Rusia ha reanudado los bombardeos contra Odesa, al sur de Ucrania, disparando misiles sobre infraestructuras civiles, que habrían dejado varios muertos y heridos según las autoridades. Mientras, Estados Unidos ha acusado al gobierno ruso de querer “anexionar” los territorios separatistas prorrusos del este; las fuerzas rusas están concentrando sus esfuerzos en la zona sur y oriental de Ucrania, de forma particular en Donbás y Odesa, a orillas del mar Negro. Los bombardeos están siendo especialmente intensos en Izium, Limán y Rubizhne que, según el Estado Mayor ucraniano, serían posiciones que los rusos están tratando de tomar para “preparar un ataque a Severodonetsk”, una de las principales ciudades de Donbás aún bajo el control de Kiev.
Entretanto, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha asegurado hoy que la evacuación de la ciudad portuaria de Mariúpol continuará hoy martes, y que espera que funcionen los corredores humanitarios de Berdiansk, Tokmak y Vasylivka, al oeste de la ciudad. Durante su discurso de esta madrugada, ha manifestado que Kiev sigue “haciendo todo lo posible por salvar” a los civiles de Mariúpol.
En este sentido, los esfuerzos realizados para la evacuación de civiles de Mariúpol se han visto retrasados y cientos de personas han quedado atrapadas en la planta siderúrgica de Azovstal, último bastión de la resistencia al asedio ruso. De momento, no ha quedado claro cuál es la causa de dicho retraso; según un funcionario de la ciudad, el ejército ruso habría reanudado el bombardeo de la planta después de que un convoy de autobuses se hubiera marchado.
La difícil situación de los civiles atrapados en Mariúpol, que ha soportado semanas de intensos bombardeos antes de que las tropas rusas capturaran la mayor parte de la ciudad, ha sido un foco de preocupación humanitaria a medida que la guerra se encamina a su tercer mes. El asedio de la ciudad, desde los primeros días de la guerra, ha dejado atrapado a civiles con un escaso acceso a alimentos, agua, medicinas y electricidad. Las autoridades estiman que hasta 100.000 personas podrían permanecer todavía en Mariúpol, incluidos unos 20000 combatientes ucranianos bajo la planta siderúrgica.
Un primer grupo de evacuados de la ciudad debería haber llegado ayer lunes a la ciudad de Zaporiyia, controlada por Ucrania, a 230 kilómetros al noroeste de Mariúpol. Sin embargo, el ayuntamiento ha informado que los autobuses con los refugiados no han llegado al punto de recogida acordado. Los civiles en cuestión serían de la propia ciudad, no de la planta de Azovstal. No obstante, han llegado a Zaporiyia centenares de personas que huían de la zona de Donbás, a quienes el trayecto les ha costado más de trece horas.
De tener éxito, la evacuación representaría un inusual avance en el alivio del coste humano de la guerra, de casi 10 semanas, que ha causado un sufrimiento significativo en Mariúpol. Las fuerzas del presidente ruso, Vladimir Putin, controlan ahora casi toda la ciudad, que une el territorio controlado por Rusia al oeste y al este. Moscú señaló la pasada semana su decisión de no asaltar la planta siderúrgica y que en su lugar había optado por asediarla. Sin embargo, los bombardeos han continuado. “Ayer, tan pronto como los autobuses partieron de Azovstal con los evacuados, comenzaron de inmediato nuevos bombardeos”, ha manifestado en la televisión ucraniana Petro Andryushchenko, asistente del alcalde de Mariúpol.
Naciones Unidas y el Comité Internacional de la Cruz Roja han iniciado una operación coordinada con Ucrania y Rusia para evacuar a mujeres, niños y ancianos. El ejército ruso ha anunciado que 126 personas han salido de Mariúpol en convoyes seguros durante los últimos días desde la acería y otros distritos hacia Donetsk, controlado por los separatistas. De estos, 57 han optado por permanecer en esa área, mientras que los demás decidieron irse a partes controladas por Ucrania.
En el pasado, funcionarios ucranianos han acusado a las tropas de Moscú de reubicar por la fuerza a civiles de las áreas capturadas en Rusia; por su parte, Moscú había alegado que los civiles querían ir a Rusia. Los anteriores intentos de abrir corredores seguros para salir de Mariúpol y otras zonas han sido un fracaso. Personas que huyen de las zonas ocupadas por Rusia han manifestado que sus vehículos fueron asaltados y tiroteados, y funcionarios ucranianos han acusado reiteradamente a las fuerzas rusas de bombardear las rutas de evacuación acordadas, afirmaciones que Moscú niega.
De momento, la ONU sitúa el número de civiles fallecidos en 3.153 desde el comienzo de la guerra, aunque advierte que la cifra real sea probablemente mucho más alta, y la agencia de refugiados informa que más de 5,5 millones de personas han huido de Ucrania hasta ahora.
El incremento de la intensidad de las conversaciones entre los altos cargos de Finlandia y Suecia ha aumentado las expectativas de que ambos países nórdicos anuncien de forma conjunta su decisión de unirse a la OTAN antes del 16 de mayo. La posibilidad de que Finlandia y Suecia den un “salto conjunto” a la alianza se debatirá cuando las primeras ministras de ambos países, Magdalena Andersson y Sanna Marin, se reúnan en el castillo de Schloss Mesenberg, cerca de Berlín, para tratar cuestiones de seguridad con el canciller alemán, Olaf Scholz, a lo largo del día de hoy.
La oferta de la OTAN de acelerar el proceso de adhesión de Finlandia y Suecia fue planteada cuando el secretario general de la alianza, Jens Stoltenberg, mantuvo conversaciones con el presidente finlandés, Sauli Niinistö, y también comandante en jefe de las fuerzas armadas del país, el pasado 28 de abril. “Si Finlandia y Suecia deciden postularse, la OTAN hará que el proceso de adhesión sea lo más rápido posible. Mi conversación con el presidente Niinistö abarcó la posible solicitud de Finlandia para unirse a la alianza y cualquier arreglo que pudiera hacerse para el período entre la presentación de la solicitud y su ratificación. Hemos acordado volver a reunirnos pronto”, dijo entonces Stoltenberg.
Rusia, con la que Finlandia comparte una frontera de 1.300 kilómetros y un historial de conflictos anteriores a 1945, ha advertido que desplegará armas nucleares y misiles hipersónicos en su enclave de la costa báltica de Kaliningrado si finalmente Finlandia y Suecia decidieran unirse a la OTAN.
La tensión continúa en aumento, y la Unión Europea se ha negado a pagar sus compras de gas a Rusia en rublos, y por lo tanto deberá estar preparado para una ruptura del abastecimiento, según ha anunciado una fuente de la Comisión Europea. La comisaria europea de energía, Kadri Simson, ha manifestado que la exigencia rusa de recibir los pagos en rublos supone una “modificación unilateral e injustificada de los contratos, y por lo tanto es legítimo rechazarla”. De acuerdo con las declaraciones de Simson, aproximadamente un 97% de los contratos firmados por empresas europeas para compra de gas ruso especifican que la moneda de pago es en euros o dólares estadounidenses. Simson ha añadido que los pagos que deberán ser efectuados a mediados de este mes y que se realizarán «con lo acordado en los contratos».
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