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La Armada recibirá su primer S-80 en 2021, con cas...

La Armada recibirá su primer S-80 en 2021, con casi una década de retraso

Las dos nuevas BAM llegarán en fecha y la Armada quiere una BAM-IS. Habrá dos versiones del NH-90 naval y se comprarán nuevos drones. 

El Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada (AJEMA), el almirante general Teodoro López Calderón, convocó el pasado miércoles a los medios de comunicación en el Cuartel General de la Armada para hablar del presente y futuro de este arma de las Fuerzas Armadas. Revisó, junto a sus principales colaboradores, los programas de armamento vigentes y las futuras adquisiciones que se tendrán que llevar a cabo.

Los datos más llamativos, al ser el programa más polémico y que acumula más años de retraso, fueron sobre los submarinos de la clase S-80. Por primera vez se ha puesto una fecha de recepción sobre la mesa: diciembre de 2021. Está previsto que se entregue en esa fecha la primera unidad, que no estaría plenamente operativa hasta 2023. La segunda llegaría 30 meses más tarde. La tercera, 22 meses después de la segunda.

López Calderón insistió en que las dos primeras unidades llegarán sin el sistema de Propulsión Independiente de Aire (AIP, por sus siglas en inglés), que se les añadirá durante su primera gran carena. El tercero ya sí vendría de serie con el AIP. Para solucionar este gran retraso, está previsto que a los submarinos de la clase S-70 actualmente operativos (tres unidades) se les pase su quinta gran carena. La del primero de ellos, el S-71 Galerna ya fue aprobada por el Gobierno en diciembre.

En lo que a los sobrecostes económicos se refiere, empieza a haber algunas cifras de relevancia. El presupuesto inicial para los cuatro submarinos S-80 era de 2.100 millones, aunque ahora con ese dinero sólo daría para el primero de ellos. La cuenta final ahora llegaría hasta casi 4.000 millones. A esto habría que sumar el coste de la cuarta y quinta grandes carenas de los S-70, realizadas para alargar su vida operativa por el retraso de los S-80. El coste aumenta otros 260 millones de euros.

El proyecto del S-80 nació en el año 2004, pero no tardó dar sus primeros problemas. La primera unidad demostró tener graves deficiencias técnicas debudo a las cuales no podía salir a superficie. El submarino tuvo que ser rediseñado completamente y para ello se contó con el asesoramiento de la principal contructora de sumergibles de Estados Unidos, Electric Boat.

Los dos nuevos BAM (Buques de Acción Marítima) que se encuentran en astilleros sí se están construyendo conforme a lo proyectado. El primero, el Audaz, está previsto que sea entregado en julio. El segundo, el Furor, en diciembre. Además la Armada quiere un séptimo de estos buques, aunque esta vez lo quiere para intervención subacuática (BAM-IS), con capacidad de rescate submarino y de recuperación de pecios y patrimonio sumergido.

López Calderón explicó que espera que el Gobierno firme la orden de ejecución de la nuevas fragatas F-110 a mediados del próximo mes de junio. De este modo, podrían recepcionar estos buques, destinados a sustituir a las actuales fragatas F-80 de la clase Santa María, entre los años 2023 y 2028. En la primera fecha recibirían la primera de ellas. En la segunda fecha, la quinta y última.

En el Cuartel General de la Armada se habló también de las necesidades relacionadas con los helicópteros. Se comprarán dos versiones diferentes del NH-90 navalizado. El primer tipo servirá para sustituir a los SH-3D, pero como no llegarán a tiempo se seguirán comprando de segunda mano a Estados Unidos nuevas unidades del SH-60F. Ya se han comprado seis unidades y la previsión es adquirir otras cuatro unidades.

El segundo tipo de NH-90 navalizado será para sustituir a los SH-60B que operan a bordo de las embarcaciones. Necesitarán, por tanto, tener un sistema de comunicaciones perfectamente integrado con el de los buques de la Armada. Se espera que la primera de estas unidades esté lista en torno al año 2035. Mientras tanto, se va a proceder a modernizar los actuales SH-60B para extender su vida operativa más allá de 2035. Proceso de modernización también recibirán los AB-212, para que puedan extender su vida útil al menos hasta el año 2030, aunque según se ha especificado, este programa no será ambicioso.

La intención de la Armada es seguir adquiriendo sistemas no tripulados, conocidos como UAV o RPAS. En la actualidad, se está recepcionando el tercer sistema del Scan Eagle, que ya ha sido probado en zonas operativas. Primero, embarcado en los buques que han participado en la Operación Atalanta que lucha contra la piratería en el Océano Índico. Después, en el actual despliegue de un contingente de la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) en Irak.

Además, los efectivos de la Infantería de Marina están probando actualmente el Fulmar y hay un importante interés en el Pelícano -que tiene ala rotatoria-, aunque desde la Armada creen que el sistema no está maduro.

Precisamente, hablando de la Infantería de Marina, también se quiere adquirir nuevos AAV (vehículos de asalto anfibio) para este cuerpo, debido a que hay se van haciendo viejos. La intención ir haciendo un relevo gradual de las 19 unidades que fueron fabricadas entre 1972 y 1974. Se cambiarán por unidades nuevas del mismo modelo ya que, según han explicado, cuesta lo mismo modernizarlos que comprar uno nuevo.

Al mismo tiempo, se quiere que las 18 unidades del vehículo de combate Piraña de la versión 1 se modernicen a la versión 2. De este modo, la Infantería de Marina contaría con 39 Piraña de la versión 2. Respecto a los VAMTAC, ya se han recibido 39 unidades y se espera que se vayan recibiendo a un ritmo de 20 unidades/año hasta que se concluya el pedido de 180 unidades.

La Armada también mantiene sobre la mesa el problema de sustitución de los actuales cazas Harrier de despegue vertical, los únicos capaces de embarcarse en el Juan Carlos I. Sin embargo, no ve prioritario el problema ya que calcula que podría alargar su vida útil de la docena actual de Harrier hasta el año 2030 si fuera preciso. Eso sí, López Calderón dejó claro que sólo hay una opción posible: «Si España quiere mantener esta capacidad, no hay alternativa al F-35».

Por último, los altos cargos de la Armada hexplicaron que actualmente tienen 19 de sus 61 buques en la mar y que otros 12 se encuentran inmovilizados por reparaciones o situaciones similares. Cuentan asimismo con 2.240 militares (a fecha de 16 de enero) fuera de territorio español, de los que 1.552 están en la mar y otros 688 son efectivos de Infantería de Marina desplegados en el exterior (actualmente están, entre otras misiones, en Iral o Mali).

 


Periodista y analista internacional. Experta en Seguridad y Defensa y Terrorismo

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