El presidente ruso, Vladimir Putin, ha visitado Bielorrusia junto con sus ministros de Defensa y Relaciones Exteriores, para reunirse con su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko en Minsk donde abogó por reforzar los vínculos militares entre ambos países.
“Rusia no tiene interés en absorber a nadie. Sencillamente, no tiene sentido”, ha asegurado Putin antes de confirmar que ambos dirigentes han acordado reforzar su cooperación en “todos los ámbitos”, especialmente en materia de defensa. Se trata de “medidas comunes para garantizar la seguridad” de los dos países, la “entrega mutua de armas” y la fabricación de armamento, ha señalado Putin. Rusia continuará formando a los militares bielorrusos en el manejo de aviones con capacidad de transportar armas nucleares.
La visita también ha avivado los temores en Kiev de que podría presionar a su ex aliado soviético para que se una a una nueva ofensiva terrestre que abriría un nuevo frente contra Ucrania. Putin, cuyas tropas se han visto obligadas a retirarse del norte, noreste y sur de Ucrania, ha asumido un papel más público en la guerra.
Su viaje para reunirse con Lukashenko, ha sido el primero a Minsk desde 2019, antes de la pandemia de COVID y con una ola de protestas a favor de la democracia en 2020 que el líder bielorruso aplastó con un fuerte apoyo del Kremlin. Las fuerzas rusas utilizaron Bielorrusia como “plataforma de lanzamiento” para su ataque contra Kiel el pasado mes de febrero, y desde entonces ha continuado usando el espacio aéreo bielorruso para ataques con drones y misiles, según ha advertido Kiev. Las tropas de Minsk no han participado en la guerra, pero sí han realizado ejercicios militares cerca de la frontera compartida.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha manifestado ante las agencias de noticias rusas que Bielorrusia era el “aliado número uno” de Rusia, pero que las especulaciones de que Moscú pretende presionar a Minsk para que se una a lo que llama su “operación militar especial” son “fabricaciones estúpidas e infundadas”.
En este sentido, el comandante de las fuerzas conjuntas de Ucrania, Serhiy Nayev, ha señalado que las conversaciones entre Putin y Lukashenko abordarían “una mayor agresión contra Ucrania y la participación más amplia de las fuerzas armadas de Bielorrusia en la operación contra Ucrania, en particular, en nuestra opinión, también sobre el terreno”.
El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valery Zaluzhniy, ha informado a los medios de comunicación que Rusia está preparando 200.000 soldados más para una gran ofensiva que podría venir desde el este, el sur o incluso desde Bielorrusia y que podrían estar listas para enero, pero que probablemente no sería lanzada hasta la primavera. Moscú y Minsk establecieron una unidad militar conjunta en Bielorrusia y realizaron numerosos ejercicios. La semana pasada se desplegaron en Bielorrusia tres aviones de combate rusos y un avión aerotransportado de control y alerta temprana.
Pero Lukashenko, que depende en gran medida del apoyo de Moscú, ha señalado en repetidas ocasiones que Bielorrusia no entrará en la guerra en Ucrania. Diplomáticos extranjeros creen que enviar tropas bielorrusas a una guerra sería visto como una decisión muy impopular en el país.
Por otra parte, los países aliados han acordado los presupuestos civiles y militares de la OTAN para el próximo 2023 en una reunión del Consejo del Atlántico Norte. El presupuesto civil se fija en 370,8 millones de euros y el presupuesto militar en 1.960 millones de euros, lo que representa un aumento del 27,8 % y del 25,8 %, respectivamente, con respecto a este 2022. El secretario general, Jens Stoltenberg ha señalado: “acojo con gran satisfacción el acuerdo de los presupuestos civiles y militares de la OTAN para 2023. Esta es una expresión concreta del mayor nivel de ambición establecido por los Jefes de Estado y de Gobierno Aliados en nuestra transformadora Cumbre de Madrid en junio. Debemos seguir invirtiendo más y mejor juntos en la OTAN. Solo América del Norte y Europa, trabajando juntas en una OTAN fuerte, pueden mantener a salvo a nuestros mil millones de personas en un mundo más peligroso».
En la Cumbre de Madrid, los Aliados acordaron invertir más de forma conjunta en la Alianza, lo que refleja la necesidad de responder a un entorno de seguridad degradado causado por la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania. En el nuevo Concepto Estratégico de la OTAN, los Aliados señalaron que “invertir en la OTAN es la mejor manera de asegurar un vínculo duradero entre los Aliados europeos y norteamericanos, contribuyendo al mismo tiempo a la paz y la estabilidad mundiales”. También acordaron “garantizar que nuestras decisiones políticas cuenten con los recursos adecuados”.
El presupuesto civil proporciona fondos para el personal, los costes operativos y los gastos del programa del Cuartel General de la OTAN y su Estado Mayor Internacional. El presupuesto militar cubre los costes operativos del cuartel general, las misiones y las operaciones de la Estructura de Mando de la OTAN en todo el mundo. El tercer elemento principal de financiación común de la OTAN es el Programa de Inversión en Seguridad de la OTAN (NSIP), que cubre las principales inversiones en construcción y sistemas de mando y control. El techo de 2023 para el NSIP es de 1.000 millones de euros, lo que representa un aumento del 26,6 % con respecto a 2022.
La financiación común demuestra la solidaridad de los aliados y permite a los miembros de la OTAN abordar de manera más eficaz los desafíos de seguridad compartidos. La Alianza se compromete a brindar seguridad de manera eficaz, transparente y financieramente responsable.
Teniendo esto en cuenta, el grupo de batalla multinacional de la OTAN en Bulgaria ha alcanzado su plena capacidad operativa. El hito estuvo marcado por una ceremonia presidida por el Jefe de Defensa de Bulgaria, el Almirante Emil Eftimov, y el Comandante del Comando de Operaciones Conjuntas de Italia, el Teniente General Francesco Paolo Figliuolo.
Unos días después de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el grupo de batalla se estableció en Kabile el 1 de marzo, sobre la base del 42º Batallón Mecanizado de las Fuerzas Terrestres de Bulgaria. Italia asumió el papel de nación marco a mediados de octubre, aportando unos 740 efectivos del regimiento de infantería “Torino”, bajo el mando del coronel Francesco Alaimo. La fuerza total del grupo de batalla es de más de 1000 soldados, proporcionados por el país anfitrión Bulgaria, así como por Albania, Grecia, Italia, la República de Macedonia del Norte y los Estados Unidos. Montenegro también tiene previsto desplegar personal a principios de 2023.
Desde la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia en 2014, la OTAN ha implementó un refuerzo de defensa colectiva. En respuesta a la invasión, la OTAN ha vuelto a reforzarse con ocho grupos de batalla desde el Mar Báltico hasta el Mar Negro, uno en Bulgaria, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumania y Eslovaquia. Estos grupos de batalla son multinacionales y están listos para el combate.
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