Redacción.
La empresa pública Navantia ha cerrado un contrato con la Royal Caribbean por el que se encargará de la modernización de algunos de sus buques, que se encuentran entre los cruceros más grandes del mundo, como es el caso del Allure of the Seas o el Gran Explorer.
La puesta a punto del primero de ellos, de 362 metros de eslora y 47 de manga, se llevará a cabo en el astillero de Cádiz, el más grande con el que cuenta Navantia (386 metros).
Este nuevo contrato supone sin duda un espaldarazo para la compañía que no atraviesa su mejor momento debido a la escasez de contratos. Desde Navantia aseguran que habrá carga de trabajo para 2.000 personas en el astillero de la capital con la reforma de los buques de crucero.
La empresa naval se vio obligada en 2009 a diversificar sus actividades, al anunciar la Armada la cancelación de planes de modernización de buques debido a la crisis económica y los consecuentes recortes del gasto público. En ese momento, amplió la actividades de reparación y modernización que realizan sus astilleros para hacer frente a nuevos encargos, especialmente de buques de crucero.
La esperanza de los astilleros
A pesar de las dificultades, ya la reparación de cruceros se concentraba hasta ahora en astilleros de Francia y países nórdicos, en estos 4 años Navantia ha conseguido contratos con empresas como Pullmantur, Iberocruceros, Thomson, Crystal Cruise Line, Azamara y Disney Cruise Line, además de la Royal Caribbean.
Con un comienzo tímido con la mera puesta a punto del Grand Voyager, Grand Mistral y Gran Celebration (todos ellos de la compañía Iberocruceros), Navantia ha pasado a auténticas transformaciones de estos buques. A ello contribuyó sin duda el primer encargo de la Royal Caribbean en 2011 para reparar el Splendour of the Seas en los astilleros de Cádiz.
Por su parte, la división militar de la compañía está a la espera de respuesta de varios países como Brasil o Sudáfrica para la construcción de patrulleros y buques anfibio.
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