En Annual la noche ha sido tensa y la fuerza, después de la pérdida de Igueriben está desmoralizada, los regulares diezmados tras el último ataque junto al Alcántara, y todos recelan de la policía
El Comandante General, tras discusiones con sus subordinados más directos decide abandonar el campamento. Salen los regulares por el camino viejo de Izumar, el movimiento de estos se hace con eficacia. El resto de la fuerza inicia la retirada por la pista nueva. Las mías de la policía, despliegan nuevamente en el puesto de mayor peligro, dando protección al flanco más expuesto. Pronto la retirada se convierte en un caos. Los policías desertaran en masa. Los regulares con la profesionalidad que los caracteriza se abren camino y llegarán hasta sus cuarteles en Zeluan (la caballería) y Nador (la infantería). El resto de la fuerzas no correrán igual suerte.
Retirada de Annual a Ben Tieb
El Regimiento Alcántara se encuentra reunido en Dar Drius a las órdenes del teniente coronel Primo de Rivera que ha asumido el mando del mismo en la noche del 21, toda vez que su jefe, el coronel Manella, ha quedado en Annual por ser el jefe de turno de esa circunscripción. Morirá en la retirada.
En la mañana del 22 de julio Primo de Rivera sale al frente de cuatro de sus escuadrones y el de ametralladoras en dirección a Annual. Tiene la misión de establecer una posición intermedia entre la Posición B y el monte Uddia, donde quedarían elementos del regimiento de infantería Ceriñola, le acompañan tres compañías del mismo y una de ingenieros, todas pernoctaban en Ben Tieb.
A la altura de Mentier el teniente coronel enlaza con el escuadrón del capitán Chicote que da seguridad al itinerario entre Annual y las posiciones intermedias A, B y C. El jefe del Alcántara ordena al capitán que toque a caballo y que se incorpore al regimiento. Con este escuadrón y el de ametralladoras se adelanta en dirección a Annual. Entonces ve la avalancha de hombres. El teniente coronel Primo de Rivera, pistola en mano, con algunos de sus oficiales intenta detener el tropel de gente que huye. No lo consigue y, con total sangre fría, con los dos escuadrones inicia el movimiento al paso.[1] Ya no tiene sentido establecer aquella posición intermedia, y las compañías del Ceriñola e ingenieros regresan al punto de partida quedando absorbidas por el caos de la retirada.
El regimiento Alcántara despliega en la retaguardia de la masa que huye, para evitar la persecución, pero la acción del enemigo es muy débil. El Expediente Picasso señala: «En la última parte de este recorrido el confuso aglomerado de gente fue protegido por la Caballería de Alcántara, que al retirarse cerraba sobre la retaguardia y cambiaba también sus disparos con la Policía [desertores] de las alturas de Uddia -folio 483-, entendiendo el teniente de Policía Miralles -folio 279 vuelto-, en resolución, que el desparramamiento y pérdida de gente, más fue por cansancio y decaimiento moral que ‘efecto de las balas’.»
El enemigo no presiona entretenido por el botín de Annual
Desde la posición de Izumar, clave en estos momentos, los defensores ven atónitos el espectáculo de miles de hombres apelotonados sobre la pista huyendo presa del pánico. Esta posición «estaba preparada para proteger el repliegue, teniendo sus fuerzas en el parapeto y las piezas de artillería cargadas, no llegó a hacer fuego porque ‘no vio enemigo contra quien dirigirlo’, y cuando el capitán jefe de la posición ‘creyó habían evacuado las fuerzas de Annual’, dispuso, de acuerdo con los demás oficiales, destruir las municiones, inutilizar las piezas y salir con los elementos que pudieran llevar. »[2]
« Si la posición de Izumar se hubiese, con efecto, sostenido y a su apoyo hecho firmes algunas fuerzas, presidiendo un mando, una dirección, hubiera sido posible contener y regularizar aquella desastrosa retirada, porque el enemigo no insistió en la persecución atraído más bien por el botín,[…] »[3].
El regimiento Alcántara sigue «cubriendo la extrema retaguardia y recogiendo en el camino a los rezagados por el cansancio y extrema fatiga:[…] »[4]
Retirada de Ben Tieb a Dar Drius
El tropel de gente llega a Ben Tieb donde se «observaba una gran confusión de fuerzas de todas clases, sin mando ni dirección; […] en suma, la columna siguió el camino de Dríus.»[5]
En Ben Tieb el Alcántara hace un alto, reúne a sus escuadrones y se dirigen a Dar Drius, salvo el 5º que se queda para dar protección a la infantería desde la extrema retaguardia.
Al atardecer, se según cuenta el teniente coronel Pérez Ortiz del regimiento de infantería San Fernando, los escuadrones del Alcántara «que habían salido a proteger nuestra retirada también regresan»[6] a Dar Drius. En este campamento se mezclan tropas de todas las unidades. Pero el regimiento Alcántara es la excepción y conserva su organización de combate. La guarnición de la posición, tres compañías del San Fernando y una batería, también; el resto presenta un estado calamitoso.
Toma el mando del campamento el teniente coronel Pérez Ortiz, del San Fernando, e intenta poner orden, recuenta la fuerza y tiene algo más de mil quinientos hombres, sin contar el Regimiento Alcántara que sigue con su misión. El campamento de Dar Drius es obra del San Fernando está muy bien organizado, sobre el diría el referido teniente coronel «con sus despejados alrededores, sobrada fuerza, abundantes municiones, de boca y guerra; con su próxima y fácil aguada reforzando la avanzada Hamán, me estimo fuerte para resistir meses enteros.» [7]
A las cinco y media de la tarde llega a Dar Drius el general Navarro, segundo jefe de la Comandancia que se hace cargo de las fuerzas por la desaparición del Comandante General. Y poco después llegan los últimos defensores de Ben Tieb y el 5º Escuadrón del Alcántara que protege su retaguardia.
El regimiento está agotado, jinetes y caballos, pero mantiene la moral, creen que ha pasado lo peor, pero desconocen la dura jornada que le espera al día siguiente.
[1] Ver Expediente Picasso. Declaración del capitán Ricardo Chicote Arcos. Folio 1874.
[2] Expediente Picasso. Declaración del comandante Martínez Vivas . Folio 1156 vuelto.
[3] Expediente Picasso. Annual. Descuido de toda medida de retirada.
[4] Expediente Picasso . Declaración del teniente coronel Bravo. Folio 1379 vuelto.
[5] Expediente Picasso. Declaración del capitán Cayuela. Folio .985
[6] Pérez Ortiz, Eduardo. 18 meses de cautiverio. De Annual a Monte Arruit. Interfolio Libros. 2010. Pp.54
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