Redacción

El Senado estadounidense aprobó el pasado lunes la designación de Mike Pompeo como director de la CIA. Con 52 años, ha jurado el cargo tras la votación en la que obtuvo 67 votos a favor y 30 en contra.

El proceso no ha sido fácil. Pese al distanciamiento en su comparecencia del respaldo a la práctica de la tortura a aquellos sospechosos relacionados con el terrorismo, entre otros aspectos, muchos fueron los demócratas que votaron en contra de su candidatura. Se teme que se reestablezcan técnicas de interrogación que hasta el momento están prohibidas.

Además, hizo especial hincapié en la no existencia de la relación entre Trump y Rusia. En las últimas semanas, el país que lidera Vladimir Putin, había sido acusado de filtrar información para favorecer la victoria electoral de Donald Trump.

Tras la victoria, una vez que el proceso sea confirmado por los legisladores, Mike Pompeo se convertiría en el tercer alto cargo del gobierno.

El Congresista republicano, que ya se posicionó como miembro del Tea Party, lidera una agencia de espionaje con la que el nuevo presidente mantiene una estrecha relación.

El yihadismo e Irán serán los aspectos claves de su candidatura.

Fue formado en la Academia Militar de West Point. Además en graduado en Derecho por la Universidad de Harvard. Sirvió cinco años al Ejército americano. En su carrera política, se destaca su llegada a la Cámara de Representantes como congresista por Kansas en 2011.

Integró además el comité de Inteligencia en la Cámara, lo que ya le permitió conocer agencias como la propia CIA.

Tras el debate por las filtraciones de Edward Snowden, se posicionó como defensor de los programas de recolección de datos telefónicos.

También, el ex director ejecutivo de la petrolera ExxonMobile, Rex Tillerson, ha superado su primer obstáculo legislativo para convertirse en el Secretario de Estado de Gobierno de Donald Trump.