La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, ha condenado las maniobras militares que China ha realizado durante tres días en torno a la isla autogobernada, calificándolas de irresponsables y de amenaza para la estabilidad regional; Pekín ha dado por concluidos sus maniobras de guerra, que simulaban ataques contra el territorio de 23 millones de habitantes, aunque el Ministerio de Defensa Nacional de Taiwán ha declarado que ocho buques chinos continúan operando “en las aguas que rodean Taiwán” esta misma mañana.
No obstante, China ha advertido sobre la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán y su independencia y ha afirmado que son “mutuamente excluyentes”, al concluir los tres días de ejercicios con fuego real como respuesta al reciente viaje de la presidenta taiwanesa a Estados Unidos.
“Si queremos proteger la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán, debemos oponernos firmemente a cualquier forma de separatismo independentista de Taiwán”, ha declarado el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin, en una reunión informativa celebrada esta semana.
Los ejercicios han simulado ataques contra Taiwán y el cerco de la isla, y un informe de los medios de comunicación estatales ha afirmado que docenas de aviones habían practicado un “bloqueo aéreo”. El Mando Oriental del Ejército Popular de Liberación también ha informado en un comunicado que las maniobras “han puesto a prueba de forma exhaustiva la capacidad de combate conjunto integrado de múltiples ramas militares en condiciones de combate reales”. Shi Yi, portavoz del Mando del Teatro Oriental, ha afirmado que el ejército chino estará preparado en todo momento para derrotar cualquier forma de “independencia de Taiwán” así como la injerencia extranjera.
El Ministerio de Defensa Nacional de Taiwán ha declarado que ha detectado 70 aeronaves militares chinas y 11 buques alrededor de Taiwán. También ha afirmado que sus fuerzas vigilaban las maniobras y que aviones, buques de la armada y sistemas de misiles terrestres se encargaban de responder a ellas. El ministerio ha agregado que 35 de los aviones detectados habían cruzado la línea mediana del estrecho de Taiwán y entraron en la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán.
Aeronaves de combate chinas han llevado a cabo “ataques simulados” cerca de la isla autogobernada durante los ejercicios, incluyendo el portaaviones Shandong, según ha informado el ejército chino. “Múltiples tandas de cazas H-6K con munición real han llevado a cabo múltiples oleadas de ataques simulados contra objetivos importantes en la isla de Taiwán”, ha declarado el Mando del Teatro Oriental. Los ejercicios, denominados “Joint Sword”, comenzaron el sábado. Su objetivo ha sido ensayar un cerco y bloqueo de Taiwán, que Pekín reclama como su territorio y que ha amenazado con tomar por la fuerza si fuera necesario.
El gobierno de Taiwán ha condenado las maniobras, mientras que Estados Unidos ha instado a China a mostrar moderación. Japón ha declarado que en los últimos días ha desplegado aviones de combate como consecuencia a las maniobras. En un comunicado emitido esta semana, el Estado Mayor Conjunto de Japón ha señalado que ha estado observado al Shandong y otros buques de guerra chinos al sur de la isla de Miyako.
Los buques han sido avistados entre 230 y 430 km al sur de la isla japonesa, según el comunicado: “confirmamos aproximadamente 120 aterrizajes y despegues en el portaaviones Shandong de clase Kuznetsov de la armada china, 80 veces por aviones de combate y 40 veces por helicópteros”.
Anteriormente, Japón ya había informado que seguía de cerca las maniobras, que tuvieron lugar cerca de sus islas de Okinawa. El Secretario Jefe del Gabinete, Hirokazu Matsuno, ha manifestado que “la paz y la estabilidad” en el estrecho de Taiwán son importantes para la seguridad tanto de Japón como de la comunidad internacional.
Ante la tensa situación, el presidente filipino ha afirmado que su país no permitirá que se lance “ninguna acción ofensiva” desde las bases que ha abierto a las fuerzas estadounidenses. “No permitiremos que nuestras bases se utilicen para ninguna acción ofensiva”, ha dicho el presidente Ferdinand Marcos, una semana después de que Manila haya dado permiso al ejército estadounidense utilizar otras cuatro bases en el país. “Esto sólo pretende ayudar a Filipinas siempre que necesitemos asistencia”.
La semana pasada, Tsai se reunió en California con el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, lo que ha provocado una airada respuesta de Pekín, que ha tachado de separatista a su nacionalista Partido Demócrata Progresista.
Taiwán, una democracia parlamentaria cuyo controvertido estatus se deriva del resultado de la Guerra Civil China de 1927-49, sólo está reconocida oficialmente por unos cuantos países. Estados Unidos no reconoce de forma ofcial a Taiwán, pero ha expresado su oposición a los intentos unilaterales de cambiar el statu quo y durante décadas ha apoyado las defensas de la isla con la venta de armas. El Departamento de Estado estadounidense ha declarado que Pekín no debía convertir la visita de Tsai “en algo que no es, ni utilizarla como pretexto para reaccionar de forma exagerada”.
La Armada estadounidense ha informado que el destructor de misiles guiados USS Milius ha navegado cerca de las islas Spratly, en el mar de China Meridional, para defender la “libertad de navegación” en la estratégica vía marítima. La operación “defendió los derechos, las libertades y los usos legítimos del mar” de acuerdo con el derecho internacional, afirma la Marina en un comunicado.
Pekín, que reclama alrededor del 90% de la vía navegable, condenó el paso como una intrusión “ilegal”. El Kremlin ha respaldado las maniobras militares, afirmando que Pekín tiene el “derecho soberano” de responder a lo que Moscú califica de “actos de provocación”. “Hemos sido testigos de múltiples actos de carácter provocador hacia la República Popular China”, ha manifestado el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. “China tiene el derecho soberano de responder a estos actos de provocación, incluso con maniobras militares, en estricta conformidad con el derecho internacional”.
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