G.B. D. Agustín Alcázar Segura (R)

El Ejército de Tierra, conceptualmente, distingue seis tipos de campañas (1) u operaciones principales (2):

• Cooperación multinacional militar en tiempo de paz.
• Apoyo a autoridades civiles en territorio nacional.
• Apoyo a la paz.
• Estabilización.
• Combate generalizado
• Intervención limitada.

Cada una de ellas requiere distintos enfoques, tipos de fuerzas, estructuras y medidas de protección, un dimensionamiento adecuado de los recursos logísticos y diferentes reglas de enfrentamiento (ROE.s) y principios para la aplicación de la fuerza.

De entre todas ellas, vamos a referirnos en este trabajo a las que con más frecuencia han constituido el objetivo de las mismas en los últimos años: las de apoyo a la paz,  normalmente realizadas bajo los auspicios de Naciones Unidas u otras organizaciones internacionales competentes, de conformidad con el mandato aprobado por resolución de éstas, y que cuenta, normalmente, con el consentimiento de las partes implicadas. Pretenden reforzar las soluciones de paz adoptadas, disuadir para que no emerja un conflicto, o preparar las condiciones para que el conflicto se resuelva definitivamente. Sus objetivos son evitar que la violencia se extienda y, sobre todo, reducir la tensión entre facciones rivales para intentar establecer condiciones de paz o hacer cumplir las ya acordadas.

Se realizan fuera del Territorio Nacional y son normalmente operaciones combinadas (en cooperación con fuerzas de otras naciones) y conjuntas (participan tropas de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire, o de, al menos, dos de ellos).

Para su realización será necesario proyectar la fuerza a un Teatro de Operaciones en el que la situación puede variar dentro de un amplio espectro, desde las primeras fases de una crisis hasta un conflicto declarado. En algunos casos será suficiente el envío de observadores; en cambio, en otros, será precisa una intervención en fuerza.

La participación del Ejército de Tierra en estas operaciones se realiza bajo el mando y control de la organización internacional que las auspicia, de acuerdo con el mandato que apruebe dicha organización y, normalmente, con el consentimiento de las partes implicadas. La misión genérica es la disuasión, impidiendo que se realicen actos violentos y, el objetivo último, la paz.

Con ellas se apoya y da continuidad a los esfuerzos diplomáticos para mantener la paz y contener o finalizar conflictos. Incluyen normalmente personal civil en todos los niveles y organismos que intervienen en la operación, realizando tareas políticas, jurídicas, de asesoramiento, administrativas, logísticas, etc.

En su planeamiento y conducción deberá tenerse en cuenta que, aunque normalmente se realicen con consentimiento de las partes implicadas, podrán existir también elementos paramilitares e irregulares, grupos criminales y terroristas e, incluso, grupos de población civil descontrolados o dirigidos para la consecución de unos fines parciales y particulares.

En su planeamiento deben tenerse siempre presentes los principios de respeto mutuo, imparcialidad, credibilidad, límites al uso de la fuerza, libertad de movimiento, transparencia, unidad de mando, flexibilidad y fomento de la cooperación y el consentimiento.

Están concebidas para impedir o concluir el conflicto mediante la conciliación de las partes más que para una finalización superficial por la fuerza. Por lo tanto, las actividades militares que se desarrollen tienen por objeto crear las condiciones sobre las que otros organismos, fundamentalmente diplomáticos y en algunos casos humanitarios con atribuciones para ello, puedan reparar los síntomas y las causas de fondo del conflicto, y con ello conseguir un acuerdo duradero y una paz que se sostenga por sí misma.

Bajo el nombre genérico de Operaciones de Apoyo a la Paz se incluyen un conjunto de operaciones que abarcan un amplio espectro de acciones, que van desde las simples medidas diplomáticas, de tipo preventivo, hasta las demostraciones o empleo limitado de la fuerza, pudiéndose diferenciar los tipos siguientes:

• Operaciones de prevención de conflictos.
• Operaciones de establecimiento de la paz.
• Operaciones de imposición de la paz.
• Operaciones de mantenimiento de la paz.
• Operaciones de consolidación de la paz.

Con frecuencia, estas operaciones son difíciles de diferenciar en la práctica, pudiendo estar vinculadas o ser, incluso, consecuencia una de otra. La existencia o no de un agresor perfectamente identificado podrá determinar el grado de empleo de la fuerza, según se trate de imponer o restablecer la paz.

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(1) Conjunto de operaciones militares relacionadas entre si para alcanzar un objetivo estratégico en un tiempo y un espacio determinados.
(2) Acción coordinada  de fuerzas importantes en una fase de una campaña.