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Imágenes en primicia del monumento a la Legión

Imágenes en primicia del monumento a la Legión

El Observatorio de Seguridad y Defensa de CISDE ha tenido acceso a las primeras imágenes del monumento en homenaje a la Legión. La estatua, que muy pronto lucirá en las calles de la capital, conmemora el Centenario de este Cuerpo militar de élite y una de las más veteranas de nuestras Fuerzas Armadas.

La obra es el resultado de una iniciativa puesta marcha por la Fundación Museo del Ejército y del talento combinado de dos de los más grandes referentes en el mundo del arte histórico y militar español. El escultor Salvador Amaya ha sido el encargado de dar forma al diseño del pintor de batallas Augusto Ferrer-Dalmau. Esta no es la primera vez que Amaya y Dalmau combinan sus destrezas para consumar una creación memorable: la más reciente en su histórico de colaboraciones también toma forma de homenaje, en este caso a los Héroes de Baler, fue inaugurada a comienzos de 2020 y puede verse en la plaza del Conde del Valle de Súchil.

Una de las notas características que ha hecho posible que esta iniciativa vea la luz ha sido la participación ciudadana, a través de la suscripción popular al proyecto, en forma de campaña crowdfunding (micromecenazgo) para que todo aquel interesado pudiera contribuir a la financiación de la estatua. Este mecanismo para la recaudación de fondos también se puso en práctica para materializar el monumento a los «Héroes de Baler», alcanzando una notable participación.

Meses atrás pudimos ver el molde realizado en barro. Hoy, tras pasar por los talleres de fundición de bronce, el coloso alcanza los 2,82 metros de altura, casi 7 si contamos con el pedestal sobre el que será instalada. La obra representa a un legionario veterano, de la etapa fundacional de la Legión, ataviado con la uniformidad de la época, agarrando el fusil con las dos manos y con la bayoneta calada. Bajo sus pies, se representa un terreno pedregoso, queriendo recrear la intervención legionaria en la guerra del Rif (1920).

El propio escultor ya explicó que se trata de “un legionario de la primera época, recordando los 100 años de existencia, en actitud de prevenga, de alerta ante un posible enemigo”. La representación luce el chapiri característico y porta el equipamiento propio de la época, “sin rango, sin nombre, sin pasado, solamente un soldado veterano con dos heridas de combate, conocedor de su profesión y con un bagaje que se intuye en la mirada”. Sostiene un fusil mauser modelo 1893 y la bayoneta calada tal y como reza el credo legionario.

El afán de la Fundación Museo del Ejército se ha convertido finalmente en un monumento conmemorativo que refleja fielmente, tal y como aspiraban desde un principio,  los valores que encarna esta fuerza militar, su sacrificio en aras de un bien mayor y que al mismo tiempo sirve de homenaje, tanto a aquellos que han dado su vida como a los que mantienen vivo el sentimiento de pertenencia a una Legión siempre en vanguardia.


Analista especializado en el entorno de la información y Defensa.

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