LEYENDO

Batalla del Jarama: un antes y un después en la Hi...

Batalla del Jarama: un antes y un después en la Historia militar española

Batalla del Jarama

Dra. Laura Lara Martínez.
Profesora de Historia Contemporánea en UDIMA. Premio Algaba.

Todo conflicto es terrorífico, pero más aún si se trata de embates entre compatriotas, con la delación, la sospecha y la traición entre vecinos como factores constitutivos.  El 4 de marzo, la Profesora María Lara Martínez y yo tuvimos el honor de impartir dos conferencias sobre la Guerra Civil en la inauguración de las VI Jornadas sobre la Batalla del Jarama en Arganda del Rey, acto académico promovido por el Ayuntamiento de la localidad citada y por el Consistorio de Morata de Tajuña (en tanto que titulares de los parajes de las operaciones bélicas), junto con la Asociación Tajar y Frente de Madrid, a las que se sumarían otras organizaciones recreacionistas de la lucha acontecida en España entre 1936 y 1939.

La conferencia de la Doctora María Lara versó sobre «El sueño de la paz durante la Guerra Civil: evocaciones histórico-literarias» en conmemoración de esta batalla que, en el primer mes de febrero de la contienda, concretamente entre los días 6 y 27 de hace 79 años, asoló las tierras del Valle del Jarama con el empleo de material bélico desconocido hasta ese momento, dejando ocho mil bajas entre los nacionales y unas diez mil entre los republicanos, abriendo fuego entre olivos.

Quien firma este artículo disertó sobre «La batalla de las letras: el libro escolar durante la Guerra Civil», destacando que este episodio es considerado como la primera «gran batalla» de la Guerra Civil marcando un antes y un después en la Historia militar española, en tanto que constituyó el enfrentamiento pionero en campo abierto de tropas de infantería, caballería, escuadrones de cazas y carros de combate.

Es considerada una de las batallas más cruentas de la Guerra Civil pues, una vez cruzado el río Jarama, las fuerzas sublevadas (integradas en la llamada División Reforzada de Madrid, al mando de Luis Orgaz Yoldi, quien formaba parte del Alto Mando de toda la operación junto con los también generales José Enrique Varela y Ricardo Rada Peral) se encontraron con el despliegue de cuatro divisiones al mando del general Miaja, con el apoyo de la XI, XII, XIV y XV Brigadas Internacionales que combatieron entre Arganda y Morata de Tajuña.

Regulares, 55 carros de las Unidades Panzer I, además de artillería (obuses de 155 mm), artillería antiaérea, infantería, unidades antitanque y zapadores formaban los efectivos nacionales en el Jarama, debiendo sumar a estos efectivos una Bandera de la Legión formada por voluntarios irlandeses dirigidos por Eon O´Duffy, que lucharon sin éxito en la línea entre Titulcia y Ciempozuelos.  Los bombarderos Junkers-52/3m y los cazas Fiat CR.32 «Chirri» pilotados por italianos y españoles integraban la fuerza aérea, donde sí tuvieron el dominio los rebeldes.

A modo de balance, podemos afirmar que las operaciones en torno al Jarama y al Tajuña tenían por objetivo cortar las comunicaciones con Valencia y tomar Alcalá de Henares para pasar luego en una maniobra envolvente a Madrid (después del fracaso de los combates en la Casa de Campo, en la Ciudad Universitaria y en la Carretera de la Coruña).

Las hermanas Lara explicaron la dimensión educativa de la contienda, no sólo porque de ella se aprende el valor universal de la paz, sino porque se emplearon libros escolares tanto en el frente como en la retaguardia. El soldado, además, necesitaba comunicarse, bien con su familia o con su madrina de guerra, para hacer frente a la soledad en el frente, paradojas lingüísticas exultantes de nostalgia, desesperación y melancolía. Muchos aprendieron a leer y a escribir con la Cartilla escolar antifascista o a sumar empleando balas y cartuchos, como se ejemplificaba en los ejercicios de la Cartilla aritmética. También en el bando nacional, con Flechas y Pelayos como órgano de expresión dirigido a la adolescencia, a modo de fusión de ambas cabeceras tras el Decreto de Unificación de Falange Española con las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista de 18 de abril de 1937, naciendo FET-JONS.

La capacidad de resistencia del ser humano es inmensa, también mental, buscando recursos para evadirse del drama de las armas y del miedo al ataque por sorpresa que cercenara la vida en cualquier instante. Los himnos musicales creados o popularizados durante la contienda en aras de levantar la moral de la tropa son ejemplo de ello. En el bando nacional, destacamos, por su intrahistoria como diría Unamuno, por no ofender a nadie en un Estado democrático y constitucional, y por su carga simbólica en el plano histórico-patriótico, El novio de la muerte, una canción escrita como cuplé por Fidel Prado en los años veinte, con música de Juan Costa. Lola Montes la estrenaría en julio de 1921 en el teatro malagueño Vital Aza en julio de 1921, donde la duquesa de la Victoria, María Eladia Fernández Espartero y Blanco, sobrina del General Espartero, le pidió que la cantara en Melilla, solicitud materializada el 30 y 31 del mismo mes, 5 días después del desembarco de la Legión para defender la ciudad tras el Desastre de Annual. Millán Astray mandó que se adaptara la partitura al ritmo de marcha, siendo popularmente considerada como la canción identificativa de la Legión y con aquélla con la que los Caballeros Legionarios portan al Cristo de la Buena Muerte, el de Mena, en Semana Santa.

El novio de la muerte

Nadie en el Tercio sabía
quién era aquel legionario
tan audaz y temerario
que en la Legión se alistó.
Nadie sabía su historia,
más la Legión suponía
que un gran dolor le mordía
como un lobo el corazón.
Cuanto más rudo era el fuego
y la pelea más fiera,
defendiendo su Bandera,
el legionario avanzó.
Y sin temer el empuje
del enemigo exaltado,
supo morir como un bravo
y la enseña rescató.
Y al regar con su sangre la tierra ardiente,
murmuró el legionario con voz doliente:
Soy un hombre a quien la suerte
hirió con zarpa de fiera.
Soy un novio de la muerte
que va a unirse en lazo fuerte
con tal leal compañera.
Cuando al fin le recogieron,
entre su pecho encontraron
una carta y un retrato
de una divina mujer.
Y aquella carta decía:
«…si Dios un día te llama,
para mí un puesto reclama,
que a buscarte pronto iré».
Y en el último beso que le enviaba,
su postrer despedida le consagraba.
Por ir a tu lado a verte,
mi más leal compañera,
me hice novio de la muerte,
la estreché con lazo fuerte
y su amor fue mi Bandera.

En el bando republicano fueron también diversas las músicas que aglutinaron esfuerzos, transmitiendo ideología. El espíritu humano sabe sacar lo mejor de sí, como distracción o como evasión, aún en situaciones dantescas. Los brigadistas entonaban en inglés una canción, Jarama Valley, compuesta sobre la base de la melodía folklórica americana El valle del Río Rojo, tras forjarse su leyenda en la batalla.

Se conservan 3 versiones: 2 de cuatro estrofas, una considerada original y otra de 1939, así como la abreviada en tres que citaremos a continuación. La versión más antigua que se conoce fue escrita por Alex McDade, obrero de Glasgow y combatiente del batallón británico que se hallaba integrado en la XV Brigada Internacional, donde alcanzaría el puesto de comisario político siendo el responsable del bienestar de los soldados. Fue herido en el Jarama y caería en la batalla de Brunete el 6 de julio de 1937. El Comisariado de Guerra publicaría el texto en The Book of the XV International Brigade en 1938. Se trata de una canción militar que relata las penalidades de los soldados en el frente. La versión original de McDade fue modificada posteriormente por otros veteranos y publicada en Londres el 8 de enero de 1939, con motivo de una reunión conmemorativa del batallón, al igual que los veteranos de la Brigada Lincoln adoptarían como himno la melodía de tres estrofas, después grabada por los músicos americanos de folk Woody Guthrie y Pete Seeger.

 
Jarama Valley
There’s a valley in Spain called Jarama
It’s a place that we all know so well
It was there that we gave of our manhood
And so many of our brave comrades fell.We are proud of the Lincoln Battalion
And the fight for Madrid that it made
There we fought like true sons of the people
As part of the Fifteenth Brigade.Now we’re far from that valley of sorrow
But its memory we ne’er will forget
So before we conclude this reunion
Let us stand to our glorious dead.
El Valle del Jarama
Hay un valle en España llamado Jarama
es un lugar que nosotros conocemos bien.
Fue allí donde dimos nuestra virilidad
y donde cayeron nuestros valientes camaradas.
Estamos orgullosos del Batallón Lincoln
y de la lucha que hizo por Madrid.
Allí luchamos como verdaderos hijos del pueblo
como parte de la Quince Brigada.
Ahora estamos lejos de aquel valle de dolor
pero su memoria nunca olvidaremos;
así que antes de que concluyamos esta reunión
pongámonos en pie por nuestros gloriosos muertos.

De este modo, con los acordes musicales y también gracias a la Historia oral, esta batalla de la Spanish Civil War salió del Jarama vislumbrando nuevos horizontes y, sobre todo, haciéndose inmortal.


ARTÍCULOS RELACIONADOS