Por G.B. D. Agustín Alcázar Segura (R).

La actitud de Godoy, el Príncipe de la Paz, hacia el vecino reino de Portugal había variado mucho desde la Guerra de las Naranjas (1801), no dudando en enfrentarse con Napoleón a fin de proteger los dominios del yerno (1) de nuestros monarcas. Pero éste, lejos de corresponder a los beneficios recibidos, se prestaba dócilmente a las consignas británicas, permitiendo a los buques de guerra y corsarios de esta nacionalidad que se abrigasen y avituallasen en sus puertos, de donde salían a dar caza a nuestras naves y a las francesas. En pleno puerto de Lisboa se había celebrado con salvas de artillería la victoria inglesa de Trafalgar.

Así, tras una serie de contactos previos, el 24 de Marzo de 1806 Godoy propuso al Emperador que se le crease, entre España y Portugal, un principado independiente que se extendiera desde Olivenza al Atlántico. Pero el 1 de Abril enviaba un nuevo plan, más elaborado, proponiendo tres soluciones distintas

• Que se le confiase la regencia de Portugal.
• Que se le concediese la mitad sur del reino, otorgándose la mitad norte al infante don Francisco de Paula, y
• Que el citado reino se dividiera en cuatro partes, que se adjudicarían, respectivamente, a los infantes españoles don Carlos y don Francisco, al regente lusitano y al Príncipe de la Paz.

Éste no ocultaba su preferencia por la segunda solución, sugiriendo que las colonias portuguesas quedasen a disposición de Francia, salvo la parte que se juzgara necesaria para indemnizar a los príncipes del Brasil (el Regente y su esposa), en el caso de que en Europa no se les dejase nada. En su contestación del 14 de Abril, el Emperador francés preguntaba si el Rey de España podría obrar sólo contra Portugal, o si precisaba de la ayuda de tropas francesas, y, en este caso, cuántas necesitaría; exigiendo, asimismo como requisito previo, la liquidación de nuestros compromisos económicos.

Después de una serie de actuaciones financieras a fin de cumplir con las deudas contraídas con Francia, el día 5 de Junio ésta comunicaba a Godoy las contraproposiciones de Napoleón:

• Portugal sería conquistado por un ejército compuesto de 20.000 franceses y 45.000 españoles
• El sur del país, con la Extremadura portuguesa, el Alentejo y los Algarbes, se adjudicaría a Godoy
• El norte del mismo, con la Beira, Entre Duero y Miño y Tras los Montes, correspondería a los reyes de Etruria (2), en compensación de la pérdida de sus Estados, que se incorporarían al reino de Italia.
• El Brasil quedaría reservado a la casa de Braganza, y
• España cedería a Francia el puerto de Pasajes.

Esta solución no fue aceptada por Godoy, de modo que el 13 de Junio, Napoleón hizo la propuesta definitiva, en virtud de la cual, este país quedaría incorporado a España a título federativo, siendo proclamado nuestro rey, a tal efecto, Emperador de las Españas y de las Indias. El territorio peninsular lusitano sería dividido en dos Estados vasallos del nuevo imperio español: uno, al Norte, para el rey de Etruria (casado con María Luisa, hija de los Reyes de España), y otro, al Sur, para el Príncipe de la Paz. En caso necesario, e1 rey de España podría reservarse el dominio directo de la zona central de1 país, incluyendo la ciudad de Lisboa, para la mejor custodia de este puerto. El Brasil se dejaría para la casa de Braganza; regulándose, en todo caso, los límites de la América meridional según la conveniencia de España. Para la realización de este plan, el Emperador francés ayudaría con todas las fuerzas que se juzgasen necesarias, garantizando la, integridad de nuestros dominios anteriores y de los nuevamente adquiridos.

Esta propuesta parecía muy generosa para nuestra Patria, por lo que Godoy se apresuró a enviar a su representante ante Napoleón, don Eugenio Izquierdo, con plenos poderes para que se cerrara el trato. Pero, Talleyrand fue aplazando de día en día la conclusión del mismo, ya que acontecimientos importantes habían desviado, según él, la atención del Emperador de los asuntos hispano-portugueses.

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(1) Regente de Portugal y futuro Juan VI, estaba casado con la infanta Carlota Joaquina, hija de los Reyes de España Carlos IV y María Luisa.

(2) El Reino de Etruria fue creado el 21 de Marzo de 1801 en virtud de la firma del Tratado de Aranjuez. En el contexto de las Guerras Napoleónicas, el duque Fernando III de Toscana fue despojado del mismo por el Tratado de Lunéville, el 8 de Febrero de 1801, si bien el país estaba en manos del gobierno provisional establecido por los franceses, el 27 de Noviembre de 1800. El 3 de Agosto de 1801 fue proclamado rey Luis I de Borbón-Parma, duque de Parma, sobrino de la reina de España María Luisa. Luis I murió el 27 de Mayo de 1803 y lo sucedió su hijo, Luis II de Etruria, bajo la regencia de la viuda María Luisa de Borbón (hija del rey de España Carlos IV y de su esposa María Luisa). El gobierno de María Luisa permitió el asilo de algunos enemigos de Napoleón, lo que irritó a éste que suprimió el reino por el Tratado de Fontainebleau el 10 de Diciembre de 1807, en el cual se declaró abolida la monarquía.