Redacción.
Las agencias de inteligencia de los Estados Unidos han confirmado que el avión de Malaysia Airlines que se estrelló ayer en la región ucraniana de Donetsk, fue derribado por un misil tierra-aire, aunque aún no han conseguido identificar la procedencia del lanzamiento.
El aparato cubría la ruta de Ámsterdam a Kuala Lumpur, y en él viajaban un total de 298 personas, de los que 283 eran pasajeros (muchos de ellos niños) y 15 miembros de la tripulación. Todos ellos han perdido la vida en el ataque.
El Boeing 777 volaba a 10.000 metros de altitud cuando cayó envuelto en una densa nube de humo negro a unos 80 km de la región de Donetsk controlada por los insurgentes prorrusos.
La zona en la que se ha estrellado el avión, Donetsk, en la zona de conflicto armado entre las autoridades centrales de Kiev y los insurgentes independentistas prorrusos, lo que va a dificultar las investigaciones sobre el quién lanzó el misil en cuestión.
No es el primer avión derribado en Ucrania desde el inicio del conflicto, aunque sí el primero civil y que causa tal número de muertes.
«No fue un accidente»
Cuando aún no se había confirmado que el avión había sido derribado por un misil, el vicepresidente de los estados Unidos, Joe Biden, afirmaba en una comparecencia en Detroit que “aparentemente fue derribado, no fue un accidente” (ya que una fuente de seguridad informaba que un radar había registrado cómo un sistema de misil tierra-aire rastreaba un avión momentos antes de estrellarse el avión malasio).
Previamente había mantenido una conversación telefónica con el presidente ucraniano Poroshenko, algo que también hizo Barack Obama en la noche de ayer, para asegurarle toda la ayuda inmediata para esclarecer los hechos, así como pedir un alto al fuego inmediato para acceder a la zona del siniestro y recuperar de forma segura los restos mortales.
Desde el mismo momento en que se estrelló el avión las autoridades de Kiev y los insurgentes comenzaron a intercambiar acusaciones de haber derribado el Boeing. Poroshenko ha calificado el ataque de «acto terrorista», mientras que Putin ha hecho responsable al gobierno de Kiev por reanudar la ofensiva en el Este.
Los rebeldes prorrusos han asegurado que los sistemas de lanzamiento de misiles con los que cuentan no pueden alcanzar un avión que vuele a su altura, ya que como máximo llegan a los 3.000 o 4.000 metros.
No obstante, las informaciones sobre los sistemas de armas con los que cuentan los insurgentes son bastante confusas, por lo que este punto no ha podido confirmarse.
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