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Rusia podría intervenir nuevamente en Ucrania

Rusia podría intervenir nuevamente en Ucrania

EE.UU y la UE vigilan con gran preocupación los recientes movimientos de tropas rusas en la frontera de Ucrania. Desde la OTAN han asegurado a Kiev que la alianza continuará brindando su apoyo para defender la soberanía y la integridad territorial ucraniana. El jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, también ha reiterado el compromiso con el gobierno de Ucrania, mientras Alemania y Francia siguen mediando entre Kiev y Moscú por los conflictos en curso que tienen lugar en los territorios de Donbass y Crimea.

La inquietud se ha intensificado a raíz de las declaraciones de Dmitry Kozak, portavoz del Kremlin, advirtiendo de que Moscú podría intervenir para ayudar a los residentes de habla rusa en el este de Ucrania si Ucrania lanza un asalto total contra los separatistas activos en la zona. Paralelamente, no paran de circular informaciones relativas al despliegue de tropas rusas en las regiones de Bryansk, Voronezh y Rostov, así como en la península de Crimea.

Kozak ha insistido en que Rusia «únicamente moviliza sus fuerzas armadas dentro de su propio territorio […] algo que no debería ser motivo de preocupación y no representa una amenaza para nadie». Aunque Rusia no ha ofrecido detalles acerca del número de tropas desplazadas, el ejército ucraniano afirmó a finales de marzo que unas 20.000 tropas rusas se habían trasladado a la frontera de Ucrania. En redes sociales se han compartido vídeos en los que se pueden ver trenes rusos transportando armamento pesado, aparentemente hacia la región.

Las declaraciones de Kozak inflamaron la preocupación al hacer referencia a las supuesta respuesta rusa que podrían desencadenar un ataque contra los rebeldes separatistas, asegurando que aunque “todo dependería de la escala de la conflagración […] pero la escalada podría marcar el principio del fin para Ucrania, no un disparo en la pierna, sino en la cara”.

Según fuentes norteamericanas el número de tropas rusas en la zona es el más alto desde 2014, cuando comenzó el conflicto al este del país. Recientemente, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Ruslan Khomchak, aseguraba que el Kremlin ya había desplegado 28 batallones tácticos en la frontera de Ucrania, concretamente en los territorios de Donbass que no están bajo el control de Kiev y en Crimea. Asimismo Khomchak agregó que Rusia estaría desplegando 25 regimientos tácticos adicionales en las fronteras de Ucrania con el pretexto de las maniobras  que actualmente lleva a cabo con Bielorrusia.

Las referencias constantes a la masacre de Srebrinica no han contribuido precisamente a calmar los ánimos. Kozak comparó la situación actual de los separatistas, con la vivida por los habitantes de la ciudad de Bosnia-Herzegovina en la que las fuerzas serbobosnias acabaron con la vida de 8.000 musulmanes. Putin ya aludió a ese triste episodio en 2019, planteando la posibilidad de que los residentes de habla pudieran correr la misma suerte en caso de que Ucrania recuperase el control total de Donbass. Sin embargo, ninguna información ha respaldado las sospechas del Kremlin.

Durante meses los enfrentamientos esporádicos entre las tropas ucranianas y los rebeldes respaldados por Moscú en la región de Donbass han sido una constante. Estos enfrentamiento representan violaciones sucesivas del frágil alto el fuego decretado meses atrás. No es infrecuente que estas escaramuzas se salden con alguna víctima mortal en cualquier de los dos bandos. Recientemente un soldado ucraniano perdió la vida elevando a 25 el número de muertos en lo que va de año. El año paso la cifra se saldo con 50 fallecidos.

Según los expertos la actividad Rusa podría ser de naturaleza meramente demostrativa pero no descartan la posibilidad de una ofensiva. Antes de que las autoridades rusas arrestaran a Alexei Navalny el pasado mes de enero,el Kremlin ya amenazó con aumentar la presión en respuesta a las sanciones internacionales impuestas a raíz del supuesto envenenamiento del líder opositor .

Los analistas aseguran que en principio hablaríamos de un nuevo mecanismo para ejercer presión sobre occidente en forma de “sombra de guerra sobre Ucrania”. Esta política de chantajes es una constante y previsiblemente continuará incluso sino desemboca en un aumento de las hostilidades. De producirse, no deberíamos esperar ninguna actividad militar en este sentido, al menos en la región de Donbass, antes de mediados de mayo teniendo en cuenta las características del terreno.

Raíces del conflicto

Los orígenes de la crisis se remontan a marzo de 2014, cuando Rusia anexionó Crimea, región que hasta entonces formaba parte de Ucrania. El presidente proruso, Viktor Yanukovych, había huido de la capital de Ucrania, Kiev, en febrero, después de manifestaciones y enfrentamientos masivos en las calles.

La intervención militar de Rusia provocó una grave crisis con las naciones occidentales, lo que llevó a la Unión Europea y Estados Unidos a imponer sanciones a Rusia. Apenas un mes después, los rebeldes prorusos respaldados por el Kremlin en Donbass, se apoderaron de gran parte de las regiones de Donetsk y Lugansk.

Los gobiernos occidentales y la OTAN acusaron entonces a Rusia de enviar tropas regulares a través de la frontera hacia Ucrania, pero Rusia siempre ha defendido que se trata de combatientes voluntarios.  El actual presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, subió al poder con la promesa de lograr la paz, y en julio pasado se firmó un alto el fuego. Desde entonces, ambas partes se han acusado mutuamente de violarlo sistemáticamente. Se estima que en lo que va de conflicto el número de víctimas mortales supera las 14.000.

 


Analista especializado en el entorno de la información y Defensa.

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