Ucrania se prepara para lanzar una contraofensiva en el sur del país con el objetivo de liberar las zonas costeras del mar Negro controladas actualmente por las tropas rusas y ha hecho un llamamiento a la población para que se vayan de manera urgente.
De cara a lanzar una contraofensiva, la viceprimera ministra, Iryna Vereshchuk, ha advertido a los civiles en la región de Jersón, en el sur y ocupada por Rusia, que evacúen urgentemente la zona antes de la ofensiva. Aunque la ministra no ha dado una fecha para el inicio de la acción. «Sé con certeza que no debe haber mujeres y niños allí, y que no deben convertirse en escudos humanos«, ha manifestado Vereshchuk en la televisión nacional. De momento, las fuerzas ucranianas recuperaron la aldea de Ivanivka en la región de Jersón, según ha referido una brigada de infantería ucraniana.
Las fuerzas rusas preparan una intensificación de su ofensiva para tomar ciudades claves en la región oriental del Donbás, mientras el presidente Volodímir Zelenski ha acusado a Canadá de debilitar las sanciones contra Moscú.
A medida que avanza la guerra, Moscú ha ampliado un plan que antes se limitaba a los ucranianos de las regiones separatistas del este. Ahora, el presidente ruso Vladimir Putin, ha firmado un decreto que simplifica el proceso de adquisición de la ciudadanía rusa para todos los ciudadanos ucranianos, según un documento publicado en la página web del Kremlin.
El decreto ordena que «todos los ciudadanos de Ucrania» tengan «el derecho a solicitar la admisión a la ciudadanía de la Federación Rusa de manera simplificada». Anteriormente, solo podían acogerse al procedimiento simplificado los residentes de los territorios secesionistas autoproclamados de la República Popular de Donetsk (RPD) y la República Popular de Lugansk (RPL) en el este de Ucrania, así como los de las regiones del sur de Zaporiyia y Jersón, ocupadas por Rusia. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania ha calificado la medida de Moscú como una «invasión» de la soberanía y la integridad territorial de Kiev.
El ejército ruso continúa bombardeando Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, y según las autoridades locales, han muerto al menos tres personas en lo que llevamos de semana, mientras que los equipos de rescate sacaban de entre los escombros a los sobrevivientes de un ataque anterior, en un bloque de apartamentos que ha dejado al menos 33 fallecidos en Chasiv Yar, más al sur.
El ataque a Chasiv Yar forma parte de los intentos de Rusia para hacerse con el control de toda la región industrial de Donbás en el este, controlada en gran parte por representantes separatistas desde 2014, después de declarar la victoria en la provincia de Lugansk a principios de este mes.
Járkov, en el noreste cerca de la frontera rusa pero fuera del Donbas, sufrió intensos bombardeos en los primeros meses de la guerra, seguidos de un período de relativa calma que se ha visto interrumpido por nuevos bombardeos en las últimas semanas. El alcalde de la ciudad, Ihor Terekhov, ha señalado que la infraestructura civil se había visto afectada por los últimos ataques, incluida una propiedad comercial y un taller de reparación de neumáticos
Moscú continúa negando haber atacado a civiles, pero muchas ciudades, pueblos y aldeas de Ucrania han quedado en ruinas como consecuencia de los bombardeos rusos desde la invasión del 24 de febrero, y los sótanos y los refugios antiaéreos son el único lugar seguro para los que quedan. Zelenski ha advertido que Rusia ha llevado a cabo 34 ataques aéreos desde el sábado.
El Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Estados Unidos, han señalado que las tropas rusas se están reagrupando, y que el empleo de artillería pesada pretendía esclarecer las condiciones para futuros avances terrestres al identificar las debilidades ucranianas. El Ministerio de Defensa de Rusia ha informado que sus misiles han alcanzado depósitos de municiones en la región central de Dnipro, en Ucrania, utilizados para suministrar lanzacohetes y armas de artillería.
La guerra ha expuesto las deficiencias diplomáticas en toda Europa y ha disparado los precios de la energía y los alimentos. Con la aplicación de una nueva fase de las sanciones de la Unión Europea contra Rusia, Lituania ha ampliado las restricciones al comercio a través de su territorio hasta el enclave ruso de la costa báltica de Kaliningrado
La dependencia de Europa de la energía rusa es foco de preocupación para los políticos y el mundo empresarial, mientras que el mayor gasoducto que lleva gas ruso a Alemania ha comenzado su mantenimiento anual de 10 días. Los gobiernos, los mercados y las empresas están preocupados de que el cierre por mantenimiento pueda extenderse debido a la guerra.
Por otra parte, Lituania ha ampliado las restricciones al comercio a través de su territorio hasta el enclave báltico ruso de Kaliningrado, mientras entraban en vigor las sanciones de la Unión Europea contra Moscú por su invasión de Ucrania. Pasarán a ser mercancías prohibidas a partir de esta semana el hormigón, madera, alcohol y productos químicos industriales a base de alcohol, según ha señalado un portavoz de la aduana lituana.
Rusia ha advertido a Lituania y a la Unión Europea sobre una posible adopción de «medidas duras» contra ellos si el tránsito de algunas mercancías hacia y desde Kaliningrado no se reanudaba «en los próximos días»
No obstante, el gobernador regional de Kaliningrado, Anton Alikhanov, ha propuesto una prohibición total del movimiento terrestre de mercancías entre Rusia y los tres estados bálticos de la Unión Europea: Lituania, Letonia y Estonia. Una medida que podría desviar la carga rusa de sus puertos a los de Kaliningrado. «Esto proporcionará actividades a nuestros transportistas marítimos y dará trabajo a los puertos de Kaliningrado, que se han visto muy afectados por las restricciones de la UE», ha señalado Alikhanov.
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