderes en un comunicado. El presidente ruso, Vladimir Putin, presente en la cumbre, calificó este hecho de «amenaza directa» para la seguridad de Rusia. Cuatro meses después, las fuerzas rusas invadieron Georgia.

Algunos expertos describen la decisión de Bucarest como un error masivo que dejó a Rusia con la sensación de estar acorralada por una OTAN aparentemente en constante expansión. La OTAN ha respondido en varias ocasiones que su intención no es presionar a los países para que se adhieran, y que algunos solicitan su propio el ingreso para buscar protección frente a Rusia, como hacen ahora Finlandia y Suecia.