Seis buques de guerra rusos se dirigen al Mar Negro desde el Mar Mediterráneo para llevar a cabo ejercicios navales, según ha informado esta semana el Ministerio de Defensa de Rusia, refiriéndose a dichos ejercicios como un movimiento planificado de recursos militares. Mientras tanto, hoy dan comienzo las maniobras militares conjuntas entre Bielorrusia y Rusia en plena crisis con Ucrania.
Rusia ya anunció el mes pasado que sus fuerzas armadas planeaban la organización de una amplia serie de ejercicios que involucrarían a todas sus flotas entre los meses de enero y febrero, en lo que supone la última demostración de fuerza con un aumento de la actividad militar en medio de la crisis con Occidente y Ucrania.
Tres de los buques rusos atravesaron el estrecho de Turquía hacia el Mar Negro el pasado martes. Según fuentes turcas los otros tres buques restantes han pasado por el estrecho esta madrugada. Los barcos incluyen el Korolev, el Minsk y el Kaliningrado, que navegaron el Bósforo, mientras que el Pyotr Morgunov, el Georgiy Pobedonosets y el Olenegorsky Gornyak han sido los últimos en llegar.
En términos legales, Turquía, país miembro de la OTAN, podría cerrar los estrechos al tránsito si Rusia tomara medidas militares contra Ucrania. «Turquía está autorizada a cerrar el estrecho a todos los buques de guerra extranjeros, tanto en caso de guerra como en caso de encontrarse amenazada por algún tipo ataque. Además, también está autorizada a negar el tránsito a los buques mercantes pertenecientes a países en guerra con Turquía», dijo Yoruk Isik, un funcionario de Estambul y experto en geopolítica.
Turquía, que comparte una frontera marítima con Ucrania y Rusia en el Mar Negro, ha manifestado que cualquier conflicto militar sería inaceptable, y se ha referido a Rusia para señalar que llevar a cabo una invasión sería imprudente.
Rusia lleva acumulado más de 100.000 soldados cerca de la frontera con Ucrania, y continúa negando cualquier plan de invasión. Mientras al mismo tiempo busca amplias garantías de seguridad, incluida la promesa de no desplegar misiles cerca de sus fronteras, una reducción de la infraestructura militar de la OTAN y la prohibición a Ucrania de unirse a la alianza.
Sin embargo, el presidente turco Tayyip Erdogan, también se ofreció la pasada semana durante una visita a Kiev, a mediar en la disputa entre Moscú y Kiev. Ankara mantiene relaciones cordiales con ambos países, aunque Erdogan ha declarado que hará lo que sea necesario como miembro de la OTAN en caso de una invasión rusa.
Por otra parte, Bielorrusia y Rusia comienzan hoy jueves sus maniobras militares conjuntas que se extenderán durante 10 días, poniendo en marcha uno de los elementos más abiertamente amenazadores con la acumulación de fuerzas del Kremlin en torno a las fronteras de Ucrania. Según los expertos, esta demostración de fuerza está organizada para mostrar a Ucrania y Occidente su potencial en caso de guerra. Valery Gerasimov, el jefe del estado mayor ruso, ha llegado esta semana a Bielorrusia para la supervisión de los ejercicios.
La OTAN se ha referido a dichos ejercicios, conocidos como “Resolución aliada”, como el mayor despliegue militar en Bielorrusia desde la Guerra Fría. Además la OTAN también ha advertido que las maniobras podrían usarse como una cortina de humo para un ataque real o un intento de tomar la capital de Ucrania; un ejercicio militar ruso no anunciado tuvo lugar justo antes de la anexión de Crimea en 2014. Desde la frontera con Bielorrusia, solamente hay unos 210 kilómetros por carretera hasta Kiev, y estas maniobras conjuntas podrían sumar un nuevo frente a una posible invasión rusa a Ucrania.
Hasta la fecha, Rusia ha trasladado hasta 30.000 soldados, dos batallones de sistemas de misiles tierra-aire S-400 y numerosos aviones de combate a Bielorrusia para dichas maniobras. Las imágenes por satélites muestran que gran parte del material se ha trasladado a lugares cercanos a la frontera con Ucrania.
Al parecer, Putin le ha trasladado al presidente francés, Emmanuel Macron, que las tropas abandonarían Bielorrusia cuando finalizaran las maniobras el 20 de febrero. Aunque esto ocurriera finalmente, los ejercicios son una muestra de que el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, es un firme aliado de la política de Putin en Ucrania.
El viceministro de Asuntos Exteriores de Bielorrusia, Serguéi Aléinik, ha afirmado que los preparativos para el ejercicio se realizarán con la mayor transparencia: ”La preparación para los ejercicios se lleva a cabo con la mayor transparencia posible, ampliamente transmitida por los departamentos de defensa de Bielorrusia y Rusia, y los medios de comunicación de los dos países”.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha declarado esta semana tras las conversaciones en el Kremlin con su homólogo ruso, Vladimir Putin, que es posible llegar a un acuerdo para tomar medidas con el objetivo de reducir la crisis y ha pedido a todas las partes que mantengan la calma. Sin embargo, el Kremlin ha negado que el presidente francés y Putin llegaran a ningún acuerdo. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha señalado que «en la situación actual, Moscú y París no pueden llegar a ningún acuerdo».
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