“Cien años de valor, el valor de cien años” bajo este lema celebra La Legión su centenario. Cien años de leal servicio a España en defensa de unos valores que han pasado de generación en generación y que como sociedad tenemos la obligación de preservar. Dichos valores constituyen el leitmotiv de esta destacada efeméride que celebran las Damas y Caballeros Legionarios, pues han estado presentes desde su nacimiento y han guiado sus pasos a lo largo de estos cien años.
Cien años desde que SM Alfonso XIII firmara el Real Decreto de Fundación del Tercio de Extranjeros, aquel 28 de enero de 1920. Desde entonces, La legión se ha enfrentado a innumerables desafíos y ha rubricado capítulos gloriosos de nuestra historia, algunos escritos con memorables y trágicos sacrificios, pero todos ellos bajo un único propósito: darlo todo por España y los españoles, sin importar el tamaño o el peligro de la empresa.
Quienes mejor la conocen hablan de La Legión no como una unidad más, sino como un fenómeno social rico y complejo que trasciende lo puramente militar, poniendo énfasis en su papel integrador y su «capacidad para hermanar culturas, sensibilidades y orígenes […] Es más que una forma de vivir la milicia, más que un estilo de mando o de un modo de cumplir órdenes». Hablamos de un hogar, de una nueva oportunidad para muchos.
El Credo Legionario resume a la perfección este singular espíritu. Una narrativa atemporal que aúna valores y tradición, la memoria y el alma de los famosos tercios viejos y de los hombres que que en ellos combatieron. Dignos herederos de tan meritorio legado, las Damas y Caballeros Legionarios afrontan cualquier desafío confiando en la fuerza que les confieren los mismos principios que hicieron inmortales a sus predecesores. Y así lo resume el Credo, cuando dice: «Es la base espiritual de La Legión, médula y nervio, alma y rito de ella […] reglas de la hermandad que iba a nacer, para que fuera: militar, guerrera, heroica»
Cien años de historia
En 1920 «El Tercio de Extranjeros (nombre original de La Legión Española) nace como fuerza de choque para la dura guerra de Marruecos. Esta nueva fuerza tenía como objetivo sustituir a las Unidades de recluta forzosa». Con el mismo espíritu que en el año 1921, cuando acudieron en auxilio de Melilla tras el desastre de Annual, la Legión ha arriesgado la vida también fuera de nuestras fronteras.
El primero de estos escenarios merece que nos detengamos un momento para echar un vistazo a esos primeros pasos en el exterior. La desintegración de Yugoslavia (1991) vuelve a traer la guerra a Europa y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se esfuerza por mediar entre las partes y detener los enfrentamientos. En 1992, el mismo año que se crea UNPROFOR (United Nations Protection Force) el conflicto se recrudece extendiéndose a Bosnia-Herzegovina.
Desde Bosnia-Herzegovina, hasta Mali en nuestros días. En todos estos años La Legión ha pedido siempre estar en primera línea y en la vanguardia de las operaciones, por lo que resulta inasumible tratar de resumir todos sus logros en unas pocas líneas. Ante la gravedad de la escalada, el 14 de septiembre de 1992, se aprobó la resolución 776 que autorizaba a ampliar el mandato y el aumento de personal de UNPROFOR, haciendo un llamamiento a los países miembros para que contribuyesen con las tropas necesarias. España dio un paso al frente.
Los expertos hacen hincapié en las dificultades que llevaba aparejado desplegar una fuerza en pleno campo de batalla, un escenario donde se estaban desarrollando «caóticos y cruentos combates […] Con la problemática añadida de que los contendientes eran, en su mayoría, milicias y grupos paramilitares que aborrecían la presencia de los cascos azules, a los que consideraban como incómodos testigos de sus posibles tropelías».
Los elegidos para cumplir con tan delicada y peligrosa misión no fueron otros que los legionarios. Siempre prestos para actuar en las condiciones más difíciles. Aunque existía algún precedente (observadores y paracaidistas en el Kurdistán) se trataba de la primera vez que España ponía un contingente de entidad al servicio de Naciones Unidas. Así fue el sobresaliente debut de España en las operaciones de paz.
Cien años de innovación
Desde sus comienzos La Legión ha demostrado una extraordinaria capacidad de adaptación a través del tiempo, con el fin de satisfacer eficazmente los cometidos operativos que se le han encomendado.
Su organización no ha sido una excepción y a lo largo de los años hemos sido testigos de los cambios que se han ido produciendo en su estructura. Prueba de ello ha sido: la creación de banderas, Tercios, la Compañía Lanzallamas, la Bandera de Carros de Combate, la Inspección, las unidades paracaidistas, la Academia de Formación de Mandos Legionarios, la Bandera de Operaciones Especiales de La Legión y la Brigada de La Legión, con sus grupos y banderas de apoyo al combate y apoyo logístico al combate. Actualmente cuenta con dos tercios en África y una brigada y una bandera de operaciones especiales en la Península, todas ellas integradas en la Fuerza del Ejército de Tierra
Haciendo honor a ese espíritu de renovación constante, La Legión se encuentra actualmente inmersa en un nuevo proyecto de transformación que potenciará la eficacia de las fuerzas del Ejército de Tierra. En 2018, en virtud de la Directiva 03/18, se puso en marcha el proyecto Fuerza 35, atendiendo a la necesidad de contar con unas fuerzas terrestres capaces de actuar en los entornos operativos futuros y los nuevos desafíos riesgos que estos llevan aparejados.
El papel de La Legión, y en concreto de la BRILEG (Brigada de La Legión Rey Alfonso XIII), es el de poner a prueba los modernos los aspectos conceptuales, de organización y tecnológicos con los que espera dotarse nuestra fuerza terrestre. Los motivos para designar a la BRILEG como Brigada experimental obedecen a la «dilatada experiencia en operaciones y los numerosos compromisos operativos previstos en los planes de preparación para esta unidad, su ubicación en una base, en un entorno geográfico con una climatología estable, que cuenta con un campo de maniobras y tiro dotado de modernas instalaciones para la preparación».
Según el Ejército de Tierra “el centro de gravedad del citado proyecto sigue siendo el combatiente, para quien su moral y motivación son cruciales y quien, además, debe contar con la formación precisa para conseguir un eficaz empleo de las tecnologías de los tiempos actuales. Por otra parte, la unidad de referencia del proyecto es la brigada, que se deberá conformar como un «sistema de combate integral» y dejar atrás el concepto de «conjunto integrado de sistemas» que es en la actualidad”.
En la actualidad continúan ejecutándose las actividades de experimentación del citado proceso, interrelacionando las seis funciones de combate definidas en la Doctrina de la Fuerza Terrestre en vigor, con los niveles de las estructuras operativas: brigada de combate, grupo de combate, subgrupo de combate, sección, pelotón y equipo. Todo para alcanzar el horizonte deseado en 2035.
Si algo ha demostrado La Legión a lo largo de su historia es su inquebrantable vocación de servicio a España y el espíritu innovador con el que fue fundada cien años atrás. En todo este tiempo, a pesar de los sacrificios y las vidas honorablemente entregadas en defensa de los valores que todavía hoy definen a nuestros militares, los legionarios conservan la frescura, el ímpetu y la fortaleza con la fueron concebidos.
A pesar de los golpes recibidos y de la dureza de los que estén por llegar, las Damas y Caballeros Legionarios, no han sido ni serán nunca vencidos.
Pues no se puede derrotar, a quien nunca se ha rendido.
No hay ningún comentario