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«Los españoles deben sentir la necesidad de contar con un ejército»

FOTO: Iván Jiménez / EJÉRCITO DE TIERRA

El teniente general, Miguel Martín Bernardi, Segundo Jefe del Estado Mayor del Ejército (SEJEME), recibe al Observatorio de Seguridad y Defensa en pleno proceso de transformación del Ejército de Tierra para explicarnos las ventajas que supondrá la nueva estructura, hablarnos acerca de las prioridades de armamento y material, así como para compartir su valoración tras un año de lucha contra la pandemia.

Pregunta. Para poner en situación a nuestros lectores: si el JEME manda el Ejército de Tierra, ¿el 2º JEME qué funciones tiene?

Respuesta. El 2º JEME no es el segundo en el mando del Ejército de Tierra, aunque la denominación del puesto pueda llevar a pensarlo. Mi cometido es el mando del Estado Mayor del Ejército, principal órgano asesor del JEME en el ejercicio de sus competencias y responsabilidades, desde donde le proporcionamos los elementos de juicio que requiere en la toma de decisiones, y nos encargamos de traducir estas decisiones en órdenes y asegurar su correcta difusión y cumplimiento.

P. Tras casi un año de pandemia, la sociedad ha podido comprobar cómo las FAS en general, y el Ejército de Tierra en particular, se han volcado en ayudar a los ciudadanos en el marco de las dos operaciones, Operación “Balmis” durante la primera ola y la Operación “Misión Baluarte”, a partir de verano. Además, se han visto implicados en el apoyo a la población tras las nevadas e inclemencias de “Filomena” ¿Qué ha supuesto para el Ejército de Tierra la participación en estas operaciones? ¿Estábamos preparados? 

R. Supone la inmensa satisfacción de poder servir a nuestra Sociedad cuando más lo necesita. También es una oportunidad única para demostrar que nuestras estructuras, capacidades y organización están perfectamente preparadas para hacer frente a cualquier cometido en que podamos ser útiles a España. Desde el punto de vista personal de cada soldado y cuadro de mando implicado en estas operaciones, resulta muy gratificante sentir en primera persona el aprecio y agradecimiento de nuestros compatriotas.

P. ¿Cómo ha afectado esta participación en la vida diaria de sus Unidades?

R. No puedo negar que la adaptación de nuestras actividades habituales de instrucción y adiestramiento a los requerimientos del planeamiento, ejecución y coordinación de estas operaciones ha supuesto un esfuerzo importante. La flexibilidad que caracteriza nuestra forma de actuación para adaptarnos constantemente a distintos escenarios operativos en diversos países, y en situaciones y condiciones muy cambiantes, ha contribuido a que hayamos sido capaces de adaptarnos también a estos cometidos, que por otra parte forman parte de las misiones asignadas a los Ejércitos. Además, creo que hemos sido capaces de compatibilizar este esfuerzo adicional con los cometidos que tenemos asignados, tanto en territorio nacional como en las operaciones en el exterior.

P. ¿Qué conclusiones ha sacado el Ejército de Tierra tras meses en estas operaciones? ¿Debe el Ejército de Tierra mejorar o priorizar alguna de sus capacidades o está preparado para este tipo de “agresiones”, como la del virus?

R. Como siempre que acometemos una nueva misión, hemos sacado muchas lecciones aprendidas. Entre ellas, hemos podido comprobar que la nueva organización de la Fuerza “orientada a la misión” que estamos implementando facilita mucho la transición de la estructura orgánica permanente a la que empleamos para realizar operaciones.  En este sentido, y a modo de ejemplo, resaltar el papel que está desempeñando nuestro Cuartel General de la Fuerza Terrestre en Sevilla como Mando Terrestre de la operación MISIÓN BALUARTE.

Por otra parte, el Estado Mayor del Ejército ha puesto en marcha diversas acciones para fortalecer ciertas capacidades que han resultado muy eficaces y resolutivas durante las operaciones BALMIS y MISIÓN BALUARTE. De estas capacidades, cabe destacar las de asistencia sanitaria, protección contra riesgos químicos, nucleares y bacteriológicos, y Policía Militar.

Por último, indicar que la disposición permanente para el servicio, la calidad y la auto-exigencia de todos los militares, se vuelve a mostrar como elemento esencial de la eficacia de las Fuerzas Armadas para responder a cualquier requerimiento de la sociedad. 

P. El año pasado se produjeron importantes cambios en la estructura del Ejército de Tierra. ¿Podría explicarnos en que ha consistido esa restructuración y con qué objeto se ha llevado a cabo?

R. El Ejército de Tierra ha estado llevando a cabo desde principios de 2019 diversas acciones de planeamiento para mejorar la estructura orgánica de sus unidades de la Fuerza, con la finalidad de mejorar la eficacia en el cumplimiento de las misiones operativas asignadas a nuestra institución.

Esta nueva estructura, denominada “orientada a la misión”, implica un cambio de mentalidad y ofrece numerosas ventajas a la hora de constituir organizaciones operativas para ser empleadas en operaciones.  También facilita la transferencia de fuerzas a la estructura operativa de las Fuerzas Armadas, permitiendo además orientar la preparación de cada mando de manera específica a los cometidos que requiere esa estructura operativa: ejecución de misiones permanentes en territorio nacional o de reacción, tanto en territorio nacional como en el exterior. De este modo, la Fuerza del Ejército de Tierra queda estructurada en tres grandes grupos: fuerzas de presencia, de proyección y de reacción.

En la actualidad, ya se han ejecutado la mayor parte de las acciones para adoptar la nueva estructura, teniendo previsto que queden todas finalizadas durante 2021.

P. El próximo día 28 de enero se cumplen 101 años de la creación de la Legión. Conociendo que Vd tiene un historial militar muy vinculado a la Legión, y teniendo en cuenta que la pandemia ha impedido muchos de los actos que se iban a celebrar… ¿se tiene intención de celebrarlos este año 2021?

 R. A pesar de que algunas de las actividades que estaban planificadas para el Centenario se han visto alteradas o canceladas, parte de ellas se han realizado en mayor o menor medida. Por tanto, para el año 2021, siempre que se pueda, se realizarán aquellas que ya estaban previstas, incorporando algún evento que ha ido surgiendo y que está relacionado con la efeméride, como algún concierto, izado de Bandera o la presentación de un cuadro realizado por nuestro “Pintor de Batallas”,  Augusto Ferrer-Dalmau, dedicado a la Legión. 

Continuará también la exposición temporal de La Legión en el Museo del Ejército, que este año finalizará, pasando a ser itinerante por algunas de las principales plazas del Territorio Nacional. 

También quiero destacar la inauguración en Madrid, en un lugar todavía por determinar, de la estatua que el escultor Salvador Amaya está finalizando, con boceto también de Ferrer-Dalmau, y que está siendo financiada por suscripción popular a través de la Fundación Museo del Ejército.

P. El Ejército de Tierra está inmerso en un proyecto ambicioso llamado Fuerza 2035 ¿podría explicarnos brevemente en qué consiste y en qué fase se haya actualmente ese proyecto?

 R. La «Fuerza 35» es la respuesta eficaz del Ejército de Tierra ante los  retos de seguridad y defensa a los que España se va enfrentar en los próximos años. El objetivo de esta iniciativa es conseguir una fuerza terrestre moderna, de calidad y que incorpore tecnologías disruptivas de última generación para ofrecer a nuestras fuerzas la ventaja operativa que necesitan en el campo de batalla, en el marco de un entorno cada vez más cambiante e incierto, y para enfrentarse a fuerzas convencionales y a actores no estatales, en conflictos de todo tipo, en un entorno híbrido, y con un elevado componente tecnológico. Es, ante todo, un proyecto de cambio que pretende transformar la operatividad de las fuerzas terrestres para lograr una ventaja táctica y operacional que permita hacer frente con éxito a cualquier reto derivado del entorno operativo actual.

Tras la etapa de definición del proyecto, actualmente estamos inmersos en el proceso de experimentación de conceptos y materiales, manteniendo también contactos con el mundo empresarial y universitario mediante la organización de foros y talleres.

El elemento esencial de este proyecto es la Brigada 35, unidad principal de encuadramiento y empleo del Ejército que queremos obtener como un sistema integral con todas sus capacidades. El modelo de esta Brigada será el resultado del exhaustivo programa de experimentación que estamos llevando a cabo desde el año 2019 en la Brigada de la Legión.

P. Estamos a comienzos de un año en el que se dispone de un presupuesto aprobado por el Gobierno actual. ¿Cómo considera el presupuesto asignado al Ejército de Tierra este año?

R. En el Ejército de Tierra somos conscientes de la actual situación social y económica en España. Naturalmente, también somos conscientes de que hace falta un presupuesto mayor para mejorar infraestructuras y las condiciones de vida de nuestros soldados y cuadros de mando, y para adquirir y mantener sistemas de armas cada día más tecnológicos y, por tanto, más caros, pero la situación actual es la que es, y por tanto debemos ser realistas. Como siempre, sacaremos el máximo provecho de los presupuestos que se nos han asignado.

P. ¿Cómo influirá la crisis económica que se avecina en los futuros proyectos y en la adquisición de materiales?

 R. Aún no sabemos cómo influirá en los futuros presupuestos la situación económica de España, pero prefiero ser optimista y pensar que no afectará en exceso a los proyectos en marcha y futuros. En cualquier caso intentaremos minimizar el impacto que pueda tener una reducción de los presupuestos en el mantenimiento de las capacidades operativas que requiere nuestra sociedad.

P. En materia de armamento y nuevos sistemas, ¿cuáles son los programas prioritarios para el Ejército de Tierra?

R. Todo el proceso “Fuerza 2035”, así como el sistema de combate integral de Brigada que mencioné anteriormente, tiene como pilar fundamental la adquisición del vehículo de combate 8×8 DRAGÓN, verdadero centro de gravedad de la potencia de combate de las nuevas Brigadas. En consecuencia, una de nuestras principales prioridades de adquisición son los materiales para esta Brigada 35, entre los que destaca dicho vehículo DRAGÓN.

También destacan como prioridades la modernización del helicóptero CHINOOK, para poder mantener sus capacidades esenciales en apoyo a la maniobra aeroterrestre, el Plan de Modernización de los Sistemas de Mando, Control y Comunicaciones, y el sistema conjunto de radio táctica, para asegurar las comunicaciones en nuestras organizaciones operativas, en un ambiente cada día más exigente en el dominio de la información y el mando y control. También hemos identificado la necesidad de un sistema de artillería de largo alcance.

P. El programa de los Vehículos 8×8 ha seguido itinerario algo “accidentado” ¿Cuál es la situación actual?

 R. El desarrollo del Programa del Vehículo de Combate sobre Ruedas 8×8 se sustenta en la ejecución de dos contratos: el correspondiente a los “Programas Tecnológicos”, que incluye el desarrollo de 5 demostradores tecnológicos para evaluar los desarrollos específicos llevados a cabo, y el de “Suministro”, firmados en 2015 y 2020, respectivamente.

 Si bien ha habido un cierto retraso en la ejecución del primero de ellos, el verdaderamente importante, que es el segundo, tiene un alcance de 348 vehículos DRAGÓN en 5 versiones, y está previsto inicialmente que se reciban entre 2022 y 2027. De ellos, 240 vehículos se entregarán con su configuración completa. Los restantes 108 vehículos se recibirán en lo que se ha denominado “configuración simple”, lo que significa que, inicialmente, no dispondrán de alguna de las capacidades requeridas por el Ejército de Tierra. Por ello, será necesario disponer de una financiación adicional en el futuro con el objeto de completar las capacidades de estos vehículos, aproximándolas en la medida de lo posible a los requerimientos inicialmente previstos por el Ejército de Tierra.

P. ¿Y cómo se convence a los españoles de que es una necesidad invertir adecuadamente en defensa?

 R. Lo importante es que sientan la necesidad de tener un ejército, y eso solo puede conseguirse si los españoles perciben los riesgos a los que se enfrenta nuestra sociedad. La estrategia de seguridad nacional, emitida desde la Presidencia del Gobierno, determina específicamente los desafíos, riesgos y amenazas a los que se enfrenta España. Es preciso continuar insistiendo y comunicando a nuestra sociedad que la existencia de esos riesgos pueden degenerar en amenazas ciertas, a las que sólo un adecuado sistema de seguridad y defensa puede hacer frente.

De cualquier forma, con frecuencia se vierten a los medios mensajes contrarios ala inversión militar, basados en un concepto erróneo de la Defensa. No podemos olvidar que la seguridad es precursora del desarrollo integral de la nación, por lo que no es realista pensar que podemos recibir las prestaciones sociales propias de un estado de derecho moderno, si no se cuenta con una seguridad efectiva que garantice estos beneficios. También hay que considerar el retorno que la inversión en defensa produce sobre la industria nacional y en investigación, desarrollo e innovación, con el valor añadido del sostenimiento de muchos puestos de trabajo.

P. La sociedad no percibe la amenaza. Eso podría significar que las FAS están haciendo muy bien su trabajo.

R. En mi opinión considero que la sociedad debe percibir y ser consciente de los riesgos a los que se enfrentan. No hay que ser alarmista pero sí realista. El mundo es muy complicado y las situaciones a las que nos enfrentamos son muy volátiles, por lo que la sociedad tiene que conocer la realidad en la que vivimos, y por ende los motivos que la llevan a necesitar unas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, una sanidad y una FAS, que estén a la altura.

A nadie hay que explicarle la necesidad de contar con médicos ya que todos somos conscientes de la existencia de enfermedades; igualmente contamos con la policía porque conocemos la posibilidad de que se cometan delitos. Esto mismo hay que aplicarlo a los riesgos y amenazas que afectan a la sociedad española desde el exterior, así como a las necesidades de apoyo a las instituciones civiles, para poder disponer de un ejército que pueda hacer frente a todos los riesgos que se encuentran perfectamente definidos en la estrategia de seguridad nacional, ya sean conflictos armados, catástrofes o pandemias.

P. ¿Cuál diría que es el desafío/misión más complicado al que hacen frente los militares del Ejército de Tierra actualmente?

 R. Creo que, sin ninguna duda, adaptar los materiales, tácticas, técnicas y procedimientos al tipo de conflicto al que nos enfrentamos: un escenario caracterizado por un entorno impredecible, con amenazas y desafíos cambiantes. Lo verdaderamente difícil es realizar esta adaptación y el cambio de mentalidad que lleva aparejado sin perder la esencia que caracteriza desde siempre al Ejército español; una institución cuyo centro de gravedad es el combatiente y cuya vocación es la formación de líderes ejemplares dotados de un impecable código ético.

Solo cultivando nuestros valores: Valentía, Espíritu de sacrificio, Disciplina, compañerismo, espíritu de servicio y honor, seremos capaces de dar respuesta a los requerimientos de nuestra sociedad y al servicio que España nos reclama.

P. ¿Está envejeciendo el Ejército de Tierra? Con la salida de los soldados de 45 años, ¿se convocarán más plazas? ¿Cómo se ha ayudado a los soldados licenciados a encarar el futuro?

R. Es un hecho objetivo que está envejeciendo. La media de edad de nuestros soldados es de 34,2 años, lo que consideramos un valor demasiado alto, y es una tendencia que sigue al alza. Por tanto, queremos estabilizar esta tendencia, ya que un combatiente debe tener disponibilidad operativa y condiciones psicofísicas adecuadas, y ambos factores están muy condicionados por la edad. El objetivo de nuestro Ejército es situar la media de edad en el tramo 30-33 años antes de 2024. Para lograrlo, necesitamos, entre otras acciones, mantener una tasa de reposición anual de tropa estable, evitando grandes variaciones entre unos años y otros.

En relación a las acciones en apoyo a la desvinculación, si bien se dirigen desde el Ministerio de Defensa, el Ejército de Tierra está implicado totalmente en su ejecución desde nuestra Dirección de Apoyo al Personal. Hay varios programas en marcha como SAPROMIL (sistema de aprovechamiento de las capacidades profesionales del personal militar) y CONSIGUE+ (desarrollo profesional para obtener un Título de Grado Medio de Formación Profesional).También existe la reserva de plazas para ingreso en las escalas de Oficiales y Suboficiales, en la Policía Nacional y Local, y para las convocatorias de oferta de empleo público.

P. La pandemia nos ha afectado a todos de una forma u otra ¿Cómo lo está viviendo a nivel personal?

R. Como cualquier otro. La situación en el entorno familiar ha sido dura pero hemos tratado de llevarlo con naturalidad, asumiendo las penalidades que nos ha exigido a todos una situación de este tipo, e intentando hacer una vida lo más normal posible dentro de las limitaciones generales. Personalmente creo que lo llevo bastante bien, en gran medida gracias a que el trabajo que desempeño me ha facilitado un equilibrio, pudiendo venir a trabajar y relacionarme con el resto de compañeros, algo que en los peores momentos del confinamiento ha ayudado mucho a sobrellevar una situación que ha sido y es insólita para todos

P. ¿Ha detectado algún cambio en la sociedad a raíz del papel que han desempeñado las FAS en la lucha contra la pandemia?

R. El protagonismo que han tenido las FAS ha permitido que la sociedad visualice mejor su capacidad de ser útiles, lo cual constituye un logro muy importante. Y en este punto creo sinceramente que debemos valorar el impulso que se ha dado desde el Ministerio de Defensa para que las FAS tengan un papel preponderante en el apoyo a la sociedad con estas operaciones. Ha sido una oportunidad magnífica para que nuestros compatriotas vean de lo que somos capaces: somos un servicio público, dispuestos a ayudar a la sociedad en situaciones difíciles, y tenemos una serie de capacidades muy versátiles, así como disponibilidad permanente, que es una de nuestras mayores fortalezas.

Sin embargo, continúa haciendo falta mejorar nuestra cultura de defensa y sigue siendo una asignatura pendiente, porque la sociedad española sigue sin comprender en su verdadera dimensión la utilidad de los ejércitos y su razón de ser. En primer lugar, porque como ya comenté anteriormente, no existe percepción de amenaza; y en segundo lugar, porque no somos capaces de hacer llegar nuestra contribución a su seguridad.

Tenemos que seguir trabajando en ello porque es esencial para que al ejército se le respete, se le quiera y se le dote de las capacidades que precisa; por eso es tan importante que la sociedad conozca y comprenda la labor que hacemos.

El Ejército de Tierra está haciendo un esfuerzo enorme, con iniciativas como el proyecto Marca Ejército, en el marco del cual hemos nombrado embajadores y queremos a través de ellos ir llegando a todo el espectro social para conseguir este objetivo.

P. ¿Qué le pide al año 2021?

R. Supongo que no voy a ser muy original, pero creo que los deseos para 2021 no deben ser muy ambiciosos, después de todo lo que nos ha tocado vivir en 2020. Me conformo con que podamos recuperar, al menos en su mayor parte, esa forma de vivir a la que nos habíamos acostumbrado, y que ahora llamamos “normal”.

P. No quisiera despedirme sin conocer un poco más a la persona que hay detrás del cargo. Entre tantas responsabilidades imagino que no dispondrá de mucho tiempo libre, ¿Cómo aprovecha esos momentos?

R. Supongo que como la mayoría de la gente. Tengo una familia que intento disfrutar todo lo que puedo, especialmente a mis dos nietos, y que siempre ha sido el centro de gravedad para mi estabilidad. Por otro lado, siempre me ha gustado el deporte, independientemente de que la vida militar me lo haya exigido. Así que intento salir al menos tres días por semana para mantenerme en forma, pero no siempre lo consigo.

También intento mantener mi mente abierta para seguir adaptándome a los cambios que se suceden cada vez con mayor rapidez: para ello trato de leer todos los días, lecturas y periódicos de todo tipo, y conocer e interactuar con gente nueva y sus diferentes puntos de vista, para comprender las inquietudes y la forma de ver la vida que tienen los demás.

P. Aunque pueda decirse de la mayoría de las profesiones, en el caso de los militares el componente “vocacional” parece estar especialmente presente ¿Cuándo supo que su propósito en la vida sería servir a España y los españoles?

R. Estuve muy influenciado por mi familia. Soy hijo, nieto, sobrino, primo y hermano de militares, y además soy de Melilla. De modo que la milicia es algo que he vivido desde muy pequeño. Sentí la vocación desde muy joven y seguí los pasos de mi padre. En definitiva, fue una consecuencia natural que se fue gestando en el día a día.

Un líder del S.XXI

Nacido en Melilla en octubre de 1959, ingresó en la Academia General Militar (Zaragoza) en el año 1976 como componente de la 36 Promoción, siendo promovido al empleo de Teniente de Infantería en julio de 1981.

A lo largo de su carrera ha ocupado destinos de mando en los empleos de Teniente y Capitán en distintas unidades del Tercio Gran Capitán 1º de la Legión (Melilla) y del Regimiento de Infantería “Barbastro” nº 43 (Barbastro, Huesca). Siendo Teniente Coronel ejerció el mando de la Bandera de Infantería Ligera “Carlos I” II de la Legión (Melilla) y como Coronel mandó el Tercio “Alejandro Farnesio” 4º de la Legión (Ronda, Málaga).

Ha estado destinado en estados mayores nacionales en el Cuartel General del Ejército (Madrid) y en el Cuartel General del Estado Mayor de la Defensa (Madrid); y en estados mayores internacionales en el Cuartel General del Mando Regional Sur de la OTAN en Nápoles (Italia). También ha realizado funciones de profesor en la Academia de Mandos Legionarios (Málaga) en el empleo de Capitán y en la Escuela de Logística del Ejército de Tierra (Madrid) siendo Comandante.

En enero de 2012 fue promovido a General de Brigada del Cuerpo General del Ejército de Tierra y nombrado Secretario General del Mando de Personal. En septiembre del mismo año fue nombrado Jefe de la División de Operaciones del Estado Mayor del Ejército de Tierra. En septiembre de 2014 ascendió a General de División y fue nombrado Jefe del Mando de Fuerzas Ligeras, que se transformó en enero de 2017 en la División “Castillejos”. En mayo de 2017 fue ascendido a Teniente General y nombrado Segundo Jefe del Estado Mayor del Ejército.

Ha participado en misiones internacionales formando parte de los Cuarteles Generales de las Fuerzas de Naciones Unidas en la Antigua Yugoslavia en Zagreb (Croacia) y de las Fuerzas de la Unión Europea (EUFOR) en Sarajevo (Bosnia Herzegovina). También fue el Jefe de la Fuerza española y del Equipo de Reconstrucción Provincial de Qala e Naw en la provincia de Badghis (Afganistán), dentro de la misión OTAN de ISAF. Ha realizado, entre otros, los siguientes cursos: Estado Mayor, Defensa de la OTAN (NADEFCOL), Defensa Nacional, Superior de Seguridad y Educación Física. Está en posesión de múltiples condecoraciones españolas y extranjeras.

Está casado y es padre de dos hijas.


Analista especializado en el entorno de la información y Defensa.

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